lunes, 26 de noviembre de 2018

25 de noviembre de 2018. Domingo.
ABANDONADO

Entre pobres, en el Reino. En Turquía. F: FotvI

-Domingo luminoso en el que se habla de un reino, el de la fe. Cristo –se dice– es Rey del Universo. La fe. Pero rey del universo de la cruz, donde se encuentran su trono, su corona, su mirada universal pacificadora, interrogadora. «Padre, ¿por qué me has abandonado?» Es la fiesta, pues, del Cristo abandonado, que, sin embargo, redime y reina. Su reino no es de este mundo, porque el suyo no se parece a ninguno de este mundo: su reino es de la cruz. En ella se recapitulan la paz, la justicia, la verdad, la gracia, la santidad, el amor. Todo, como en una gavilla. Una fiesta hermosa, atractiva, si la consideramos desde el punto de vista del pobre, del desplazado, del que es crucificado con él. «La revolución cristiana –comenta Jorge Bustos, periodista– consiste en un oxímoron cósmico: postular que el Creador puede nacer en una cuadra. Es decir, que el poder absoluto equivale a la humildad absoluta». Así Jesús, mirando fijamente a los que andan por el reino de la pobreza, podrá decir: «Benditos, felices los pobres». Para continuar: «Porque de ellos es el reino». Día, pues, de un Reino distinto, estremecedoramente bello, tan cercano que quema, tan coronado de espinas que duele, y con el Padre, que acerca el oído y escucha, y acoge: «Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu». Y allí estaba el Padre, Diario, firmando este pacto de amor y esperanza para el reino de la pobreza del mundo, para todos los caídos de la tierra (18:29:02).

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