14 de noviembre de
2018. Miércoles.
PALOMAS
EN LOS OJOS
Todo rejas, en Murcia. F: FotVi |
-Pongo mi atención en
los mandamientos de Dios y hay unos que me entristecen y otros que me alegran, tanto
como respirar aire de montaña. Me alegran los redactados en positivo; me
entristecen, los redactados en negativo. Hay tres que me deleitan los ojos al
leerlos y siete que me hacen llorar, porque prohíben en vez de alentar. El
luminoso «Amarás a Dios»: un mandamiento optimista, festivo, confiado; parece
saltarse las posibles dudas y confiar en que así será: «Amaré», digo, y me
nacen palomas en los ojos. Es realista y directo, fresco, conciso. Te pide
amar, y, hechos para la efusión, para el riesgo, para la aventura, nos
disponemos a obedecerlo, y, en su cumplimiento, ponemos todo nuestro afán.
Somos tercos en el amar y en que nos amen, por lo que abrimos el corazón, para
que vuele en la búsqueda de esa añoranza que siempre es el amor, pues venimos
de ser amados y no podemos dejar de recordar que, en el amor, se cumplen todas
nuestras esperanzas, y que en él estamos y somos, en él existimos. Y para
celebrar este amor: «santificarás las fiestas», y «honrarás a tu padre y a tu
madre». Es el amor hecho celebración y ternura: la celebración para Dios y la
ternura para los padres. Ambos complementándose, sonando en acorde, en armonía
perfecta. Y luego aparece lo negativo: el resto de prescripciones: la negación es
el pórtico de cada uno de los demás mandamientos. No hagas esto, no lo otro; muévete
de prohibición en prohibición, como un ser vencido por el miedo, derrotado de
antemano por el rayo del Altísimo. En vez de «bendice el nombre de Dios», « sé la
vida», o «ama sin egoísmos», se establece el «no tomes el nombre de Dios en
vano», el «no matarás», y así hasta siete veces, diciéndote que vivir la gracia
es una mortificación, no un don que se te llueve desde el cielo, y te riega, y te
hace desde la tierra, Diario, respirar bienaventuranza, eternidad (18:37:51).
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