miércoles, 7 de noviembre de 2018

6 de noviembre de 2018. Martes.
MÁS ADENTRO

Un euro la muerte, año 1981, en Murcia. 

-En la lucha o ejercicio por el sobrevivir de cada día, esta vez ha caído una librería de antiguo. Se llamaba la Mandrágora (planta muy bella, pero tóxica), estaba en el Paseo de la Fama, en Murcia, y se recogía toda ella en una reducida estancia. En la puerta, en la entrada y hasta el techo todo eran libros con color y sabor a viejo. Si los abrías, saltaba el polvo de los años, y trascendía un húmedo olor a cansancio, a letras marchitas. Sin embargo, luego de tocarlos, mis manos sabían a hermoso acontecimiento literario. Yo me solía acercar y compraba autores y títulos. Total: si no pasabas de la puerta, un euro cada título, y un poco más, si pisabas más adentro. (Mar adentro). En la puerta, uno de Cervantes, o de Lewis Carroll, o de Camilo José Cela, o de Alejo Carpentier, o de G. K. Chesterton, un euro (¡alucino!); mar adentro, uno de Paco Umbral, o de Julio Cortázar, o de Amos Oz, o de Ortega y Gasset, o de Stendhal, según la edición y la vejez, de cinco a diez euros, no más, la literatura por los suelos del euro. Nace un libro y todo son elogios, al menos de los amigos; luego, acaba por morir en la fría soledad de una librería, que huele a achaque y a polvareda, a arcilla vencida. Lloro la indefensión del libro que acaba por morir en el anaquel de una librería de viejo a un euro la muerte, ellos que tanta luz, y libertad, y sueños, y vida dieron. Sin embargo, Diario, se podría escribir en la tumba de cada uno de estos libros lo que Jack Lemon en la suya: «Estoy», sencillamente; o mejor: «Sigo estando, para lo que ustedes gusten» (18:41:53).

No hay comentarios:

Publicar un comentario