LA HOGUERA DEL LENGUAJE
lunes, 11 de enero de 2021
LA HOGUERA DEL LENGUAJE
domingo, 10 de enero de 2021
EN EL JORDÁN
-Hoy la liturgia de la misa clama desde el Jordán, donde Jesús es bautizado, santificando así el agua; agua que después será materia del bautismo sacramental: u ocasión en que los hijos de los hombres son hechos Hijos de Dios, liberados. En esta ocasión se dan cita las Tres Personas de la Trinidad: Jesús, el encarnado, el hombre, el que se mezcla entre los hombres para ser bautizado, el que enciende la humildad y la eleva a categoría evangélica, a bienaventuranza; el Espíritu Santo, el que hecho paloma de paz, baja y se sitúa sobre la cabeza de Jesús, como el escribano que enciende y da testimonio de lo está sucediendo; y el Padre que habla: «Éste es mi Hijo amado, mi predilecto»; es decir, el Espíritu Santo, Jesús y el Padre, son el mismo Dios, unidos por el abrazo íntimo y familiar del Amor; como dice San juan de la Cruz: «Tres personas y un Amado / entre todos Tres había». ¿Y qué viene a hacer Jesús? Lo anuncia Isaías: viene a traer «el derecho a las naciones». Pero sin gritar, sin vocear por las calles: «La caña cascada –sigue Isaías– no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará». Jesús predicará, amará, perdonará, curará enfermedades, se abajará ante el más necesitado para «introducir a las gentes en la genuina atmósfera de Dios». La atmósfera de Dios: en la que Dios ama, y da la mano, y redime, y enciende lo que está a punto de apagarse, y eleva, y salva, y te hace poder decir a Dios: «“¡Abba!” ¡Padre!» Aturdida la emoción. Hasta que te sientes, Diario, hijo redimido, libre, con vuelos en tu mente y en tu corazón, un volar que te lleva hasta una vida más plena, más dentro de la paternidad de Dios, más hijo (12:16:30)
sábado, 9 de enero de 2021
¡BRRR, QUÉ FRÍO!
viernes, 8 de enero de 2021
EL ABRAZO BLANCO
jueves, 7 de enero de 2021
ADIÓS
miércoles, 6 de enero de 2021
DÍA DE LA LUZ
martes, 5 de enero de 2021
UNA RISA NUEVA
lunes, 4 de enero de 2021
CERO GRADOS
domingo, 3 de enero de 2021
CELEBRO LA VIDA
sábado, 2 de enero de 2021
MATERIA DE ASOMBRO
viernes, 1 de enero de 2021
EL BEBÉ 2021
jueves, 31 de diciembre de 2020
LA VIDA ES BELLA
miércoles, 30 de diciembre de 2020
EDIFICIO FALLIDO
martes, 29 de diciembre de 2020
TENER CORAZÓN
lunes, 28 de diciembre de 2020
PÁGINA DE CRUCIFIJO
domingo, 27 de diciembre de 2020
LA FAMILIA
sábado, 26 de diciembre de 2020
SE LLAMABA ESTEBAN
viernes, 25 de diciembre de 2020
MATERIA DE DIOS
jueves, 24 de diciembre de 2020
CASA DEL PAN
-Significado de Belén: Casa-del-pan. Casa: hogar, lugar de reunión, fuego en la chimenea, temblor en las miradas. Casa: la generosa autoridad de los padres y la obediencia sin atadura de los hijos; la alegría de la convivencia, con el pan en la mesa, y sueltos, dejándose llevar por sus alas, los sueños, que siempre van un poco más allá del instante en que se vive, los que dan en el horizonte y lo rompen para transponerlo. En fin: casa: lugar donde el amor se encuentra y ayuda a crecer a los niños y a descender hacia la niñez, con el pelo cano ya, a los bendecidos por los años. Belén, pues, casa, techo, tejado que mira al cielo y a la intimidad, como un bello espejo, palpitante, de la vida. Y del pan. Casa del pan. Leo: «Allí donde se halla la casa-del-pan se encuentra también la casa-de-los hombres». Y Miqueas, llamando a la esperanza, dijo: «Pero tú, Belén de Efrata, aunque eres pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel». Efrata significa abundancia; Belén, por el contrario, casa del pan, de la comida. La humildad entrañable. De Belén, que es hogaza, ración, viático, plato humeante, brotará, como dice Isaías, el Salvador, que será Pan Vida. Y brotará como el bosque, como el agua, como el fuego. En Belén, pues, Diario, esta noche, y a la hora de Dios, brotará la Vida, cuando en el cielo solo se oiga, con el latido del mundo, el clamor de las estrellas, que hablan de Dios (17:59:06).
miércoles, 23 de diciembre de 2020
-Parecía que no íbamos a poder llegar. Era como abrir la puerta del palomar y que las palomas se negaran a salir. Por fin llegamos, pero pensando en tantos como han quedado en el camino. Pisamos sobre la tristeza, como el que camina por una nube de burbujas. Y en esto, llegamos a la noche en que, como dijo Isaías, los cielos destilan el rocío de la gracia y las nubes derraman al Justo. Y de la tierra brota el Salvador. Como ha ocurrido con Júpiter y Saturno –la Estrella de Navidad–, la conjunción entre el cielo y la tierra nos ha dado al Hijo de Dios, que, en brazos de su madre, llora por el sufrimiento del mundo y toda su deriva de dolor. Este Niño, al que «cubre la humildad / y ropas de mal visto», os quiere felicitar, con un gorjeo de Niño y el Amor arrebatado e inmenso de Dios. Él, siendo Dios, se hace Hombre, para comunicarle al hombre todo lo que conocía del misterio de Dios. Vino a decirnos que Dios es Padre y, como tal, todo Él misericordia. He aquí mi felicitación, amigos. Como cada año –ya son más de 25–, os deseo todo bien. Dios nos sigue queriendo; dejémonos querer.