miércoles, 30 de diciembre de 2020

30 de diciembre de 2020. Miércoles.
EDIFICIO FALLIDO

Anoche la luna llena, diciendo su verdad. Murcia. F: FotVi

-Día a día, piedra a piedra, lamento a lamento, risa a risa (contenidas) se va demoliendo este edificio fallido del año 2020. El llanto prima sobre la alegría, las mascarillas sobre la libertad. Hay más lágrimas que júbilo, más antifaces que abrazos, más pobreza que brotes verdes en el bosque de la abundancia. Menos mal que Dios nos mira desde arriba y nos regala el pan de la esperanza, que nos deja soñar, tras la pandemia, en un cielo nuevo y una tierra nueva, en los que reinen la justicia y la verdad. Y sobre todo, con la justicia,  la verdad, porque la mentira se apacienta hasta en los jardines del Edén, donde este año crecen las ortigas. Ayer Sánchez, el de la mentira como daga, como embrollo, entretuvo al personal –que se dejara– con su monserga de autobombo (DRAE: elogio desmesurado y público que hace alguien de sí mismo), bendecida la monserga por expertos por él elegidos, los que comen de su mano. Salivar palabras es su fuerte, su debilidad, que aliña, una tras otra, con destellos de falacia, de burla consentida y consabida. Casi dos horas recreándose en la suerte, y diciendo: «Todo lo he hecho bien. ¿60.000 muertos, 70 mil, por la pandemia?, no importan. Yo soy feliz, delirando, salivando palabras inútiles, sin ningún brote de esperanza que ofrecer». Es, como el dios Dolos en la mitología griega, la personificación de la mentira y la falsedad. Jesús alerta sobre la mentira, dice que Satanás es, ante todo, «príncipe de la mentira». Yo me quedo con Jesús, que vino a traernos la verdad, en el amor; y el que ama, Diario, jamás miente: siempre, como María, dice Sí (o no), en libertad (18:22:46).

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