viernes, 8 de enero de 2021

8 de enero de 2021. Viernes.
EL ABRAZO BLANCO

Lluvia en el Mar Menor, Lopagán. F: FotVi

-Sigue la lluvia, como una navidad de Dios para la tierra. Aunque la lluvia se vista de gris, de colores imprecisos, desfallecidos, la lluvia, mientras la oyes caer, es el goteo de luz y de vida, que, a veces, Dios envía al mundo para aliviarlo de sus torpezas y desventuras. Y la nieve, o el abrazo blanco que todo lo une: une el aullido del lobo y el balar de la oveja, es decir, la guerra y la paz, en la que gana la paz y pierde la guerra. Me gusta ver llover, ver nevar: me limpia la vista de telarañas con la araña siniestra, que aguarda para dar el salto y cazar incautos. La polilla y la mosca son su menú preferido, porque no ven y tropiezan con la red camuflada –la mentira– que, una vez en ella, las envuelve e inmoviliza, hasta morir. La tela de araña es la metáfora de la mentira, el delirio del disfraz y la apariencia. El mundo vive momentos de alucinación y enfrentamientos: asalto al Capitolio en Washington, o la pandemia desbordada como una  mancha de aceite que se extiende sin piedad, mordiendo aquí y allá. Haciéndose boca de dragón con fuego, que mata. Yo, Diario, me refugio en Dios, que no tiene bandos, ni políticas raras, ni coronas con las que engañar al pensamiento. O en todo caso, su corona es una maraña de ramas de espino, que causan sangre y redención, y armonía, llama de amor herida. Con todo respeto, y alabando la lluvia y la nieve, que limpian el ambiente y hacen florecer la primavera, pongo la corona de espinas a disposición de quien desee vivir en paz y en armonía con Dios, y con sus semejantes, y con el medio natural que le rodea, como el pájaro o la hoja, o el aire que respira, todo bendición (17:53:22).

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