28 de julio de 2021. Miércoles.
CORTESÍA AFECTUOSA
CORTESÍA AFECTUOSA
-Miro y veo a los árboles de color miel, les da, amelado –como hecho por
abejas –, el sol de la mañana. Sol que se mete entre las ramas y zurea con las
palomas. Los árboles, aunque siempre en su sitio, son libres: crecen hacia lo
alto, sin llegar a tocar el cielo, pero enredándose en las nubes. Su libertad
los lleva, no a caminar, sino a subir, escalan sin detenerse; cada año, en sus
troncos, un anillo más de libertad. Son ascensión vegetal, que da sombra. Sin
embargo, la libertad en el ser humano, no sólo consiste en crecer hacia arriba,
sino también en derredor, donde se hallan el prójimo y la naturaleza. Si amas
al prójimo y respetas la naturaleza, creces hacia arriba, despegas de la tierra
y tocas la trascendencia, y, por qué no, vislumbras e intuyes a Dios, en el
amor. El triángulo piramidal de la vida: prójimo, naturaleza, y Dios; Dios en lo más
alto, donde todo es Luz y Libertad. Me seduce pensar que, al final, seremos
examinados de amor: de aquello que es esencial en Dios. «Dios es amor», dice San
Juan. Una definición plena, con destellos que escapan hacia el ser humano y lo
visten de ternura, de amabilidad, de deferencia, de cortesía afectuosa. Definición
que suprime la máscara del odio, Diario, y deja libre la bondad de la mirada, las
manos en actitud de ofrenda, el corazón iluminado por la claridad de la
misericordia: o el amén de la cordialidad (11:38:15).