16 de julio de 2021. Viernes.
CARMEN, VIÑA DE DIOS
CARMEN, VIÑA DE DIOS
-Digo Carmen y estoy diciendo Karm-el,
o Al-Karem: «Jardín, o viña de Dios».
En hebreo. Hablo de Nuestra Señora del Carmen. En el libro del Génesis se dice
que Adán y Eva, tras haber mordido la fruta del árbol prohibido, «oyeron al
Señor Dios que se paseaba en el huerto, al fresco del día». Es la vena poética,
y quizá profética, del autor del libro. Tal vez el autor pensó en el Jesús –Verbo
del Padre– encarnado en el vientre de María o en el que anduvo sobre las aguas
del lago Genesaret. Dios haciendo verdad –en el vientre de una mujer y en un
lago de Galilea– la poesía de las Escrituras. Dios alienta, inspira esa
Escritura. Dios pasea, con apariencia de sencillez, por la Escritura. Y la
embellece. Este año, uno más, se suspende la romería de la Virgen del Carmen de
San Pedro del Pinatar a Lo Pagán. O la otra poesía hecha aclamación en el ser
creyente. Dios –líricamente hablando– no podrá pasear, con la Virgen, por las
almas, entusiastas y marineras, de barca y remo, de los romeros. Se acallarán
lo vivas y las plegarias, enmudecerán las flores y los pasos del peregrino,
pero aclamarán, Diario, la fe y la esperanza, himnos vivos y clamorosos del
silencio, por los que pasea Dios, regalando,
con la eucaristía de su cercanía, su bondad (12:11:25).
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