miércoles, 7 de julio de 2021

7 de julio de 2021. Miércoles.
JUGANDO A AMAR

Jugando a irse, el sol. Murcia. F: FotVi

-Me encantan los niños, porque no tienen protocolo, ni liturgia, ni rito: todo lo hacen jugando. Hasta el hecho de amar a sus padres o a Dios. Juegan a amar. Y es un juego maravilloso. Para ellos, el amor es alguien que les besa y protege, y que les pone la chupeta en la boca y los duerme. Y con el que se santiguan al ir a dormir. En el amor, se sienten protegidos. ¿Han visto alguna vez a un niño comerse un tomate? Esta mañana estaba yo triste, no sé la razón –tal vez el calor–, y he salido a la calle y, al volver una esquina, me he encontrado con un niño de ojos vivos, grandes, unos cinco años, dando mordiscos a un tomate. El deleite del mordisco le salía por las comisuras, llenas de pepitas y rojo, y le humedecía parte del rostro. Mordía con el afán del niño que juega a las canicas, y el jugo le caía por todas partes, como un manantial dulzón y turbio. Recuerdo haber leído –Don Bosco– que para poder ejercer una influencia benéfica entre los niños, es indispensable participar de sus alegrías. ¿Y qué más alegría que sus juegos? ¿En los que se pierden y se encuentran siempre risueños? William Blake, poeta, dejó dicho: «La sabiduría habita en la inocencia, jamás en la ignorancia». La inocencia, Diario, la verdad más limpia y bella de la vida, como un manantial de montaña que corre y canta, que habla al paisaje (11:49:16).

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