23 de julio de 2021. Viernes.
JUEGOS OLÍMPICOS
JUEGOS OLÍMPICOS
-El sol se esconde tras un cielo encenizado, como hecho de polvo ocre de
desierto. Según los meteorólogos hoy nos espera un día muy caluroso. Encenderemos
la ducha, y apagaremos a Sánchez, el presidente. La electricidad se ha puesto
muy cara, y el indigente no puede pagarla. Dicen que Sánchez, en su viaje de
placer por Norteamérica –iluminado él, pero sin luz que dar–, ha dicho que
cumple todo lo que promete. (Yo me río, me mojo el dedo, paso página y continúo
deshojando el día). Cumple todo lo que promete, pero a la contra: siempre
cumple lo contrario de lo que dice. Si dice amén, en realidad está diciendo que
por él no pasará este cáliz. Eso, sí; siempre cumple lo que es peor que su
contrario. Si dice paz, te está anunciando guerra. Si dice pan, está hablando
de miseria. Apago a Sánchez, y enciendo la luz de Dios, que alumbra y no se
paga. Como decía Asías del trigo y del aceite, es gratis. Hoy dan comienzo los
Juegos Olímpicos, en los que el ser humano lucha por tocar la utopía, el más
allá, hacerse con la corona de gloria. Todos se fijarán en el ganador, yo
también; pero sin olvidar al perdedor, que asimismo habrá luchado por llegar y
ha llegado, sin recibir premio, pero iluminado –elocuente – en su esfuerzo. Todo
el que llega, aunque sea sin la gloria del ganador, ha triunfado. «¿No sabéis
que en las carreras del estadio todos corren, mas uno solo recibe el premio?
Corred de manera que lo consigáis», dice San Pablo. En unos juegos, Diario, todo
el que interviene gana en dignidad y esfuerzo, en disciplina y lucha por la perfección,
se acerca más a sí mismo, es más libre, con libertad interior. Vuela (12:11:05).
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