domingo, 17 de abril de 2022

17 de abril de 2022. Domingo.
BROTÓ EL ALELUYA

Aleluya, resucitó. Murcia.

-De la noche oscura, brotó el Aleluya, signo de resurrección, de vida. Se recobra la alegría. Vivir la liturgia en una capilla es entrar en el interior o cripta (lo más íntimo) de la celebración. Y digo cripta por no decir alma; el alma de la liturgia. Es el ámbito por donde más cómodo debe moverse Dios. Dios anda más por lugares de intimidad que por catedrales (bellas, sin duda) de solemnidad. A Dios lo demasiado solemne le debe producir una cierta fatiga; dirá: «Siempre lo mismo: ¡tanto esplendor en el cielo, y aquí abajo!» Las raíces viven en la intimidad de la tierra, donde la vida es latido, vibración, suceso, pero ocultos. Algo así como el morir del grano de trigo; que muere en la tierra, para, desde la tierra, ser espiga y oro en la recogida. La liturgia en la Casa Sacerdotal es algo así. Es liturgia de dentro a fuera; porque, en el adentro, parece más. Jueves Santo ha sido, ante todo, una bella celebración, reposada, íntima, en común, pero desde la clandestinidad abierta del espíritu, sin aspavientos. Se ha vivido lo que es ser Iglesia, pero desde lo más entrañable, que en más de un caso es peregrinación del alma hacia los sentidos. No al revés. Como la fuente, que, desde el silencio primero, se hace alegría luego en el arroyo y arrebato en la cascada. El jueves, en la cena del Señor, hasta sonó un teléfono. Quizá fuera la llamada que se nos hacía desde el sufrimiento de Jesús, para que nos invadiera el momento y lo metiéramos en nuestro interior, donde nacen las aventuras más hermosas, las del amor. ¿O por qué no para anunciarnos la alegría adelantada: el aleluya Pascual? Con el que, sin grandes aspavientos y en la sencillez hermosa y espiritual de nuestras almas, Diario, nos alegramos y vivimos, sin demasiados ruidos exteriores, o solo con los naturales de nuestras toses, bondadosamente acogidas, sin duda, por el Señor (17:21:27).

sábado, 16 de abril de 2022

16 de abril de 2022. Sábado.
VISTIRSE DE RESURRECCIÓN

Volverá a florecer. Salinas de San Pedro. Murcia

-Hoy llamamos, con unción y casi como plegaria en los labios, Santo al Sábado: Sábado Santo; es decir, el adjetivo ennobleciendo al sustantivo. Si decimos sólo sábado, lo solemos confundir con tantos otros sábados en los que viene el día, la noche, hay un pájaro que canta, o enmudece, un niño que llora, llueve, sale el sol, es invierno, verano…; pero si le añadimos santo, todo cambia. Queremos decir que la santidad anda por medio, aunque esté silenciada, aparentemente humillada en un sepulcro, pero a punto de florecer. La rosa se hace rosa en silencio, como el poema. En el silencio se suele escuchar el silencio de Dios, decía San Juan de la Cruz. María vivió el sábado del sepulcro, de la ignominia, esperanzada. Los discípulos se dispersaron; María, sin embargo, con el corazón entristecido, y en silencio, perseveró en la fe, en la esperanza, en el amor: o el triángulo, sin ruidos, que nos salva, y libera. Dios nos habita en silencio, nunca con estruendo. María concibió por obra del Espíritu Santo, en silencio. En el silencio, dice el libro de Job, Dios enseña la sabiduría. Y Jesús, en el sepulcro, mientas baja a los infiernos a salvar a los santos que esperaban su venida, prepara su salida triunfal del sepulcro, en mitad de la noche, cuando todo duerma. Dios, dice San Juan de la Cruz, siempre habla y llega al ser humano en silencios elocuentes. Yo, espero, con otros muchos hermanos más, Diario, que esta noche Jesús, el crucificado, se desprenda de la muerte y se vista de resurrección, para permitirnos cantar, con lágrimas de alegría en los ojos, el Aleluya, y dar el abrazo de paz, «urbi et orbi»; es decir, a los cercanos y a los del confín de la tierra, como una marea de paz y cercanía, de amor (12:37:16).

viernes, 15 de abril de 2022

15 de abril de 2022. Viernes,
LA GRAN TRISTEZA


Amanecer de Viernes Santo, triste, en Murcia. Casa sacerdotal.

-Dice el evangelista (o cronista) San Marcos que, un día como ayer, Jesús y sus discípulos fueron a una finca llamada Getsemaní (“molino de aceite”) a hacer lo que Jesús solía: a orar. Y se llevó aparte consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y les dijo: «Me muero de tristeza: quedaos aquí velando.» Morir de tristeza; o morir de dudas y abatimiento, en una infinita soledad. Morir sin nada a lo que poder agarrarse, desafiando incluso a la esperanza. Porque la tristeza ya es una muerte en sí misma; morir en la tristeza es morir en el mar infinito de todas las angustias. Es morir en el mismo terror de la muerte. Jesús, en este caso, revela su estado de ánimo: antes de la muerte en cruz, ya ha muerto en el miedo a morir y en la zozobra del preguntarse y todo esto para qué. Morir, bueno; ¿pero hay una razón para morir? Por eso Jesús clama: «¡Abba! (que significa: «Padre»), aparta de mí este cáliz.» Es decir, esta muerte del miedo a morir que ya es muerte, esta bebida de tormento que es la espera, esta borrachera de amargura de la que ya hablara el profeta Ezequiel. «Te emborracharás de amargura.» (Ez 23, 33). «Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que tú quieres.» Y se hace lo que Dios quiere: sucede la muerte en cruz: donde se dan cita todas las angustias y miedos, todas las zozobras, las dudas, las injusticias de la humanidad, y la misma muerte, para ser en ella, en la cruz, gloriosa redención. En la cruz, Diario, muere el miedo a morir, y hasta el mismo morir –la gran tristeza– se hace Vida, resurrección (12:38:28).

jueves, 14 de abril de 2022



14
de abril de 2022. Jueves.
LA SANTIDAD EN LA CALLE

Silencio en la calle, habla la Cruz, en Murcia. F: La Verdad

-Jueves santo, o la santidad en la calle, como acontecimiento de devoción y de fe. Se oyen tambores que anuncian que el Nazareno va a pasar. Hoy caminaré místicamente con Jesús por una calle sin luz, con sólo la cruz y el silencio a cuestas, y la oración recogida, íntima, que dice el corazón y no los labios, la otra luz del alma: o el evangelio silenciado. En la procesión del silencio nada se oye, sólo el rumor de los pies que sostienen el dolor y la cruz, y la fe de los que prestan el hombro para llevar esa cruz. El dolor de la cruz baja a sus hombros, y luego a su corazón, donde florece amor que se compadece, y se da. Desde grandes ciudades, hasta pequeños pueblos, esta noche se harán sus calles bóvedas de templo por donde pase el amor de Dios hecho pasión y cruz, silencio que grita al sentimiento y florece en buenas obras: las de la caridad. Hoy, día en que Cristo instituyó la Eucaristía, todo se hace comunión con Él, que se da pan para el hambriento de amor y bebida para el sediento de alegría. Y prestemos oídos, Diario: esta noche, en el silencio de la cruz empieza a oírse ya, como una avalancha de gozo, los aleluyas de la resurrección; aleluyas de luz, de esperanza, de Vida (12:15:49).

martes, 12 de abril de 2022

12 de abril de 2022. Martes.
LENGUAJE ÍNTIMO

Belleza de lo simple, en el jardín. Casa Sacerdotal. Murcia. 

-Hoy, martes santo, digo con el salmo 142: «Señor, por la mañana hazme escuchar tu gracia». La gracia, ese don místico, espiritual, intangible, ¿suena, se deja oír? En una oración íntima, de ojos y sensibilidades que miran hacia adentro, ¿queda algo de la gracia que pueda escucharse fuera? Quizá, sí. Si miramos su etimología, la palabra gracia significa «favor, bendición, bondad». Las cosas se pueden percibir o porque son o porque están. Dios no es la florecilla del campo, sin embargo está en la florecilla del campo. Su belleza, callada, sin palabras, me hace saltar de su excelencia a la de su Creador. Cuando alguien siente el impulso de hacer el bien, está escuchando en su interior la gracia de Dios, que le invita a caminar hacia la piedad, hacia el amor, en un lenguaje íntimo tan atrayente como maravilloso. Yo oigo la gracia de Dios en lo que hago, no en lo que sueño. Simone Weil, filósofa y mística francesa, dijo: «El humanismo no se equivocó al pensar que la verdad, la belleza, la libertad tienen un valor infinito, sino al pensar que se pueden conseguir por uno mismo sin la gracia». Estar en actitud de escucha, Diario, es dejar que Dios te envuelva y te haga una visita de amigo, y ahí quizá oigas qué te quiere decir su gracia: el dedo que te señala el camino (12:58:03).

lunes, 11 de abril de 2022

11 de abril de 2022. Lunes.
MATEMÁTICAS EN EL CIELO

Vencejo iniciando el vuelo, tras dar de comer a las crías. F: Rekondo

-Por fin, geometría y acrobacias en el cielo, y vértigo. Cuando llegan los vencejos, todo es arrebato, ímpetu volador, el cielo se llena de dibujos eléctricos que significan alegría, y vida. Con emoción me digo: “¡Matemáticas en el cielo!». Y me estremezco. Cuando ellos vuelan, se llevan todos mis sueños. ¡Tantos! El año pasado llegaron el 6 de abril; éste, el 11: cinco días de retraso. Como a los gorriones, me gustaría poder darles de comer en mi mano, pero es imposible, ellos vuelan siempre, libres, como los pensamientos o los delfines en el mar. Vuelan, aun para amar. Y duermen volando. Sólo paran para alimentar a sus crías: un detalle de ternura en el corazón de aves peregrinas. Han vuelto en la semana que llamamos santa, quizá para decirnos que las tradiciones lo son, porque se guardaron en arcones de delicadeza y amor, y devoción, en el corazón y la mente. Ver llenarse el cielo de vencejos y las calles de nuestras ciudades de Dolorosas y Crucificados es un alivio espiritual y místico, emocional. Intransferible. Me conmueve tanto contemplar la Dolorosa de Salzillo, como las lágrimas que brotan en los ojos del penitente y de la mujer sencilla, que ve sus propias lágrimas en las de la Virgen que llora la muerte de su Hijo. Nos pueden prohibir rezar o reír, pero nunca llorar. Las lágrimas son el signo más conmovedor desde el nacimiento hasta el instante –desnudo e inconsciente– de la muerte, cuando se apagan las luces del teatro de la vida, y da comienzo, Diario, la otra vida, la del lado de Dios, donde todo es Amor y Luz, contemplación (17:51:07).

domingo, 10 de abril de 2022

10 de abril de 2022. Domingo.
LOS RAMOS DEL DOMINGO

Procesión de Ramos, cualquier lugar de España. F: Prensa

-Hoy, domingo de Ramos, hay niebla, bruma en el cielo. Sin embargo, las ciudades de España, tras dos años de silencio, salen a la calle a decir «¡Hosanna!» Siempre con niños y en borriquillo: o el Platero evangélico del domingo de Ramos. Es un día de metales oscuros en el cielo y de esperanzas blancas en el alma. Parece que en la alegría de los niños cantaran las palmeras, recogiéndose en oración. Jesús triunfa en Jerusalén, antes de morir fuera de sus murallas. El Misterio Pascual es eso: vida o triunfo, y muerte o fracaso. Razón por la que este domingo es llamado a un tiempo de Ramos y de Pasión, como la cara y el reverso de una moneda. La moneda de la gracia de Dios: cruz, muerte, resurrección. Esta semana, en la liturgia, se darán tres gritos del pueblo, que son el resumen del final glorioso en la tierra de la vida de Jesús. «¡Hosanna!», grito que anuncia la llegada del Mesías. «¡Crucifícale!», que proclama la entrega de Jesús a la muerte por los pecados de la humanidad. Ambos gritos son redentores, salvíficos, aunque el pueblo que los grita no lo sepa. Al decir «hosanna», expresan que están avisados de la llegada del Mesías, y que éste vive ya en las aulas de la Historia; con el «crucifícale», activan su muerte, por la que serán salvados. Y todo dará comienzo de nuevo con el tercer grito: «¡Aleluya!», celebrando, con asombro, que Jesús ha resucitado. Dios y el pueblo, para que sea posible la redención, se dan la mano. Estas tres palabras lo testifican: «¡Hosanna!», «¡Crucifícale!», «¡Aleluya!»: o Eucaristía: el sacramento de nuestra Fe. En él Cristo, hecho memorial –recuerdo vivo–, se nos da bocado y bebida que sustentan y redimen, y alegran el corazón (12:44:57).

sábado, 9 de abril de 2022

9 de abril de 2022. Sábado.
EL NOMBRE DE «MAMÁ»

Tres lirios, en el jardín. Viven en paz.

-Abro la página del día y una ola de azul me da en los ojos, como si un mar festivo y rumoroso de risas me hubiera estallado en el rostro. El día es claro y soleado, y azul, como una pintura del Greco en ascensión. Y en este azul celeste, otro azul de vida, el de María de Himalaya, que de enfermera abortista ha pasado a ser defensora de la vida, sin condiciones. Horrorizada, decía: «Colaboré en el asesinato de muchos inocentes que no llegaron nunca a vivir». Ella metía sus manos en ese infanticidio bárbaro e implacable, y sin defensa posible, de niños inocentes. Estos niños no podrán llorar ante las tumbas de sus madres como Vladyslav, de 6 años, y sus dos hermanos, Sofía de 13 y Vladimir de 10, en Bucha, la ciudad mártir de Ucrania. Su madre, Marina, de 34 años, trabajadora en un centro infantil, murió en uno de tantos bombardeos rusos indiscriminados. Enterrada en el patio de la vivienda familiar, sus hijos pasan todos los días y le llevan latas de comida y zumo, y lloran su ausencia. Vladyslav, el más pequeño, es el que más la llora; ya no tendrá un regazo en el cobijarse a la hora de dormir. De su boca ya no saldrá más el nombre de «mamá», que, con un beso, lo protegía en las noches frías de su vida. Putin, el sátrapa, se la ha arrebatado. Como a tanto otros: madres y niños, ancianos y padres. Pido a Dios por la paz y con Benjamín Franklin digo: «Nunca hubo guerra buena y paz mala». ¿Por qué nos odiamos? Es una pregunta que me hago a cada instante, Diario, y no hallo respuesta. Miraré al cielo y confiaré en Dios, sin desfallecer, hasta poderla hallar (17:39:47). 

viernes, 8 de abril de 2022

8 de abril de 2022. Viernes.
DOLOR DE MUJER

Virgen Dolorosa de Salzillo, Murcia.

-Hoy, arrodillado y triste, mi corazón venera el dolor de María, resumen y síntesis de todos los dolores de cualquier madre o mujer del mundo. En él gime el dolor de las madres de la guerra, que, con sus hijos abrazados y cerca de su corazón, huyen del terror de la muerte. Como el de tantas mujeres que sufren humillación y violencia, sus cruces personales, quizá en su entorno más querido. Decir María Dolorosa es traer el recuerdo de María al pie de la cruz, que vela, llorosa, con dolor de mujer que ama, el sufrimiento de su Hijo, cosido con clavos a una cruz, madero que, con esta nueva savia recibida de Jesús, le hará ser árbol bendito. Desde entonces, María es sagrario, urna de sufrimiento de todas las angustias humanas. En su tienda de acogida, en este desierto abrasador a veces de la vida, nos cobijamos los «desterrados hijos de Eva». María es la nueva Eva que da vida a lo que mató la primera Eva con su veleidad de pretender ser como Dios. La fe humilde de María –«He aquí la esclava del Señor»– puede con la soberbia y paranoia de la Eva del principio, cuando todo se estaba haciendo, desde la luz a los colores, con las palabras, que, al decirlas, daban entidad a las cosas. María concibe por obra del Espíritu al que está agonizando en la cruz, dándolo a luz como Palabra de Dios encarnada en su vientre, «tan sellado y tan florido», que cantaría el poeta. Vientre abierto para Dios, y que ahora llora como Madre, Diario, viendo al Fruto de su vientre morir en la cruz (17:57:19).

jueves, 7 de abril de 2022

7 de abril de 2022. Jueves.
EL HOGAR

Casas cristianas, s. IV, en Göreme. Capadocia. Turquía.

-Ajetreo, locura hermosa de palomas en el cielo. Sin brújula. «Hace sol», se dirán, y celebran su belleza con la belleza de sus alas desplegadas. Vuelan en racimo, o de dos en dos, como mandan los cánones en primavera. Es tiempo de seducir. La primavera reanima el alma, y, como al árbol, la hace florecer. Leí ayer en La Razón al periodista Abel Hernández que escribía: «La casa era el lugar donde alguien nos esperaba siempre: la casa, más que la infancia, es nuestra patria». Recuerdo las tres pequeñas y entrañables casas, en las que se fue haciendo mi infancia, hasta saltar a la adolescencia y luego a la juventud. Calle Honda, calle Rambla y Bailén. En Molina. Pero la de la calle Bailén es la que más huella dejó en mí; fue en la que aprendí a ser responsable, a saber lo que es amar, rezar, tener amigos, poseer y guardar libros, libros que abría con devoción y asombro, y a dar los pasos más íntimos e importantes, decisivos, de mi vida. En ella tomé conciencia de lo que es una familia, un hogar, lugar al que siempre se desea volver. Era una casa humilde, blanca de cal, hermosa y tierna, en la que vivía con mis primeros afectos: mis padres, mis hermanos, mis risas, mis llantos, mis silencios, mis balbuceos de servicio. Ahora puedo decir que aquella casa –cuatro paredes, unas escaleras y un tejado, unas voces, las de madre y padre, la risa y el llanto de mis hermanos, mis sueños–, era mi hogar: allí latía y estaba mi corazón. Allí empecé a amar y a sentirme amado, a ser persona con defectos y alguna virtud, allí tuve conciencia de lo que es ser humanidad. Cuando veo a personas salir de sus casas a causa de las guerras, acontecimientos adversos, o simplemente con sueños de progreso, me suelo preguntar dónde encontrarán su nuevo hogar, dónde podrán dejar descansar su corazón y cesar en su huida. Y no se me ocurre otra cosa que rezar, y ahí, Diario, me late la esperanza, porque pienso que en la soledad Dios acompaña siempre; comprobado: es el amigo fiel  (18:36:54).

miércoles, 6 de abril de 2022

 6 de abril de 2022. Miércoles.
VENAS DE GOZO

Sol que amanece, y nubes emborronando. Casa Sacerdotal. Murcia. 

-Después de la bendición de la lluvia, que se ha pasado días llenando los acuíferos de la tierra, sus aljibes escondidos –venas de gozo en el subsuelo–, hoy, espléndido, sale el sol. Pisando sobre el azul, se dispone a recorrer el día dando alegría y calor a este mundo de miserias y belleza indefinidas. Las nubes, sin embargo, se lo van impidiendo a cada paso. Como en una carrera de obstáculos. Es la vida: luz y sombras. Pero él está ahí, iluminando, dando color al paisaje, y construyendo la primavera. Primavera puede ser un pájaro que vuele de tu cabeza y se pose en las cosas, y picoteando en ellas, las embellezca. Luego suelta una corchea de su pico y se oye canto, salmo, plegaria: ¡y dentro de ti, ah, se oye a Dios! Decía Pablo Neruda: «Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos». Es decir, vestir de florecillas tus pensamientos y hacer que tus dolores y fracasos no sean lamento –invierno perenne–, sino algo que pueda llevarte a un nuevo florecer de la esperanza, a una primavera, nueva, en tu corazón. El corazón bien regado de ilusión, y a la puerta de la casa de Dios, siempre florece en amor, y en alegría, de las que nacen, Diario, la justicia, la paz, la fraternidad (11:59:53).

martes, 5 de abril de 2022

5 de abril de 2022. Martes.
TIEMPOS DE LABERINTO

El grito de los desheredados, de Mung, Galería N. Noruega

-Calmado el viento, sigue la lluvia, benévola, nada irascible, nutriendo los senos de la tierra; tierra que luego dará sus frutos: la almendra en la campiña y el limón en la huerta. Y la palmera, reverencial en sus ramas, y esbelta en su alta torre vegetal, de donde cuelgan, como ubres, los racimos de dátiles. (Muerdo un dátil y me estalla su dulzor en la boca: «exclamación del gusto», digo). Como decía ayer con Jhon Ruskin: celebro «el buen tiempo de la lluvia». Cuando llegue el otro buen tiempo de la primavera, vendrán los vencejos, los que, tan vitales ellos, siempre están volando. Es decir, morirán soñando. Soñar produce mundos inéditos, como pinturas expresionistas llenas de color a lo Van Gogh, o el grito de Edvard Munch sobre el puente movedizo de la vida. Vivimos tiempos de laberinto, incómodos («En el principio reinaba el caos», dice la Escritura), como si en nuestras vidas se hubiera instalado la desesperanza; he ahí la guerra, los crímenes de Putin en Ucrania, la pobreza que la pandemia ha acentuado en la sociedad, el llanto de los niños que, con el asombro en sus ojos, ven y no entienden qué ocurre en su entorno, la miseria intelectual, ética y moral de tantos dirigentes, los desplazados, y las madres, las que más pierden en las guerras, las que en soledad esperan al ser querido, que tal vez nunca vuelva. Las que más lloran por la justicia en el mundo. Sin embargo, yo no pierdo la esperanza, y digo –rezando– que cuanto más oscura es la noche, más estrellas se ven en el cielo; estrellas, Diario, que la noche –la del murciélago y la pesadilla– te regala, gozosamente (12:13:31).

lunes, 4 de abril de 2022

 4 de abril de 2022 lunes.
HIMNO DE ALABANZA

Vestido para la nieve, en Zakopane. Polonia. 

-Lunes, lluvia, viento, viaje a Torre de la Horadada, y frustración. Tenía una cita con un técnico electricista para las 10 horas, y, cuando eran las 11, y visto que no llegaba, he decido volverme a Murcia. No tengo coche: voy de taxi. Y, con las horas, sube el taxímetro. Y no son solo las horas del taxi, que suben como la espuma, sino también mis horas, las que yo he perdido, mojado y con el paraguas vuelto, por el viento, del revés. ¿Qué crees que hecho, llorar? No, he dejado el paraguas a un lado y me he colocado un pasamontañas, y, al verme en el espejo, he terminado por reír. Reír con lluvia y viento no es una heroicidad, es un modo de no llorar. O de bromear con el llanto, y, mientras te enjugas las lágrimas, reír. O en todo caso, mirar las cosas como Jhon Ruskin, preciosista escritor británico, quien influyó en el modo de pensar y sentir de Gandhi, el hombre de la eterna sonrisa, el pacificador. Decía Jhon Ruskin: «El sol es delicioso, la lluvia refresca, el viento nos vigoriza, la nieve es estimulante; en realidad no existe el mal tiempo, sólo diferentes tipos de buen tiempo». Yo, Diario, me quedo con esta reflexión, la más sensata y sabia, por la que Francisco de Asís haría un himno de alabanza a su Señor. «Alabado sea mi Señor», cantaría él (18:56:04).

domingo, 3 de abril de 2022

3 de abril de 2022. Domingo.
BELLEZA Y EXPIACIÓN

Al ir  iban llorando, es duro el trabajo. F: Prensa

-Domingo de cielo azul y cuaresma, de belleza y expiación. La luz nos acompaña en este domingo de orar y sembrar. «Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares», exulta el salmo 125. En el éxodo de la cuaresma, ya se vislumbra la tierra de promisión, la que Dios nos regala en su Hijo Jesucristo. Aunque aún estamos con las manos en la siembra, la esperanza nos da alas. Ahora ayunamos, damos limosna, hacemos penitencia, nos llenamos de pesares: estamos sembrando; pero después diremos: «El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres». La cosecha se vislumbra copiosa, abundante, y preparamos las herramientas para la siega. El amor de Dios nos espera al otro lado de la cruz. Aún estamos en  tiempo de lágrimas, pero confiamos en el Señor que nos ha prometido que habitaremos la tierra de la abundancia. Cortaremos el trigo de la gracia, y «la boca se nos llenará de risas». Con llanto sembramos, pero reiremos al tocar el trigo y verlo llenar nuestras manos, y derramarse por entre los dedos como agua de bendición. Jesús sufrirá ofensas, espinas en la frente, clavos en las manos, sangre manando, hasta vaciar el cáliz de su vida y llenar el de nuestra redención. Así podrá decir: «Todo se ha cumplido». Hasta que la cosecha sea recogida –¡Aleluya!– la noche «venturosa» de la resurrección. Entonces, podré decir con el salmo: «Al ir iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelto cantando, trayendo las gavillas». Las gavillas de la salvación, de las que todavía, Diario, nos alimentamos (12:52:55).

sábado, 2 de abril de 2022

2 de abril de 2022. Sábado.
ANCIANIDAD QUE ALETEA

Luz y libros, se complementan. F: Prensa.

-Cielo azul y sol, o la tienda y su señor; tienda de la que sale el sol «como un esposo de la alcoba, y se regocija cual hombre fuerte al recorrer su carrera». (Salmo 19). Con este azul y este sol, todo es alegría, liberación, que se ofrecen al cielo y a la tierra. Con el sol, el mar se apacigua y se hace encerado azul sobre el que escribir con la tiza misma del sol. «¿Que escribo en él?», me pregunto. Entre otras cosas, suelo escribir: «Gracias, caballero, por tu espada de luz». El sol, que da la vida, es, no obstante, señor de desprendimiento, de largueza, su luz es generosidad que, a veces, encandila. El sol hace volver la mirada hacia lo que ilumina y evita que lo miremos a él, señala el teólogo alemán Eberhard Arnold. El sol es como un libro abierto, que enciende pensamientos, encamina aptitudes, da sabiduría, y luego se cierra y esconde su saber en la alacena de una biblioteca, sin luz y con polillas, en sabia oscuridad, hasta que alguien lo vuelve a abrir y entonces retorna a ser él luz en la luz. Con luz en mi habitación y un libro, nunca pienso que estoy solo; pienso: «Somos tres: la luz, el libro que se abre para mí, y yo que leo para darme libertad, claridad interior». Leyendo un libro siento, a veces, un estremecimiento, sensible, de haber tocado la verdad, como si me invadiera el Espíritu de Dios. Ya sé, Diario, que hay libros y libros: unos servibles en tiempos de juventud, y otros que deleitan y embellecen la ancianidad. Sin desdeñar ninguno, yo me quedo con los últimos, que ilustran y dan sabor a la vida, y la hacen, entre Dios y los libros, más llevadera y soñadora: o ancianidad que aletea (12:27:35).

viernes, 1 de abril de 2022

1 de abril de 2022. Viernes.
SUEÑO DE LLEGAR

Tocar el cielo, en Riga. Letonia.

-Amanece abril con sol y nubes, y un poco de fresquito en el cóctel del día. Este fresquito es la pizca de pimienta que echa el tiempo en el combinado para que se parezca a la vida, que es sol y sombras, miel en la rosa y espinas en el rosal, destellos vibrantes, arrebatadores, y oscuridad. El trimestre que se ha ido, ya es pasado; empezamos a vivir el futuro. El pasado es recuerdo, melancolía, a veces; el futuro –indefinido, incierto– es esperanza, deseo, sueño de llegar. Como dice San Pablo, es el atleta en la carrera. Se trata (sin olvidar el pasado, que es base y fuste de la columna) de empezar la ascensión; si es que se busca subida, elevación, tocar estrellas, y no caída. Caer en el abismo es fácil; evitarlo es difícil, pero posible. Como advertía Juan Pablo II, el futuro comienza hoy, no mañana. Lamentarse es debilidad, tomar decisiones es tratar de llenar de claridad el futuro que ya ha comenzado en este instante. Y ser, como dice la poeta Raquel Lanseros, «orfebre del instante». El futuro es poner la esperanza en el umbral de todas las acciones y sus posibles conquistas. Sabiendo que la esperanza, Diario, es la luz –¿Dios, la fe?– que alumbra cada paso que das; fe en tus pasos (18:11:13).

jueves, 31 de marzo de 2022

31 de marzo de 2022. Jueves.
DIOSECILLOS PIRADOS

Canta mal y no trabaja, medra. Torre de la Horadada

-Un sol de bodas de oro, en el azul del cielo, ha devuelto el color a las cosas, y un poco de calor. Me gusta la lluvia y me vigoriza el sol. Con ambos, despierto por la mañana y vuelo, y con los brazos abiertos hago ejercicios de aleteo en el balcón; en mañanas especiales, y después de rezar, es mi gimnasia preferida con la que trato de mover el corazón y llamar de paso a la inspiración. Inspiración que va y viene como el vuelo de las aves o el vaivén de los árboles con el viento. Mientras, veo que, en nuestro mundo, al tiempo que se está dando a Dios de lado, se van creando otros diosecillos pirados, impotentes, mediocres, que, con pies de barro, se montan su propia estatua para adorarse sí mismos. Y el entorno, empesebrado, guiado solo o por la dinámica del poder o el deseo de prosperar sin trabajo y sin esfuerzo, regala sonrisas y halagos al jefecillo despótico y engolado, al preboste envilecido y menguado. Un líder es el que sirve, no quien se pavonea mandando. Es tarea del líder llevar a la gente desde donde está hasta donde nunca ha estado, decía Henry Kissinger, político. Es el que ve primero porque ha soñado y trabajado más en percibir y amueblar el futuro en su mente. Ese futuro al que todos, queramos o no, nos encaminamos. La mayor y más enfangada corrupción, es la de la persona mentirosa, que es capaz de cambiar, sin temblarle el pulso, el bien por el mal, la justicia por lo indigno, y encima estar presto para jurar fidelidad a lo que está mancillando. ¿Te recuerda esto, Diario, a alguien próximo a nosotros, que nos mal gobierna y, sin Dios, dice creer en los milagros? (12:45:13). 

miércoles, 30 de marzo de 2022

30 de marzo de 2022. Miércoles.
PROHIBIDO PENSAR

Alambradas, en Auschwitz. Cracovia. Polonia.

-El día amanece con llovizna, como despeinándose levemente. Despeinarse lloviendo, con sobriedad, es como si una mujer sembrara su cabellera para que naciera el trigal o la arboleda. El tiempo siembra ahora, para recoger en verano. Esta mañana, sin embargo, me despierto con una pavorosa y terrible noticia: el gobierno de Sánchez, el iluminado por zahúrdas, suprime, por decreto, la filosofía en las aulas. Sócrates dijo: «No puedo enseñar nada a nadie. Solo puedo hacerles pensar». Desde ahora, prohibido pensar. En las escuelas, se coarta la imaginación, se deja de valorar ideas, de soñar utopías. Como decía René Descartes: «Vivir sin filosofar es como tener los ojos cerrados, sin intentar abrirlos jamás». Es matar la reflexión, el análisis de las cosas –de las rosas–, el discernimiento. Está prohibido tratar de encontrar la verdad, sólo aceptar y vivir según la verdad del jefe, del tirano: ser rebaño siempre y no personas. Antes se suprimió la religión, ahora la filosofía. Un tirano y sus alambradas, Diario, nos acechan (17:47:33).

martes, 29 de marzo de 2022

29 de marzo de 2022. Martes.
MI SOMBRA Y YO

La escoba  y su sombra, en el jardín. Torre de la Horadada. Alicante

-Como jugando al escondite, sale y se oculta el sol. Esta mañana. Como hecho de raspa de pescado molida, calcificado, sin intensidad. Un sol mustio, de pañuelo resfriado en el bolsillo. Y sin embargo, canto. Canto rezando Laudes, y escribiendo, y leyendo El infinito en un junco de Irene Vallejo. Precioso libro sobre la historia del libro, que se lee como el que bebe un trago de agua con la ansiedad del sediento. Esta noche he dormido mal. En mi sueño, iba yo por el desierto, camino de no sé dónde; o mejor: íbamos el sol, yo y mi sombra. El sol delante y yo y mi sombra, sometidos, detrás. Aunque alguna vez he pensado deshacerme de mi sombra y dejarla allí tirada en el fango del sol y de las moscas, no obstante, he seguido con ella, pegada a mis talones. «Pero ¿por qué deshacerme de la sombra y no del sol?», me he dicho. Tirano el sol y levedad la sombra, y sin embargo he pensado dejar la sombra y seguir soportando al sol. ¿Por qué? Quizá se deba a que el tirano se impone, cruelmente, y la sombra –ligereza– se deja derramar, como la hoja que cae o la mirada que la sigue en su caída. Y es que al acostarme no he dejado de pensar en la guerra de Ucrania y en la maldad de los tiranos. Y este pensamiento me ha seguido en el sueño, hasta convertirse en pesadilla. Tal vez haya sido eso. Al despertar, me he sentido aliviado, y, sin el peso del sol, he amado a mi sombra, la que, con humildad y levitando tras de mí, me sigue siempre que hay luz, símbolo este, Diario, de lo que es el ser humano: realidad que piensa y humareda, o cosa divina y polvo (17:56:10).

lunes, 28 de marzo de 2022

 28 de marzo de 2022. Lunes.
¡SÍ A LA VIDA!

Verde esperanza por la vida, en Madrid. F. Prensa.

-Vestir una ciudad de verde es cubrirla de esperanza, llenarla de bosque para que, como el pájaro o el arroyo, o el musgo que crece donde existen el agua y la luz, vuele la vida, y en libertad. En tiempos en que se aclama con leyes injustas la muerte, decir: «¡Sí a la Vida!», es decir no a la indignidad y a la mentira, a la ignominia, al «descarte». Aceptar la ley del aborto y la eutanasia, propiciadas por el Estado, es, como dice el Papa Francisco, entrar en el horror del «homicidio», del crimen, y, quien lo practique, «mata». Ayer Madrid se vistió de niños con globo, de alegría vital, de padres que cantaban el himno luminoso y festivo de la alegría por vivir. Fue como revivir la oda a la alegría de F. Schiller: «Alegría, bella luz divina..., los hombres se vuelven hermanos, / allí donde se posa tu benigno vuelo» La ancianidad y el enfermo necesitan, no que se les ayude a morir, sino que con amor, asistencia afectiva, médica, espiritual –cuidados paliativos–, se les invite a vivir. Lo mismo que el niño que es concebido, debe vivir, es su derecho. Nada ni nadie pueden arrebatarle la facultad de poder nacer, y poder decir: «¡Madre!», o «¡Qué bella es la vida!». Es, dice el papa Francisco del aborto: «Como contratar un sicario para resolver un problema…; sería como aceptar el homicidio cotidiano». Matar niños es como quemar libros, se mutila el futuro, se entorpece el fluir de la historia. Ayer, en Madrid, se oyó, sobre todos, el silencio de los niños y ancianos triturados por layes mal llamadas «progresistas», y propiciadas por un gobierno decididamente «¿progre?» y sacrílego. Con este terrible «progreso», mueren los pueblos de injusticia y maldad, y triunfa el estrago, la aflicción, la carestía espiritual. Ayer, Diario, me percaté que en los ojos de muchas gentes, lloraba el Silencio de Dios (12:05:17).