13 de febrero de 2014. Jueves.
COSAS
CORTITAS
Me vi hoja, en el suelo del jardín. F: FotVi |
-Estoy en
un libro que titulo Cuentos breves de usar
y tirar (o de tirar antes de usar), y en el que, haciendo de Monterroso (no
de imitador, sino del mismo Monterroso), voy recopilando cosas cortitas que se
me ocurren y que quieren ser cuentos, o parecerlo, y quizá sólo sean excusas para,
con Borges y otros, como Javier Tomeo, hacer de la brevedad el otro lado luminoso
y no oscuro del tocho (o libraco infecto de seiscientas a mil páginas) y que,
pretendiendo decir mucho, apenas dice nada, y que es pretexto, sin embargo,
para aparentar que se es intelectual y lector asiduo en el tren, en el avión, a
la hora del desayuno e incluso del esfuerzo intestinal en el retrete, con perdón,
de tal modo engancha, se dice; claro, que de tal modo engancha que acaba por
dormir a un muerto. Pues éste es mi cuento breve (que quizá sea bueno…, o que
quizá, no), que lleva por título El
invierno, y que dice así:
Vi caer unos copos de nieve y las
últimas hojas del álamo; era claro que el otoño tocaba a su fin. Bostecé y me
sentí caer yo también; al poco, me vi en el suelo copo de nieve y hoja de
álamo, y entonces supe que yo era el invierno; y tuve frío, mucho frío; y no me
sentía las manos…
Diario, ¿a que no está mal, a pesar de ser tan cortito? Claro, que no vale
como lectura de Madrid a Praga, o ya en Praga, del aeropuerto al WC del hotel,
digo (19:50:02).
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