22 de febrero de 2014. Sábado.
QUE ASÍ SEA
Casi tocando lo divino, desde el jardín. F: FotVi |
-¡Qué día!, digo, y me cae una luz fina que, como un bautismo, me unge
de belleza el alma. El alma se me hace temblor, entonces, como la madera del
árbol en primavera, e intenta florecer, y lo logra: florece en gozo, que trata
de ser contagioso, y en felicidad, que inmediatamente trato de compartir. Hoy,
Diario, ha sido un día de esos en que parece que no sucede nada y, sin embargo,
sucede todo: hasta dar la sensación de estar intuyendo la trascendencia, y, al
otro lado de la belleza que me asedia, casi tocando lo divino; ya sé, ya sé: ya
sé que en el mundo, por culpa del ser humano y sus arrebatos de insensatez, sigue
el sufrimiento y el apagón casi general de la equidad y el buen juicio, lo sé. Pero,
en este día de felicidad y naturaleza propicia, pido luz y cordura para que aquellos
que llevan las riendas del carruaje del mundo, acierten en la elección del
camino y consigan llegar a buen puerto. Y, como diría el ángel del amén: que así
sea (20:47:47).
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