15 de febrero de 2014. Sábado.
CHUZOS DE
PUNTA
Viñeta lloviéndose, en ABC. |
-Un sábado con sol que invita al descanso corporal, pero no a la tregua
en la tarea espiritual. Relajar el cuerpo, pero avivar el espíritu, es un
magnífico ejercicio de sabia responsabilidad. Es el ejercicio del ave que vuela,
en el que unas veces agita las alas y en otras planea, haciendo del vuelo una
obra de arte y eficacia, evitando así la rutina y el cansancio, y el no caerse
en mitad del vuelo. En casi media España todo es lluvia y viento, malas lluvias
y peores vientos, los vientos y las lluvias del desastre. Y sin querer señalar,
es como si nos hubiera mirado un dios tuerto y mequetrefe (quizá político, o
carca o progre, y aun nacionalista lírico sin lira) de mala uva. Hasta en
Canarias (donde Candela), diluvia, nieva y hay látigos de viento. Sin embargo, aquí,
en el Sureste, donde cabe la Murcia del mar y la costa, sol y azul en el cielo,
con alguna nubecilla vestida de cendales y calzada de zapatillas de ballet, que
pasa de puntillas. Aquí, pidiendo el agua, y por ahí ahogándose; yo, Diario, en
mi tregua espiritual, rezo para que llueva aquí y pare donde ya no es lluvia lo
que cae sino diluvio, y con chuzos de punta. Oh, Diario, reza conmigo y pide al
Señor que nos caiga una ración de lluvia de la que por ahí salta puentes y
arrastra casas, y que, con el viento, pone los paraguas del revés, paraguas que
vibran y se deshacen entre estertores, varillas sueltas y tela rota, y desánimo
y risa en quien no puede dominarlo. Piedad para aquéllos, y un poco de lluvia, sólo
un poco, para éstos, por favor (20:27:22).
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