miércoles, 19 de agosto de 2020

19 de agosto de 2020. Miércoles.
UN CÁNTICO NUEVO

Resonancia de Dios, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi


-Siempre que oigo un canto cualquiera, recuerdo el salmo aquel que dice: «Cantad al Señor un cántico nuevo». Después de Bach, de Beethoven, de Victoria, de tantos otros, ¿un cántico nuevo? ¿Dónde, cómo, con qué música distinta? Y empiezo a hilar melodías en mi cabeza, y, antes o después, todas se rompen. Como carámbanos de hielo. No soy músico; pero soy un soñador. Y sueño que podría hacer una música nueva, jamás ideada por nadie, jamás dicha por violín alguno; una música que fuera más allá del himno a la alegría de la 9ª Sinfonía de Beethoven. Y es que, como dice Pilar Martínez, en su libro Dios es Música: «Dios desborda su amor resonando». Y resuena en la Palabra, en la flauta, en el arpa de diez cuerdas, en el viento, en el trago de agua, en el brincar del arroyo; «la música de Dios, está en todas partes», me he dicho. Y he seguido imaginando músicas nuevas, llameantes; músicas portadoras de un «cántico nuevo», celeste. Y esta mañana, desafinando mi oído, hecho árbol y naturaleza, y olvidando músicas celestiales, me ha parecido oír ese «cántico nuevo» que buscaba; y lo he hallado, Diario, en la rechinante y rasposa, y áspera cigarra, donde resonaba la creación y el amor de Dios (19:00:43).

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