21 de agosto de 2020. Viernes.
ARMA ARROJADIZA
ARMA ARROJADIZA
-El espejo es, en la
intimidad, el arma arrojadiza más letal contra la mentira. El espejo es el niño
inocente y travieso que siempre dice la verdad. Los ojos del espejo son
infalibles, y tajantes. Nunca engañan, nunca adulan. Espejo puede ser el agua
de un estanque, un trozo de metal pulido, los ojos de alguien que te mira. A no
ser que los ojos que te miran en el espejo sean tus propios ojos. Entones eres
Narciso, que contempla su belleza en el agua de un estanque. Belleza que, al
quererla besar, te destruirá. La causa: su vanidad ególatra, la sucia avaricia de
sí mismo, su fatua perversión. Narciso cae en el agua –espejo de su belleza– y
se ahoga. Es una historia moral y ejemplarizante griega, que aún hoy en día nos
debiera servir para corregir humores y tendencias, y veleidades. Yo, en este
momento, estoy pensado de un modo especial en un político. No digo su nombre
por no verme involucrado en sus manejos y trapicheos, y poder caer con él en el
agua –trampa– de sus mentiras. Sólo pido a Dios, que este personaje deje
de mirarse tanto en el espejo y se dedique a contemplar en su alrededor, donde la
muerte y la pobreza abundan, donde lo peor –la indigencia– está gimiendo, como un niño perdido
en una gran ciudad. Menos mal, Diario, que también está la esperanza: manantial de Dios
en el que mirarse y del que beber; y, como dice Isaías: «Todo gratis, sin
dinero» (11:47:50).
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