miércoles, 26 de agosto de 2020

26 de agosto de 2020. Miércoles.
LA MOCHILA DE DIOS

Pensándose ir al cole. Murcia. F: FotVi

-El otoño está a la vuelta de la esquina, y, agarrado de la mano, lo acompaña el coronavirus, como el niño que, muy formal, se dispone a ir a la escuela. El covid no se ha marchado: se ha instalado en nuestras vidas como el cepillo de dientes o el espejo en el que Sánchez –presidente, coronado– se mira para quererse. Se quiere tanto, se gusta tanto, que parece un niño comiendo palomitas de maíz. (Ay, cómo crujen y saltan al hacerse). Nuestros niños volverán a la escuela con el miedo de los padres en su mochila. Libros y miedo por igual en la mochila, y en los ojos, y en el distanciamiento con los otros niños, y en la pregunta retraída al profesor. Nos dijeron –los sabios– que con el sofoco del calor, el virus se moriría. Y no ha sido así; ha rebotado con más fuerza, aunque menos letal. Dicen. Empiezo a no creer en los sabios de la tierra, aunque los respeto. Creo más en la sabiduría de Dios, que no causa espasmos, ni escalofríos, ni miedos, y, sin embargo, es más estable, dinámica, libre. Cojo el miedo de los padres y lo meto en la mochila de Dios, para que Él, Diario, decida lo mejor: lo mejor para Candela y sus amiguitos, los otros niños del mundo (12:41:08).

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