31 de agosto de 2021. Martes.
SUBE LA LUZ
SUBE LA LUZ
-Sube la luz, baja la calidad de vida. Se oscurece la pobreza;
resplandece la perfidia. Según el evangelio, la pobreza buscada y vivida es
santidad, bienaventuranza; la impuesta es injusticia, vergüenza, degradación. Enciendes
la luz y lees; sin luz, extiendes la mano, tropiezas con la nada y caes en la
cuenta de que no hay libro. La tarifa eléctrica se dispara, y el Gobierno –éste
y los otros– mira para otro lado, como si fuera asunto que no va con él. Con la
subida de la luz, se encarece todo, desde la camisa que luces al pan que comes,
o el café que desayunas. «Vivir sin luz es morir; menos mal que la luz del sol
es gratis», dice el pobre, dando pasos perdidos por el interior de su cartera,
que habla –las manos en los bolsillos– de sus carencias. Pero ya que la luz ha
subido tan alto –132 euros el megavatio hora–, y es tan difícil alcanzarla, pongamos
a aletear la esperanza, y digamos, Diario, con Augustine Og Mandino, escritor
estadounidense: «Me encanta la luz porque muestra el camino, pero "soportaré" la oscuridad porque me muestra las estrellas». La esperanza, aun en la oscuridad, es la
pequeña luz –cerilla tal vez– que ilumina los pasos de la vida, y les permite
avanzar (13:22:15).