23 de agosto de 2021. Lunes.
ESPERAR EN LA ESPERANZA
ESPERAR EN LA ESPERANZA
-Creí que se habían ido, y esta mañana, cuando el sol abría su rosetón –vidriera–
de claridad, he visto un vencejo cruzar los cielos. Veloz como un pensamiento
de luz negra. Y alegre, bailando el vals de la elegancia o el tango de la
voluptuosidad. Al compás de la música del universo, los vencejos danzan –quizá
den gracias–, en un anhelo incesante de libertad. La libertad de las criaturas
de Dios, las que guía en su quehacer, no la inteligencia, sino el instinto. Las
aves vuelan. Entonces he pensado, con tristeza inmensa, en la niña, perdida en
el aeropuerto de Kabul cuando sus padres eran evacuados: ella quedó en la
tragedia, se diluyó en la multitud. No pudo volar. Los humanos no tenemos alas
para elevarnos, pero sí ojos –sentimientos– con los que llorar. Llorarán, con ella,
sus padres y amigos, y todas aquellas personas que lamenten, con lágrimas, la
desgracia de Afganistán. Yo lloro y rezo, porque, como dice el poeta: «Es hora
de esperar en la esperanza». «Esperar en la esperanza», Diario, o en la
capacidad de extender las alas y salir del bucle de cualquier intolerancia, de
cualquier cepo, de cualquier opresión, escalando los mil peldaños que llevan a
la libertad (11:47:16).
No hay comentarios:
Publicar un comentario