martes, 10 de agosto de 2021

10 de agosto de 2021. Martes.
LOS ÁRBOLES GRITAN

Arde el bosque, la vida muere. Grecia. F. Prensa

-El día amanece mortecino, apagado, de color hueso, sin sol y en calma chicha, preludio de calor. Los árboles, expectantes, no se mueven, observan. ¿Los árboles piensan? Quizá no, pero sienten. «Veo por doquier en la naturaleza –ejemplo el árbol– capacidad de expresión, y, en cierto modo, un alma». (Van Gogh). Grecia y Turquía, sin embargo, arden por los cuatro costados de sus bosques. El fuego es el resultado del cambio climático. Los árboles gritan y la sociedad, adormecida, no los oye. El aire que respiramos ha sido antes depurado por el árbol; los árboles exhalan pureza, para que nosotros podamos inhalar vida. El árbol recibe nuestras miserias –CO2, detritos, contaminación– y nos devuelve la alegría del oxígeno, que vigoriza la existencia, nos permite respirar. «El árbol –dice un proverbio– es el éxito más extraordinario de la naturaleza». El bosque es fuente de sabiduría, en él se vislumbran los libros, y las bibliotecas, y el silencio para la lectura. En el bosque se escuchan los silencios, también, a veces, el de Dios. Decía Tagore que «los árboles son el esfuerzo sin fin de la tierra para hablar con el cielo, que escucha». Cuando veo derribar un árbol, Diario, me tiembla el alma; cuando lo veo plantar, hasta los huesos aplauden en mi interior, se hacen lírica verde, mariposas de ilusión (11:33:01).

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