19 de agosto de 2021. Jueves.
EL GOZO DE LA GAVILLA
EL GOZO DE LA GAVILLA
-Despierto, me aseo, rezo, digo palabras hoy extrañas, como paz,
libertad, dame la mano, caminemos juntos, saca el odio de tu cabeza y déjalo
caer a tus pies, quedará donde tú pises y será polvo y no pensamiento; amor
digo, es decir, Dios, y me refugio en sus palabras. En las que hallo en aquello
que digo, y que, con su ayuda, descubro que las puedo vivir. Dice San Pablo en
la Carta a los Efesios: «Porque Él mismo es nuestra paz, y de ambos pueblos
hizo uno, derribando el muro de separación, el odio». Decir Jesús es decir paz;
no podemos decir Jesús y seguir con las manos, la izquierda y la derecha,
enfrentadas: en una guerra civil inservible, perversa, dentro del cuerpo cuya
cabeza es Cristo. Si como dice el salmo: «Me adelanto a la aurora pidiendo
auxilio»; el auxilio que pido debe ser ecuménico, universal, no solo pido ayuda
para mí y mi entorno, llenaría mi egoísmo y vaciaría de apoyo a los otros; el
auxilio que pido, Diario, es de mano tendida, en la que se den juntas la paz y
la libertad, y el amor, como anillo –¿de boda mística quizá?– que anude y enlace
todos los afectos, como la cuerda ata y logra el gozo de ser gavilla, hermosa cercanía (12:22:33).
No hay comentarios:
Publicar un comentario