martes, 21 de diciembre de 2021

21 de diciembre de 2021. Martes.
BELLOS ACORDES DE CONVIVENCIA

Así amenecía, hoy, en Murcia. Casa Sacerdotal. F: FotVi

-Esta mañana, cuando el sol se anunciaba –todavía era solo un revuelo de claridad roja en el horizonte; luego, a ratos, lo han ocultado los nublos hechos llovizna, es invierno–, una bandada de palomas volaba valses en el cielo. Y, en el rezo, entre labios, he dicho: «Gracias, oh Dios, por volar con las palomas». Y he pensado que la palabra de Dios –«Y dijo Dios: “Bullan las aguas de animales, y aves revoloteen sobre la tierra en el firmamento celeste»–, jamás muere: es aliento –soplo– perenne en todo aquello que existe. Vuela en el vuelo de las aves y bulle en los animales que pueblan las aguas del mar. Quedar en las palabras es hacer objeto de permanencia –reliquia– aquello que se dice. Samsagaz, en Las dos torres, segunda parte de El Señor de los Anillos, de J. R. R. Tolkien, comenta: «Me pregunto si algún día apareceremos en las canciones y las leyendas». ¿Y a qué este interés? Para poder ser recordado junto al fuego, hecho recuerdo –presencia–, muchos años después: el recuerdo, en las palabras, es piedra tallada que habla de los acontecimientos pasados, haciéndolos brillar en la actualidad, como realidad que estuviera sucediendo ahora. Estamos viendo y sintiendo la fuerza de las palabras en este tiempo de adviento, que prepara la Navidad, te hacen recogerte, pensar, dulcificar tus iras, intentar poner en tono divino tu espíritu, hacerte villancico en las boca de los niños. Es decir, reír con el amor y la amistad, reconstruir el cielo nuevo y la tierra nueva, dar la mano y repetir con los ángeles: «Gloria a Dios en la alturas, y en la tierra paz». Paz y armonía, Diario, bellos acordes de convivencia en esta Navidad todavía maltratada por la pandemia, pero que vuela en alas de palomas de esperanza, en las que Dios –que nace– se hace un hueco en Belén (13:06:25).

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