22 de diciembre de 2021. Miércoles.
NAVIDAD, LOTERÍA
NAVIDAD, LOTERÍA
-Hoy, la mitología sale a nuestro encuentro y nos alía con Fortuna –o
Tiqué–, la diosa de la suerte, del azar, del fasto. Día, pues, de ventura, de
felicidad; pero también, si no toca la lotería, de disgusto, de –casi– frustración.
Aunque menos, pues queda la salud, y la fortuna de que nazca Dios, y la otra
fortuna, luminosa y creativa, nacida de nuestras manos esforzadas. La
lotería –de Navidad– es el arma de guerra, sin embargo, de la diosa Fortuna. En
este tiempo de desgracias, no viene mal una pequeña llama de luz –luciérnaga en
activo, aunque sea pagana– en el día, de noche siniestra, en el que nos
movemos. La pandemia, la crisis económica, tanto llanto, tanta pérdida, Gobierno
reñido con la verdad, políticos, algunos sin alma, que cocean y escupen
consignas, sin más trascendencia que el ruido, ruido de serpiente de cascabel. O
de perversidad ruidosa. No obstante, como dijera Robert A. Heinlein, escritor
de ciencia ficción: «La alegría más segura y generosa proviene de ser feliz por
la buena fortuna de los demás». O, sin que toque la lotería, vivir la alegría
de que le haya tocado al otro; es decir, en vez de lotería, Evangelio, y en vez
de dinero, alegría, congratulación. Dice el Eclesiastés, libro sabio, que «la
alegría del corazón es la vida del hombre, y el gozo, la prolongación de sus
años». La tristeza, aunque se sea joven, hace viejos, cavernosos, y deprime al vecino
del piso de al lado; dale al cercano la alegría de verte alegre,
feliz, contágialo, enriquécelo, del bien de la amistad (12:09:36)
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