7 de diciembre de 2021. Viernes.
DÍA DE ONOMÁSTICAS
DÍA DE ONOMÁSTICAS
-Hoy es día de celebración. Celebrar es hacer memoria, traer el pasado y
hacerlo presente, como acontecimiento y fiesta –presencia– en el corazón. El
corazón, donde laten todos los amores. Hoy, día de San Francisco Javier –mi
hermano, contemplando ya a Dios tal cual es, y mi sobrino, en Madrid– celebran
su Onomástica, y, con ellos, toda la familia; una familia de 5, dispersa, pero
estrechamente unida, como una gavilla de afectos, apasionados. Hoy, nuestros
afectos, se entrecruzan en la bóveda del cielo y se hacen signo de cercanía.
Con afectos, Jacob fue construyendo la escala de su amor. Jacob amaba y dio
–ascendiendo, en sueños– con Dios; y Dios, el Amor –descendiendo en sus ángeles– halló a
Jacob. Se encontraron en la escala de amor que Jacob había soñado para dar con
Dios, y que Dios, maravillado, había reconocido como lugar de aproximación. Dios
y Jacob se encontraron en la palabra, y en la palabra establecieron su amistad.
Y, de esta amistad, nació una ciudad, a la que Jacob llamó Batel, o ciudad de
la Luz. La palabra, con afecto, lleva siempre a la luz. Feliz día de tu Santo,
Javier, mi hermano, y amigo; feliz tú también, Javi, sobrino, y amigo. En ambos,
Diario, se hace juventud –en los recuerdos–, mi vida; vosotros sois la escala
que a cada instante me acerca a Dios, y con el que hablo e intuyo –vislumbro– la
ciudad, por mí anhelada, de la Luz (13:16:52).
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