6 de marzo de 2019. Miércoles.
CENIZAS
Fuego en el cielo, quedará la ceniza. En Murcia. F: FotVi |
-Ceniza en el cielo y
ceniza en la frente (del creyente), y en los ojos del pobre. Con la pobreza,
los ojos del pobre se ponen grisáceos, humillados. El pobre, en la humillación
de su pobreza, mira y no mira, o sea, que, en sus ojos, irradia el pudor. Y, en
el pudor, esconde su vergüenza. La vergüenza de la pobreza. No la vergüenza del pobre, sino del que consiente la pobreza. El cielo,
ceniciento, se ha vestido, pues, de Miércoles de Ceniza, que es el día con que da
comienzo la Cuaresma. En el evangelio de hoy se habla de las cosas que sería
bueno hacer en estos días de miradas hacia el interior y piadosos propósitos, de
pecados redimidos, de anhelos de pureza. Estas cosas son: una, el ayuno: o una
dieta de tipo religioso, que no solo adelgace las carnes, sino que purifique el
espíritu y lo haga volar alto, hasta la casa de Dios, si es que está más allá
de las estrellas, o tan cerca, que se le puede tocar y ver en el pobre; otra,
la abstinencia: o menos carne –y marisco– y más verduras y potajes, y, como
insinuaba Santa Teresa, alguna oracioncilla mientras se pela y se llora la
cebolla, que unas palabras a Dios, no vienen mal al guiso, lo enriquecen; y la
tercera: o el resultado del ahorro, por el ayuno y la abstinencia, que no debe ir
a engrosar la cuenta bancaria del que se pone el cilicio, sino ponerlo en el
banco de la pobreza, al servicio del pobre. A esta hora de la tarde, las 19:02,
veo que el cielo se ha aclarado y solo queda, Diario, la ceniza en la frente
del creyente, que debe der un bello signo de renuncia a las cosas que engordan
la carne y debilitan el espíritu, un signo de conversión y liberación, y con el
visto bueno del Dios de la sencillez y la misericordia (19:08:13).