9 de marzo de 2021. Martes.
¿REZA LA TIERRA?
¿REZA LA TIERRA?
-Ayer, día de intensas lluvias y con ruido de sables –tronada– en las
alturas; la campiña se alegró, y las gentes que la trabajan levantarían los
ojos al cielo con el lenguaje de la gratitud como plegaria. Quizás hicieran lo
que yo, mojarse las manos extendidas y frotarse la cara, para sentir el
sobresalto de la raíz cuando recibe la unción salvadora de la lluvia. El
sobresalto de la vida. ¿Reza la tierra? Con el hombre, la tierra que pisa reza
con él. Es una oración de elevación, de tierra y espíritu que ascienden, de
consagración celeste. La tierra habla con la lengua del hombre, hable bellezas
o diga maldades. La bendición o la maldición del hombre arraigan en la porción
de tierra que pisa, y la libera o la condena, la hace flor o la esteriliza. Decía
Víctor Hugo que la tierra habla, mientras el género humano no la escucha. Y yo
diría que la tierra habla de lo que escucha al ser humano. Si paz, habla de
acorde, de armonía; si guerra, habla de caos, de estrago. Luego de haber
rezado, leo a Joaquín Araujo, naturalista: “La tierra ama nuestros pies, pero
teme nuestras manos». En todo amor, sin embargo, existe el temor de que se rompa,
de lesionarlo; que Dios nos libre, Diario, de hacer de nuestras manos armas de cataclismo,
de desgarro; por el contario, que sean siempre signo de bendición, y, si es posible,
con el aspergeo del agua –lluvia– del cielo (12:56:21).