19 de diciembre de 2021. Domingo.
SU «SÍ», LA LLENÓ DE DIOS
SU «SÍ», LA LLENÓ DE DIOS
-Domingo 4º de adviento, y la esperanza se enciende, llamea: «La Virgen
dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel», profetizaba –soñaba–
Isaías. Isaías veía, contemplaba el porvenir, y lo decía, exultante de gozo. María,
tierra fecunda, habitación cerrada, pura, se entregará al Espíritu Santo, y
recibirá en su seno la simiente del Hijo de Dios, que ha de nacer Emmanuel. Dijo
«Sí», y su «Sí» la llenó de Dios. El Padre, el Hijo y el Espíritu se dan cita en
su seno y en él encarnan su Palabra, para que ésta «acampe» entre los hombres. Desde
entonces, el nacido de María será «Dios-con-nosotros». Su tienda; es decir, sus
llantos, sus risas, sus sueños, las palabras que dirá y las que se llevará con
él, su vida toda –como un rosal–, vivirán en su tienda de peregrino, junto a la
nuestra. Peregrino porque va hacia el Padre y lleva consigo, abrazado como un
buen libro de muchas hojas, el racimo de la humanidad, para tratar de salvarla
de sus errores, que la Escritura, desde antiguo, llama pecado. Del pecado del
hombre vienen sus angustias y tribulaciones, sus caídas y desplomes, tantos
abismos. Pero ahí está el Hijo, que, tras el Sí de María, dice: «Me has preparado un cuerpo…Aquí estoy
yo, oh Dios, para hacer tu voluntad». El otro Sí, el del Hijo, que hace posible
el poder ser Hijo del Hombre. Y, así, con la luz de su vida, se escribe el
evangelio, reflejo de María. Evangelio que anuncia el nuevo día, en el que Dios
será Amor y Crucifijo; o Amor que se da partido en la Cruz y hecho claridad,
repartición, en la Resurrección. Original eucaristía de Dios, Diario, que ya se nos anuncia en Navidad (12:05:06).