16 de marzo de 2022. Miércoles.
ADN DE DIOS
ADN DE DIOS
Primero, en la génesis de todo, cuando el inicio
del Big Bang de las estrellas y el primer brote del rosal, y el primer
sobresalto de la luciérnaga al verse luz, y el primer relámpago de plata del
pez en el agua, y el primer piar del pájaro –«¡Hablo!», se dijo el pájaro,
absorto–, entonces, Dios –¡oh maravilla!– me hizo a imagen suya; para luego,
tras el pecado y la muerte de Abel a manos de su hermano Caín, y las guerras y las
pesadillas del hombre con sus filosofías y sus ignorancias, y sus luces y
sombras, y sus torres de Babel y sus bellos sueños de un Más Allá; entonces, llegado el
Mesías, y con en el bautismo de agua, me hizo su hijo. Y en estas ando, tratando de dar buena imagen de Dios en mí y procurando ser su
hijo, con un poco, si es posible, de su ADN (o ácido nucleico, místico); el ADN de este
Dios que, para quien se deja, es Padre, y Ternura en su Hijo, y Aliento de Vida
en el Espíritu; Espíritu que hace brotar palabras hermosas en mi boca y me comunica
los siete dones de su Gracia. Y, mientras, aquí abajo, sigue la calima, tensa
y bronca, como si estuviéramos metidos en un trigal doblado y tendido por el peso
del viento; y la guerra en Ucrania: o la insensatez del hombre, que no quiere ver que fue hecho a imagen de Dios, y
que, sin embargo, cada día muerde la manzana del mal, alejándose así de Dios, su Creador. Muy
triste todo, Diario; pero así somos, y así nos degradamos (11:25:23)