24 de febrero de
2022. Jueves.
FILAMENTO DE ORO
FILAMENTO DE ORO
-Jueves y sol; y un hilo de tela de araña luminoso, que, de lado a lado de
la ventana, acoge a un sol horizontal. En el hilo de tela de araña el sol se
extiende perezoso, invernal, y, sin deslumbrar, se muestra más vivo; la luminaria del sol –filamento de oro ahora–, brilla
más. «¡Gozoso acontecimiento!», digo; acontecimiento en el que veo –absorto y
conmovido– la providencia de Dios. El pájaro vuela y pía, y se goza en sus
crías, y lo demás lo tiene por añadidura; la añadidura es el sustento y la
libertad, o la carencia de cualquier agobio. En libertad, busca y, sin agobio –su
canto lo revela–, encuentra y vive. Vive y da vida: con pico pródigo, alimenta
a sus crías. Es la maternidad que amamanta, de pico a pico, hundiendo su pico,
como pezón de leche, en el pico de la cría. Pico a pico: boca a boca, como dar
vida alentando. El pájaro echa a volar y canta, y vuelve y canta, y alimenta a
sus crías y canta; ha cumplido el presente y canta, sin plantearse el futuro.
En la noche, calienta el nido y en el día vuela y caza, y vive; y da vida,
cantando. Los lirios del campo ni trabajan ni hilan y ni Salomón, en todo su
fasto, estaba vestido como uno de ellos, dijo Jesús, el que contemplaba la
naturaleza con ojos de plegaria. En la belleza, no cabe el agobio, y menos si lo
bello es una tela de araña. La providencia es la fe: o Dios, que por
ser amor y ternura, y encuentro, también es Madre, como dijo el Papa Juan Pablo
I, el del fugaz y sonriente pontificado. Dios, Diario, en el Amor, es la Totalidad (17:49:08).
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