lunes, 11 de abril de 2022

11 de abril de 2022. Lunes.
MATEMÁTICAS EN EL CIELO

Vencejo iniciando el vuelo, tras dar de comer a las crías. F: Rekondo

-Por fin, geometría y acrobacias en el cielo, y vértigo. Cuando llegan los vencejos, todo es arrebato, ímpetu volador, el cielo se llena de dibujos eléctricos que significan alegría, y vida. Con emoción me digo: “¡Matemáticas en el cielo!». Y me estremezco. Cuando ellos vuelan, se llevan todos mis sueños. ¡Tantos! El año pasado llegaron el 6 de abril; éste, el 11: cinco días de retraso. Como a los gorriones, me gustaría poder darles de comer en mi mano, pero es imposible, ellos vuelan siempre, libres, como los pensamientos o los delfines en el mar. Vuelan, aun para amar. Y duermen volando. Sólo paran para alimentar a sus crías: un detalle de ternura en el corazón de aves peregrinas. Han vuelto en la semana que llamamos santa, quizá para decirnos que las tradiciones lo son, porque se guardaron en arcones de delicadeza y amor, y devoción, en el corazón y la mente. Ver llenarse el cielo de vencejos y las calles de nuestras ciudades de Dolorosas y Crucificados es un alivio espiritual y místico, emocional. Intransferible. Me conmueve tanto contemplar la Dolorosa de Salzillo, como las lágrimas que brotan en los ojos del penitente y de la mujer sencilla, que ve sus propias lágrimas en las de la Virgen que llora la muerte de su Hijo. Nos pueden prohibir rezar o reír, pero nunca llorar. Las lágrimas son el signo más conmovedor desde el nacimiento hasta el instante –desnudo e inconsciente– de la muerte, cuando se apagan las luces del teatro de la vida, y da comienzo, Diario, la otra vida, la del lado de Dios, donde todo es Amor y Luz, contemplación (17:51:07).

domingo, 10 de abril de 2022

10 de abril de 2022. Domingo.
LOS RAMOS DEL DOMINGO

Procesión de Ramos, cualquier lugar de España. F: Prensa

-Hoy, domingo de Ramos, hay niebla, bruma en el cielo. Sin embargo, las ciudades de España, tras dos años de silencio, salen a la calle a decir «¡Hosanna!» Siempre con niños y en borriquillo: o el Platero evangélico del domingo de Ramos. Es un día de metales oscuros en el cielo y de esperanzas blancas en el alma. Parece que en la alegría de los niños cantaran las palmeras, recogiéndose en oración. Jesús triunfa en Jerusalén, antes de morir fuera de sus murallas. El Misterio Pascual es eso: vida o triunfo, y muerte o fracaso. Razón por la que este domingo es llamado a un tiempo de Ramos y de Pasión, como la cara y el reverso de una moneda. La moneda de la gracia de Dios: cruz, muerte, resurrección. Esta semana, en la liturgia, se darán tres gritos del pueblo, que son el resumen del final glorioso en la tierra de la vida de Jesús. «¡Hosanna!», grito que anuncia la llegada del Mesías. «¡Crucifícale!», que proclama la entrega de Jesús a la muerte por los pecados de la humanidad. Ambos gritos son redentores, salvíficos, aunque el pueblo que los grita no lo sepa. Al decir «hosanna», expresan que están avisados de la llegada del Mesías, y que éste vive ya en las aulas de la Historia; con el «crucifícale», activan su muerte, por la que serán salvados. Y todo dará comienzo de nuevo con el tercer grito: «¡Aleluya!», celebrando, con asombro, que Jesús ha resucitado. Dios y el pueblo, para que sea posible la redención, se dan la mano. Estas tres palabras lo testifican: «¡Hosanna!», «¡Crucifícale!», «¡Aleluya!»: o Eucaristía: el sacramento de nuestra Fe. En él Cristo, hecho memorial –recuerdo vivo–, se nos da bocado y bebida que sustentan y redimen, y alegran el corazón (12:44:57).

sábado, 9 de abril de 2022

9 de abril de 2022. Sábado.
EL NOMBRE DE «MAMÁ»

Tres lirios, en el jardín. Viven en paz.

-Abro la página del día y una ola de azul me da en los ojos, como si un mar festivo y rumoroso de risas me hubiera estallado en el rostro. El día es claro y soleado, y azul, como una pintura del Greco en ascensión. Y en este azul celeste, otro azul de vida, el de María de Himalaya, que de enfermera abortista ha pasado a ser defensora de la vida, sin condiciones. Horrorizada, decía: «Colaboré en el asesinato de muchos inocentes que no llegaron nunca a vivir». Ella metía sus manos en ese infanticidio bárbaro e implacable, y sin defensa posible, de niños inocentes. Estos niños no podrán llorar ante las tumbas de sus madres como Vladyslav, de 6 años, y sus dos hermanos, Sofía de 13 y Vladimir de 10, en Bucha, la ciudad mártir de Ucrania. Su madre, Marina, de 34 años, trabajadora en un centro infantil, murió en uno de tantos bombardeos rusos indiscriminados. Enterrada en el patio de la vivienda familiar, sus hijos pasan todos los días y le llevan latas de comida y zumo, y lloran su ausencia. Vladyslav, el más pequeño, es el que más la llora; ya no tendrá un regazo en el cobijarse a la hora de dormir. De su boca ya no saldrá más el nombre de «mamá», que, con un beso, lo protegía en las noches frías de su vida. Putin, el sátrapa, se la ha arrebatado. Como a tanto otros: madres y niños, ancianos y padres. Pido a Dios por la paz y con Benjamín Franklin digo: «Nunca hubo guerra buena y paz mala». ¿Por qué nos odiamos? Es una pregunta que me hago a cada instante, Diario, y no hallo respuesta. Miraré al cielo y confiaré en Dios, sin desfallecer, hasta poderla hallar (17:39:47). 

viernes, 8 de abril de 2022

8 de abril de 2022. Viernes.
DOLOR DE MUJER

Virgen Dolorosa de Salzillo, Murcia.

-Hoy, arrodillado y triste, mi corazón venera el dolor de María, resumen y síntesis de todos los dolores de cualquier madre o mujer del mundo. En él gime el dolor de las madres de la guerra, que, con sus hijos abrazados y cerca de su corazón, huyen del terror de la muerte. Como el de tantas mujeres que sufren humillación y violencia, sus cruces personales, quizá en su entorno más querido. Decir María Dolorosa es traer el recuerdo de María al pie de la cruz, que vela, llorosa, con dolor de mujer que ama, el sufrimiento de su Hijo, cosido con clavos a una cruz, madero que, con esta nueva savia recibida de Jesús, le hará ser árbol bendito. Desde entonces, María es sagrario, urna de sufrimiento de todas las angustias humanas. En su tienda de acogida, en este desierto abrasador a veces de la vida, nos cobijamos los «desterrados hijos de Eva». María es la nueva Eva que da vida a lo que mató la primera Eva con su veleidad de pretender ser como Dios. La fe humilde de María –«He aquí la esclava del Señor»– puede con la soberbia y paranoia de la Eva del principio, cuando todo se estaba haciendo, desde la luz a los colores, con las palabras, que, al decirlas, daban entidad a las cosas. María concibe por obra del Espíritu al que está agonizando en la cruz, dándolo a luz como Palabra de Dios encarnada en su vientre, «tan sellado y tan florido», que cantaría el poeta. Vientre abierto para Dios, y que ahora llora como Madre, Diario, viendo al Fruto de su vientre morir en la cruz (17:57:19).

jueves, 7 de abril de 2022

7 de abril de 2022. Jueves.
EL HOGAR

Casas cristianas, s. IV, en Göreme. Capadocia. Turquía.

-Ajetreo, locura hermosa de palomas en el cielo. Sin brújula. «Hace sol», se dirán, y celebran su belleza con la belleza de sus alas desplegadas. Vuelan en racimo, o de dos en dos, como mandan los cánones en primavera. Es tiempo de seducir. La primavera reanima el alma, y, como al árbol, la hace florecer. Leí ayer en La Razón al periodista Abel Hernández que escribía: «La casa era el lugar donde alguien nos esperaba siempre: la casa, más que la infancia, es nuestra patria». Recuerdo las tres pequeñas y entrañables casas, en las que se fue haciendo mi infancia, hasta saltar a la adolescencia y luego a la juventud. Calle Honda, calle Rambla y Bailén. En Molina. Pero la de la calle Bailén es la que más huella dejó en mí; fue en la que aprendí a ser responsable, a saber lo que es amar, rezar, tener amigos, poseer y guardar libros, libros que abría con devoción y asombro, y a dar los pasos más íntimos e importantes, decisivos, de mi vida. En ella tomé conciencia de lo que es una familia, un hogar, lugar al que siempre se desea volver. Era una casa humilde, blanca de cal, hermosa y tierna, en la que vivía con mis primeros afectos: mis padres, mis hermanos, mis risas, mis llantos, mis silencios, mis balbuceos de servicio. Ahora puedo decir que aquella casa –cuatro paredes, unas escaleras y un tejado, unas voces, las de madre y padre, la risa y el llanto de mis hermanos, mis sueños–, era mi hogar: allí latía y estaba mi corazón. Allí empecé a amar y a sentirme amado, a ser persona con defectos y alguna virtud, allí tuve conciencia de lo que es ser humanidad. Cuando veo a personas salir de sus casas a causa de las guerras, acontecimientos adversos, o simplemente con sueños de progreso, me suelo preguntar dónde encontrarán su nuevo hogar, dónde podrán dejar descansar su corazón y cesar en su huida. Y no se me ocurre otra cosa que rezar, y ahí, Diario, me late la esperanza, porque pienso que en la soledad Dios acompaña siempre; comprobado: es el amigo fiel  (18:36:54).

miércoles, 6 de abril de 2022

 6 de abril de 2022. Miércoles.
VENAS DE GOZO

Sol que amanece, y nubes emborronando. Casa Sacerdotal. Murcia. 

-Después de la bendición de la lluvia, que se ha pasado días llenando los acuíferos de la tierra, sus aljibes escondidos –venas de gozo en el subsuelo–, hoy, espléndido, sale el sol. Pisando sobre el azul, se dispone a recorrer el día dando alegría y calor a este mundo de miserias y belleza indefinidas. Las nubes, sin embargo, se lo van impidiendo a cada paso. Como en una carrera de obstáculos. Es la vida: luz y sombras. Pero él está ahí, iluminando, dando color al paisaje, y construyendo la primavera. Primavera puede ser un pájaro que vuele de tu cabeza y se pose en las cosas, y picoteando en ellas, las embellezca. Luego suelta una corchea de su pico y se oye canto, salmo, plegaria: ¡y dentro de ti, ah, se oye a Dios! Decía Pablo Neruda: «Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos». Es decir, vestir de florecillas tus pensamientos y hacer que tus dolores y fracasos no sean lamento –invierno perenne–, sino algo que pueda llevarte a un nuevo florecer de la esperanza, a una primavera, nueva, en tu corazón. El corazón bien regado de ilusión, y a la puerta de la casa de Dios, siempre florece en amor, y en alegría, de las que nacen, Diario, la justicia, la paz, la fraternidad (11:59:53).

martes, 5 de abril de 2022

5 de abril de 2022. Martes.
TIEMPOS DE LABERINTO

El grito de los desheredados, de Mung, Galería N. Noruega

-Calmado el viento, sigue la lluvia, benévola, nada irascible, nutriendo los senos de la tierra; tierra que luego dará sus frutos: la almendra en la campiña y el limón en la huerta. Y la palmera, reverencial en sus ramas, y esbelta en su alta torre vegetal, de donde cuelgan, como ubres, los racimos de dátiles. (Muerdo un dátil y me estalla su dulzor en la boca: «exclamación del gusto», digo). Como decía ayer con Jhon Ruskin: celebro «el buen tiempo de la lluvia». Cuando llegue el otro buen tiempo de la primavera, vendrán los vencejos, los que, tan vitales ellos, siempre están volando. Es decir, morirán soñando. Soñar produce mundos inéditos, como pinturas expresionistas llenas de color a lo Van Gogh, o el grito de Edvard Munch sobre el puente movedizo de la vida. Vivimos tiempos de laberinto, incómodos («En el principio reinaba el caos», dice la Escritura), como si en nuestras vidas se hubiera instalado la desesperanza; he ahí la guerra, los crímenes de Putin en Ucrania, la pobreza que la pandemia ha acentuado en la sociedad, el llanto de los niños que, con el asombro en sus ojos, ven y no entienden qué ocurre en su entorno, la miseria intelectual, ética y moral de tantos dirigentes, los desplazados, y las madres, las que más pierden en las guerras, las que en soledad esperan al ser querido, que tal vez nunca vuelva. Las que más lloran por la justicia en el mundo. Sin embargo, yo no pierdo la esperanza, y digo –rezando– que cuanto más oscura es la noche, más estrellas se ven en el cielo; estrellas, Diario, que la noche –la del murciélago y la pesadilla– te regala, gozosamente (12:13:31).

lunes, 4 de abril de 2022

 4 de abril de 2022 lunes.
HIMNO DE ALABANZA

Vestido para la nieve, en Zakopane. Polonia. 

-Lunes, lluvia, viento, viaje a Torre de la Horadada, y frustración. Tenía una cita con un técnico electricista para las 10 horas, y, cuando eran las 11, y visto que no llegaba, he decido volverme a Murcia. No tengo coche: voy de taxi. Y, con las horas, sube el taxímetro. Y no son solo las horas del taxi, que suben como la espuma, sino también mis horas, las que yo he perdido, mojado y con el paraguas vuelto, por el viento, del revés. ¿Qué crees que hecho, llorar? No, he dejado el paraguas a un lado y me he colocado un pasamontañas, y, al verme en el espejo, he terminado por reír. Reír con lluvia y viento no es una heroicidad, es un modo de no llorar. O de bromear con el llanto, y, mientras te enjugas las lágrimas, reír. O en todo caso, mirar las cosas como Jhon Ruskin, preciosista escritor británico, quien influyó en el modo de pensar y sentir de Gandhi, el hombre de la eterna sonrisa, el pacificador. Decía Jhon Ruskin: «El sol es delicioso, la lluvia refresca, el viento nos vigoriza, la nieve es estimulante; en realidad no existe el mal tiempo, sólo diferentes tipos de buen tiempo». Yo, Diario, me quedo con esta reflexión, la más sensata y sabia, por la que Francisco de Asís haría un himno de alabanza a su Señor. «Alabado sea mi Señor», cantaría él (18:56:04).

domingo, 3 de abril de 2022

3 de abril de 2022. Domingo.
BELLEZA Y EXPIACIÓN

Al ir  iban llorando, es duro el trabajo. F: Prensa

-Domingo de cielo azul y cuaresma, de belleza y expiación. La luz nos acompaña en este domingo de orar y sembrar. «Los que sembraban con lágrimas, cosechan entre cantares», exulta el salmo 125. En el éxodo de la cuaresma, ya se vislumbra la tierra de promisión, la que Dios nos regala en su Hijo Jesucristo. Aunque aún estamos con las manos en la siembra, la esperanza nos da alas. Ahora ayunamos, damos limosna, hacemos penitencia, nos llenamos de pesares: estamos sembrando; pero después diremos: «El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres». La cosecha se vislumbra copiosa, abundante, y preparamos las herramientas para la siega. El amor de Dios nos espera al otro lado de la cruz. Aún estamos en  tiempo de lágrimas, pero confiamos en el Señor que nos ha prometido que habitaremos la tierra de la abundancia. Cortaremos el trigo de la gracia, y «la boca se nos llenará de risas». Con llanto sembramos, pero reiremos al tocar el trigo y verlo llenar nuestras manos, y derramarse por entre los dedos como agua de bendición. Jesús sufrirá ofensas, espinas en la frente, clavos en las manos, sangre manando, hasta vaciar el cáliz de su vida y llenar el de nuestra redención. Así podrá decir: «Todo se ha cumplido». Hasta que la cosecha sea recogida –¡Aleluya!– la noche «venturosa» de la resurrección. Entonces, podré decir con el salmo: «Al ir iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelto cantando, trayendo las gavillas». Las gavillas de la salvación, de las que todavía, Diario, nos alimentamos (12:52:55).

sábado, 2 de abril de 2022

2 de abril de 2022. Sábado.
ANCIANIDAD QUE ALETEA

Luz y libros, se complementan. F: Prensa.

-Cielo azul y sol, o la tienda y su señor; tienda de la que sale el sol «como un esposo de la alcoba, y se regocija cual hombre fuerte al recorrer su carrera». (Salmo 19). Con este azul y este sol, todo es alegría, liberación, que se ofrecen al cielo y a la tierra. Con el sol, el mar se apacigua y se hace encerado azul sobre el que escribir con la tiza misma del sol. «¿Que escribo en él?», me pregunto. Entre otras cosas, suelo escribir: «Gracias, caballero, por tu espada de luz». El sol, que da la vida, es, no obstante, señor de desprendimiento, de largueza, su luz es generosidad que, a veces, encandila. El sol hace volver la mirada hacia lo que ilumina y evita que lo miremos a él, señala el teólogo alemán Eberhard Arnold. El sol es como un libro abierto, que enciende pensamientos, encamina aptitudes, da sabiduría, y luego se cierra y esconde su saber en la alacena de una biblioteca, sin luz y con polillas, en sabia oscuridad, hasta que alguien lo vuelve a abrir y entonces retorna a ser él luz en la luz. Con luz en mi habitación y un libro, nunca pienso que estoy solo; pienso: «Somos tres: la luz, el libro que se abre para mí, y yo que leo para darme libertad, claridad interior». Leyendo un libro siento, a veces, un estremecimiento, sensible, de haber tocado la verdad, como si me invadiera el Espíritu de Dios. Ya sé, Diario, que hay libros y libros: unos servibles en tiempos de juventud, y otros que deleitan y embellecen la ancianidad. Sin desdeñar ninguno, yo me quedo con los últimos, que ilustran y dan sabor a la vida, y la hacen, entre Dios y los libros, más llevadera y soñadora: o ancianidad que aletea (12:27:35).

viernes, 1 de abril de 2022

1 de abril de 2022. Viernes.
SUEÑO DE LLEGAR

Tocar el cielo, en Riga. Letonia.

-Amanece abril con sol y nubes, y un poco de fresquito en el cóctel del día. Este fresquito es la pizca de pimienta que echa el tiempo en el combinado para que se parezca a la vida, que es sol y sombras, miel en la rosa y espinas en el rosal, destellos vibrantes, arrebatadores, y oscuridad. El trimestre que se ha ido, ya es pasado; empezamos a vivir el futuro. El pasado es recuerdo, melancolía, a veces; el futuro –indefinido, incierto– es esperanza, deseo, sueño de llegar. Como dice San Pablo, es el atleta en la carrera. Se trata (sin olvidar el pasado, que es base y fuste de la columna) de empezar la ascensión; si es que se busca subida, elevación, tocar estrellas, y no caída. Caer en el abismo es fácil; evitarlo es difícil, pero posible. Como advertía Juan Pablo II, el futuro comienza hoy, no mañana. Lamentarse es debilidad, tomar decisiones es tratar de llenar de claridad el futuro que ya ha comenzado en este instante. Y ser, como dice la poeta Raquel Lanseros, «orfebre del instante». El futuro es poner la esperanza en el umbral de todas las acciones y sus posibles conquistas. Sabiendo que la esperanza, Diario, es la luz –¿Dios, la fe?– que alumbra cada paso que das; fe en tus pasos (18:11:13).

jueves, 31 de marzo de 2022

31 de marzo de 2022. Jueves.
DIOSECILLOS PIRADOS

Canta mal y no trabaja, medra. Torre de la Horadada

-Un sol de bodas de oro, en el azul del cielo, ha devuelto el color a las cosas, y un poco de calor. Me gusta la lluvia y me vigoriza el sol. Con ambos, despierto por la mañana y vuelo, y con los brazos abiertos hago ejercicios de aleteo en el balcón; en mañanas especiales, y después de rezar, es mi gimnasia preferida con la que trato de mover el corazón y llamar de paso a la inspiración. Inspiración que va y viene como el vuelo de las aves o el vaivén de los árboles con el viento. Mientras, veo que, en nuestro mundo, al tiempo que se está dando a Dios de lado, se van creando otros diosecillos pirados, impotentes, mediocres, que, con pies de barro, se montan su propia estatua para adorarse sí mismos. Y el entorno, empesebrado, guiado solo o por la dinámica del poder o el deseo de prosperar sin trabajo y sin esfuerzo, regala sonrisas y halagos al jefecillo despótico y engolado, al preboste envilecido y menguado. Un líder es el que sirve, no quien se pavonea mandando. Es tarea del líder llevar a la gente desde donde está hasta donde nunca ha estado, decía Henry Kissinger, político. Es el que ve primero porque ha soñado y trabajado más en percibir y amueblar el futuro en su mente. Ese futuro al que todos, queramos o no, nos encaminamos. La mayor y más enfangada corrupción, es la de la persona mentirosa, que es capaz de cambiar, sin temblarle el pulso, el bien por el mal, la justicia por lo indigno, y encima estar presto para jurar fidelidad a lo que está mancillando. ¿Te recuerda esto, Diario, a alguien próximo a nosotros, que nos mal gobierna y, sin Dios, dice creer en los milagros? (12:45:13). 

miércoles, 30 de marzo de 2022

30 de marzo de 2022. Miércoles.
PROHIBIDO PENSAR

Alambradas, en Auschwitz. Cracovia. Polonia.

-El día amanece con llovizna, como despeinándose levemente. Despeinarse lloviendo, con sobriedad, es como si una mujer sembrara su cabellera para que naciera el trigal o la arboleda. El tiempo siembra ahora, para recoger en verano. Esta mañana, sin embargo, me despierto con una pavorosa y terrible noticia: el gobierno de Sánchez, el iluminado por zahúrdas, suprime, por decreto, la filosofía en las aulas. Sócrates dijo: «No puedo enseñar nada a nadie. Solo puedo hacerles pensar». Desde ahora, prohibido pensar. En las escuelas, se coarta la imaginación, se deja de valorar ideas, de soñar utopías. Como decía René Descartes: «Vivir sin filosofar es como tener los ojos cerrados, sin intentar abrirlos jamás». Es matar la reflexión, el análisis de las cosas –de las rosas–, el discernimiento. Está prohibido tratar de encontrar la verdad, sólo aceptar y vivir según la verdad del jefe, del tirano: ser rebaño siempre y no personas. Antes se suprimió la religión, ahora la filosofía. Un tirano y sus alambradas, Diario, nos acechan (17:47:33).

martes, 29 de marzo de 2022

29 de marzo de 2022. Martes.
MI SOMBRA Y YO

La escoba  y su sombra, en el jardín. Torre de la Horadada. Alicante

-Como jugando al escondite, sale y se oculta el sol. Esta mañana. Como hecho de raspa de pescado molida, calcificado, sin intensidad. Un sol mustio, de pañuelo resfriado en el bolsillo. Y sin embargo, canto. Canto rezando Laudes, y escribiendo, y leyendo El infinito en un junco de Irene Vallejo. Precioso libro sobre la historia del libro, que se lee como el que bebe un trago de agua con la ansiedad del sediento. Esta noche he dormido mal. En mi sueño, iba yo por el desierto, camino de no sé dónde; o mejor: íbamos el sol, yo y mi sombra. El sol delante y yo y mi sombra, sometidos, detrás. Aunque alguna vez he pensado deshacerme de mi sombra y dejarla allí tirada en el fango del sol y de las moscas, no obstante, he seguido con ella, pegada a mis talones. «Pero ¿por qué deshacerme de la sombra y no del sol?», me he dicho. Tirano el sol y levedad la sombra, y sin embargo he pensado dejar la sombra y seguir soportando al sol. ¿Por qué? Quizá se deba a que el tirano se impone, cruelmente, y la sombra –ligereza– se deja derramar, como la hoja que cae o la mirada que la sigue en su caída. Y es que al acostarme no he dejado de pensar en la guerra de Ucrania y en la maldad de los tiranos. Y este pensamiento me ha seguido en el sueño, hasta convertirse en pesadilla. Tal vez haya sido eso. Al despertar, me he sentido aliviado, y, sin el peso del sol, he amado a mi sombra, la que, con humildad y levitando tras de mí, me sigue siempre que hay luz, símbolo este, Diario, de lo que es el ser humano: realidad que piensa y humareda, o cosa divina y polvo (17:56:10).

lunes, 28 de marzo de 2022

 28 de marzo de 2022. Lunes.
¡SÍ A LA VIDA!

Verde esperanza por la vida, en Madrid. F. Prensa.

-Vestir una ciudad de verde es cubrirla de esperanza, llenarla de bosque para que, como el pájaro o el arroyo, o el musgo que crece donde existen el agua y la luz, vuele la vida, y en libertad. En tiempos en que se aclama con leyes injustas la muerte, decir: «¡Sí a la Vida!», es decir no a la indignidad y a la mentira, a la ignominia, al «descarte». Aceptar la ley del aborto y la eutanasia, propiciadas por el Estado, es, como dice el Papa Francisco, entrar en el horror del «homicidio», del crimen, y, quien lo practique, «mata». Ayer Madrid se vistió de niños con globo, de alegría vital, de padres que cantaban el himno luminoso y festivo de la alegría por vivir. Fue como revivir la oda a la alegría de F. Schiller: «Alegría, bella luz divina..., los hombres se vuelven hermanos, / allí donde se posa tu benigno vuelo» La ancianidad y el enfermo necesitan, no que se les ayude a morir, sino que con amor, asistencia afectiva, médica, espiritual –cuidados paliativos–, se les invite a vivir. Lo mismo que el niño que es concebido, debe vivir, es su derecho. Nada ni nadie pueden arrebatarle la facultad de poder nacer, y poder decir: «¡Madre!», o «¡Qué bella es la vida!». Es, dice el papa Francisco del aborto: «Como contratar un sicario para resolver un problema…; sería como aceptar el homicidio cotidiano». Matar niños es como quemar libros, se mutila el futuro, se entorpece el fluir de la historia. Ayer, en Madrid, se oyó, sobre todos, el silencio de los niños y ancianos triturados por layes mal llamadas «progresistas», y propiciadas por un gobierno decididamente «¿progre?» y sacrílego. Con este terrible «progreso», mueren los pueblos de injusticia y maldad, y triunfa el estrago, la aflicción, la carestía espiritual. Ayer, Diario, me percaté que en los ojos de muchas gentes, lloraba el Silencio de Dios (12:05:17).

domingo, 27 de marzo de 2022

27 de marzo de 2022. Domingo.
¡LAETARE: ALEGRÍA!

La luna que crece para la Pascua. Casa Sacerdotal. Murcia

-Amo la luz, la claridad. Por fin el cielo se ha vestido, por unos momentos, de azul, y, para celebrarlo, he sacado mi corazón a volar. Ha salido el sol y ha tocado mi alegría. Y la he dejado ir. Ayer, al atardecer, vi la luna como la pensara Gabriela Mistral, «pestaña de luz», o «luna de luz desmayada”», como la llamó Bécquer. Hoy, cuarto domingo de cuaresma, celebra la Liturgia el domingo de la alegría. Se nos invita a perdonar y a ser perdonados, se nos invita al amor extremo, el de Dios. He ahí la razón de nuestra alegría. «¡Laetare!», clama la Iglesia. Una de las cualidades del amor de Dios es que ama sin medida, infinitamente, y perdona sin medida, hasta la cruz. En la cruz brilla, entre estertores sagrados, la belleza y dimensión, sin horizonte que lo detenga, el amor de Dios. En la parábola del hijo pródigo Jesús abre su corazón y nos dice, con la sabiduría del buen maestro, cómo ama Dios. El hijo perdido, el que estaba muerto, ha revivido, y se hace la fiesta de la acogida festiva y del abrazo reconciliador. La nota discordante es la del hermano mayor, que, por envidia, renuncia a amar. Renuncia al abrazo, al beso de hermano. Dice San Agustín que el pródigo, antes de volver al Padre, «volvió en sí»; es decir, se encontró a sí mismo, contempló su orfandad, su andrajo interior, y decidió volver al Padre. Y, en el Padre, halló la alegría de vivir, y, para su espíritu, el otro alimento del abrazo, el que te vuelve a vestir de hijo. Y en el abrazo se oyeron latir dos corazones, que, desde entonces, sonarían en una misma tonalidad, la del Amor de Dios: acorde celeste (18:04:01),

sábado, 26 de marzo de 2022

26 de marzo de 2022. Sábado.
ANUNCIACIÓN

El Ángel habla, María escucha. Fra Angelico. Florencia. Italia.

-Un día como ayer, la palabra del Ángel dejó como semilla la Palabra de Dios en el seno de María, en Nazaret. La Palabra entonces se hizo carne, porque anidó en un seno de mujer: anidó ahí y se manifestó en Belén. El Hijo de Dios se oscureció de humanidad para no deslumbrarnos de divinidad. No quiso hablar como Dios, porque la palabra directa de Dios es el Sinaí e impone. En el Sinaí se hablaba desde una zarza que ardía sin consumirse; o sea, la palabra de Dios era fuego. En Jesús de Nazaret, sin embargo, la palabra está tan cercana que, llegado el tiempo, se hace tienda, evangelio que acoge y acampa entre nosotros. Y es tan viva, que, como entonces, aún molesta a determinados oídos; ahí están el letrado, el escriba, el fariseo, que aún siguen diciéndole a la Palabra: «Si eres Palabra de Dios, di a estas piedras que se hagan pan», y así contribuirás en algo a la justicia social, al igualitarismo, al reparto de la riqueza, para que el pobre deje ser bienaventurado en la pobreza y lo sea en la fortuna. Y la Palabra sigue diciendo: «No sólo de pan vive el hombre», aunque no se entienda. ¿O sí? ¿Pan sin libertad, sin dignidad, sin sueños, de cuya materia diría Shakespeare que estamos hechos? La Palabra se hace carne y acampa en un lodazal de pecado, que Jesús, el encarnado, convertirá en flor de loto y camino de perfección. Como diría Cabodevilla: «No sale el sol para disipar las tinieblas, sino que éstas desaparecen porque ha salido el sol». Anunciación del Ángel a María: o a nueve meses, Diario, del Emmanuel, del Dios que acampa Palabra entre nosotros, y anuncia un nuevo reino de paz, de justicia, de amor, donde se vive la Vida de Dios (11:40:55).

viernes, 25 de marzo de 2022

25 de marzo de 2022. Viernes.
GALICIA, EN MURCIA

La flor del azahar, en Murcia. 

-Se fueron, se escondieron sutiles tras las nubes, y han vuelto, intensas, las lluvias. Como me decía mi amigo Paco Illán, escritor: «Galicia, en Murcia». Sólo que Galicia es gema verde, preciosa, y Murcia, topacio lleno de sol y ocres encendidos. Galicia es cadencia, ondulación en el mar, en la montaña; y Murcia, huerta, campiña que siempre espera el agua del cielo para calmar su sed. Ahora, en primavera, Murcia es blanco inmaculado en la flor del naranjo. El azahar trasciende a los caminos. Las cosas, a pesar de las nubes, están y relucen, y se dan, se ofrecen en la mañana renovando ilusiones. Hoy aparco la prosa de Cicerón y me voy a la taberna del idioma a chatear versos con Alberti. Cicerón argumenta, hace discurso. Alberti rasguea la música del idioma, y la pone en rimas. La primavera, que es nube, y árbol, y pájaro, y huelga, se hace luminotecnia verbal en la poesía de Alberti. Soñador él, ve ir «¡por el mar la primavera!», y clama: «¡A bordo va! -¿De qué barco, compañero?» «-Del Florinda, compañera. / ¡A bordo va!» Y si el poeta la ve así, la primavera está, existe, embarcada en el mar de la belleza. Y a pesar de la lluvia, o con la lluvia, vive. Sin embargo, ¡son tantas las cosas que me entristecen! La pandemia, el descontento social, el llanto del niño de cinco años, que, entre los escombros del teatro bombardeado por Rusia en Mariúpol, Ucrania, gritaba: «¡No quiero morir»; el poco respeto por la vida en ciertos ambientes que se llaman de «progreso»: en la insensatez de nuestros gobernantes, la muerte es progresista. Qué modo de deslucir y vestir de harapos la vida, qué modo de exterminio… Sin embargo, Diario, no desespero: vivo agarrado al hilo de la oración y rezo porque esto cambie, y en el silencio de Dios oigo: «¡Cambiará!», y escucho y pido fe, y espero, y creo creer (12:59:43).

jueves, 24 de marzo de 2022

24 de marzo de 2022. Jueves.
EL SINDICATO DE LOS POBRES

Columnas en huelga, sostuvieron un templo. Priene. Turquía.

-Si yo, jubilado (o con el júbilo de la ancianidad sobre las espaldas, júbilo riente), me propusiera hacer huelga, ¿qué se me aconsejaría? O mejor: ¿qué debe no hacer un jubilado para hacer huelga? Me encantaría meterme en la huelga y ejercer de huelguista, y patearme, holgando, las calles de mi ciudad Sólo que no sé cómo. Yo, aunque jubilado, cada día suelo hacer ciertas cosas: rezar, escribir, es mi hobby, mi otro júbilo con el de la jubilación, profesar que vivo, mi corazón funciona, y sentirme parte de la naturaleza, que canta en el pájaro, es flor en el naranjo, o, al caer la tarde, conjunción de la Luna con Mercurio y Júpiter en el cielo de marzo... ¡Ah, también leo! En el júbilo de mi jubilación ¿qué puedo hacer yo por la huelga? Esta vez, los sindicatos de Unai Sordo y Pepe Álvarez (el que, sea invierno o verano, siempre va con una bufanda de pobre anudada al cuello), no están. CCOO y UGT se han esfumado. ¿No les interesan los problemas de la gente? El transporte, la subida de luz, los ganaderos, el precio aberrante de los combustibles, el encarecimiento de la cesta de la compra, la situación agónica de los agricultores, el crecimiento de los impuestos, la pobreza del pobre, no parece importarles mucho; o les importa, pero para endorsárselo a Putin, que, por lo visto, anda metido en el Gobierno, solo que no se le ve. Yo deseo hacer algo por los huelguistas. ¿Qué actividad me recomendáis que deje? ¿Dejo el rezo, el escribir? ¿Detengo mi corazón y dejo de sentirme naturaleza viva, con el soplo del Espíritu de Dios alentando en mí? No. Me pondré en huelga de todo, Diario, pero seguiré rezando: Dios está siempre al otro lado de la plegaria, escuchando; le pediré que inspire, si es que se dejan, a los que están obligados a solucionar estos problemas. Él, que pertenece al Sindicato más antiguo y prestigioso, el de los Pobres, o Evangélico (12:17:08).

miércoles, 23 de marzo de 2022

23 de marzo de 2022. Miércoles.
FLORECE LA ALEGRÍA

Oyendo llover, tras los cristales. Casa Sacerdotal. Murcia.

-Un largo rosario de días con lluvia; abiertos los manantiales del cielo, la tierra se esponja y en los embalses florece la alegría; se estaban quedando sedientos y ahora se embellecen de júbilo. Con el salmo 46, canto: «¡El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios!». El agua es movimiento, es vida, es exaltación; es sueño que sueña. Sueña caminos que, con el tiempo, y con solo deslizarse, los va haciendo. Anda y anda, y ella que carece de forma, le da forma a las cosas, –ejemplo– el Cañón del Colorado. Modela la tierra por donde se desliza. Desde que la oí en una película de Bruce Lee, sigo pensando en esta hermosa metáfora de la vida: «Vacía tu mente; vacía tu mente y no tengas forma. Sé un ser sin forma, como el agua. Si pones agua en una taza, el agua se hace taza, si en una botella, se convierte en botella… Sé agua, amigo». Nunca cambies tu ser, tu identidad, sé siempre tú, pero de espíritu flexible, no te obstines en algo, porque con el tiempo variará, se transformará. La veleta no cambia, cambia el viento. La veleta está, aunque la haga girar el viento. En un solo caso el agua deja de ser agua: con el vino –y la fe– se hace bebida de salvación: eucaristía. Es ascendida: de cosa natural, pasa a ser, con el vino y la palabra –y el recuerdo– cosa consagrada, digna de adoración: Dios, Diario, se encubre en ella, llaneza de Dios (12:44:01).

martes, 22 de marzo de 2022

22 de marzo de 2022. Martes.
EN UN BÚNKER, SE OYE CANTAR A UNA NIÑA

En un búnker, canta una niña, vuelve la esperanza. Kiev. Ucrania

-Hay llanto, desolación, pérdida de fe, tristeza infinita. Estáis en un búnker, huyendo de la barbarie, de las bombas. Con miedo en los ojos y una orfandad tristísima en el corazón y, tal vez con un hijo en tu regazo, lloras. De pronto una voz dulce, tierna, como una caricia que viniera a animar tu desgracia, canta Let it go (“Libre soy”), película Frozen (“Congelada”), de Walt Disney. Oyes, y no crees; sin embargo, la luz de la música va poniendo gozo donde antes lloraba tu tristeza. La soledad se va alejando de ti y el nudo del llanto que ahogaba tu garganta se deslía y deja que rías: te devuelve la esperanza. De la voz de Amelia –la niña que canta a cappella, pequeña joya rubia–, ha brotado un frondoso árbol de fe, que anima a la ilusión, y que desembocará en el amor: el mar de las cercanías y la paz, el de la fraternidad. Dios, a veces, se deja oír en la leve brisa de Elías, en el monte Horeb, o en la boca de una niña que canta a la libertad desde un búnker cercado por el miedo y la angustia. Me hubiera gustado estar allí y haber oído, no solo las notas, como diría Mozart, sino los silencios que hay entre ellas. En Ucrania, y en un búnker, Diario, Dios estuvo curando, en la voz de la niña Amelia, los miedos de los que la oían, su pesimismo; fue la oración más bella escuchada en tiempo de quebranto espiritual, de guerra injusta, de abatimiento infinito (12:18:06).

lunes, 21 de marzo de 2022

21 de marzo de 2022. Lunes.
¡QUE LLUEVA, QUE LLUEVA!

Día lluvioso y gris, en primavera. Río Segura. Murcia

-La canción infantil «¡Que llueva, que llueva!» se ha hecho, por fin, realidad en Murcia, tierra de sequías y carencias, de paisaje agrietado. Todas las cosas echaban de menos la lluvia, desde el pájaro a la raíz, desde el lago al manantial, desde la ciudad al bosque. Al cielo de recién estrenada primavera le va más el gris del Guernica de Picasso que la bella chafarrinada de colores de los infinitos Girasoles que pintó el postimpresionista van Gogh. Van Gogh era genial, pero demasiado obsesionado por esta planta progenitora de las pipas, tan usadas en cines de doble sesión, entonces. En mi niñez, en el Teatro Vicente, en Molina, el ruido de abrir las pipas (y la alegría de vivir) se confundía con los tiros de John Wayne en las películas del oeste. Aunque en aquellos años 50 había hambre y franquismo, y cartillas de racionamiento, y ropa remendada, y tren de Caravaca con asientos de listones en tercera, y paz (relativa), y estraperlo, también había pipas y cine, y fe; pero sobre todo había unas ganas enormes de vivir, y solidaridad. Entonces vivíamos más cerca los unos de los otros. Tanto que, con la sal o la ramita de perejil, y con el “buen día” de cada mañana, también había trasiego de trozos de pan para quien los necesitara, y gozo de darlos. Al menos, en la calle Bailén donde pasé mi niñez, ocurría esto. Unos a otros se asistían en lo que alcanzaban. Se vivía la hermandad auténtica, una relación casi de parentesco, evangélica. Con la primavera, han llegado las lluvias –“¡Bienvenidas sean!”–, y el frío, no tan bienvenido. ¿Ucrania, Diario? Sigue incendiada y maltratada por el sátrapa Putin, con la muerte como tarjeta de visita. Un presagio: Ucrania se reconstruirá y seguirá viva y libre, y Putin –juzgado– se recordará a lo Hitler: como causa y motor de un holocausto, o de una inmolación injusta y sacrílega, inhumana, en Ucrania (10:52:00)

domingo, 20 de marzo de 2022

20 de marzo de 2022. Domingo.
BOCADO EXQUISITO

Sigue la bendición de las lluvias, en Murcia. Casa Sacerdotal.

-Primer día de primavera y sigue la lluvia, abundante y cadenciosa –el vals de la lluvia–, hecha estos días dama de compañía en esta tierra de la sed endémica. Es domingo, día de descanso y evangelio, y de echar una mirada a nuestro interior, donde quedan los posos, los restos definidores de nuestra vida, lo bueno que hemos hecho y el mal que nos hubiera gustado evitar. En el evangelio se habla hoy de «conversión», o de entrar en el mundo de la conciencia y tratar de ver qué hay ahí que pueda volar, y qué cosas oscuras impiden esos vuelos, en libertad. La conversión para el pueblo de Israel era «volverse a Dios», o descansar la mirada en Dios y, con Dios, en el prójimo. Se trata de no resignarse ante el mal o la injusticia, sino escarbar y buscar el bien hasta hallarlo, y, en él y con él, imitar a Jesús, que, como dice el libro de los Hechos, «pasó haciendo el bien». No se trata de estar siempre proyectando y haciendo cosas, sino saber desgajarnos, irnos de lo superfluo y centrarnos en vivir según el evangelio. Cristo debe ser nuestro punto de partida y, desde ahí, ir transformándonos en Él. Que, cuando te levantes por la mañana, puedas ver en ti su figura, la del Cristo al que rezas. Entonces, Diario, serás, como dice el evangelio, la higuera que regada y bien estercolada, vuelve a dar fruto, y fruto dulcísimo, con sabor a evangelio: bocado, exquisito, de amor (13:15:53).

sábado, 19 de marzo de 2022

 19 de marzo de 2022. Sábado.
SAN JOSÉ, EL SEÑOR DE LOS SILENCIOS

Amando en el silencio, a Jesús. F: Googel

-San José es el santo de los silencios –silencios creativos, de salmodia mística– con los que cuidaba a Jesús y a María, silencios compartidos con Dios. Sus silencios fueron servicios a Dios, que repercutían en la custodia amorosa y paternal de Jesús, con María como madre y testigo. El silencio es la puerta de acceso al alma, donde viven la fe y la esperanza, y el amor, capitel, o último episodio de esa columna que asciende y entra en la vida de Dios. En el silencio de la noche, José oye al Ángel que le borra sospechas: «José –le dice–, no tengas reparo en llevarte a María, la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo»; y José cree y, con gozo, acoge a María y, con María, vive el misterio en el que Dios, en su Hijo, se hace niño, y ríe y aprende como niño, y, de la mano del padre y de la madre, crece en edad, en sabiduría y en gracia, sin mancillarse del mal, hasta la cruz. La cruz, el otro silencio terrible y desconcertante de Dios, en el que muere para destruir la muerte, y hacer aleluya –¡y redención!– el día primero de la semana, el domingo. Dios se mueve y habla en los silencios, y en el silencio se da Padre y Redentor, y Palabra que acampa entre nosotros, con la que  nos alegra y nos revela la sabiduría divina, en la que vive y se nos da como salvación. En los largos silencios de una carpintería, José vivió su fe; y, como Abraham, «contra toda esperanza, creyó»,  y todo «le fue computado como justicia». Es decir, como justica evangélica, que no es otra que cumplir con ley moral de Dios. Ley que brota del interior y es administrada por el Espíritu Santo. Con los silencios de José, Diario, entramos en la justicia evangélica, donde nos aguarda el amor y la misericordia divinas, y la irradiación de su gracia (12:36:10).

viernes, 18 de marzo de 2022

18 de marzo de 2022. Viernes.
PENSAMIENTOS DE PAZ

Atisbo de sol, esta mañana. Casa Sacerdotal. Murcia.

-La mañana se hace alabanza en los labios, aleteo de palomas, planeta vivo. O Dios: todo Él en todo. También en el silencio, donde se deja oír. El suyo es un silencio lleno, colmado, como el del grano de trigo; grano divino Él que, triturado en el molino de la cruz, todo es harina, gracia: lenguaje divino. Dios, en el silencio, habla silencios, que pueden oírse en otro silencio, el de la contemplación. Dice San Juan de la Cruz: «Una palabra habló el Padre, que fue su Hijo, y ésta habla siempre en eterno silencio, y en silencio del alma ha de ser oída». «Silencio del alma», que prescinde de la palabra y se hace solo lenguaje de pensamiento, interioridad atenta, verdad íntima no dicha. «Mira hacia dentro de ti, encontrarás la verdad en tu interior», dice San Agustín. Oscurecer la memoria, olvidar el entendimiento, prescindir de la voluntad y dejarse llevar de la inspiración que llegue sólo de Dios. Contemplar: o quedarse aislado de todo y dejar que pase Dios y pasee –sin pasos– por el interior del alma, estancia espiritual donde sólo Dios y el que contempla pueden mirar, y ver, y estar. Esta mañana, con un atisbo leve de sol, y pensando en tanta barbarie como arruina la convivencia y la amistad, me han venido estos pensamientos de paz. Y, sin olvidarme del dolor y la angustia del mundo, de su barbarie, he intentado envolverme en el amor y la presencia de Dios, sin saber si lo he conseguido a no. Mañana, Diario, seguiré intentándolo, pues, como la inspiración, Dios y su presencia llegan sin advertirlo, sólo se adivinan –dice Santiago– por las obras; y si éstas son obras de amor (18:21:53).

jueves, 17 de marzo de 2022


17 de marzo de 2022. Jueves.
PLANETA INFANTIL VACÍO

Ucrania, esperando en un refugio. F: Prensa.

-Aunque nublado aún, hoy se ha hecho la luz. Como el que sorbe un zumo de naranja, una dudosa claridad se ha bebido a la calima. El tiempo, diáfano, burbujeante, y con la cuña de limón flotando arriba, se ha convertido en un gin-tonic con hielo. El hielo tintinea en los costados de la copa cuando se agita. Pero como el gin-tonic, el día es fresquito, e invita a abrigarse. Y mientras, en Ucrania, lloran los niños que tienen que salir de su casa y viajar solos hasta la frontera para que los acoja un familiar, o el azar. Los niños lloran y la guerra sigue. Putin, el ruso inmisericorde, el abominable hombre de las nieves, bombardea todo, hasta un teatro en Mariúpol, ciudad ucraniana, donde se refugiaban cientos de personas para tratar de librarse de los ataques de los invasores. Pienso en los niños, mujeres y ancianos allí masacrados, a los que ha descuartizado una bomba. Pienso: las mujeres, con lágrimas, tratando de proteger a sus hijos, como la gallina, bajo las alas, a sus polluelos; los niños, aturdidos, sin saber del corazón cainita del hombre: la maldad turbando su inocencia; y los ancianos, abstraídos, asidos al bastón entrañable de su soledad, cavilando demonios. Sólo se oirían los murmullos del miedo, de la impotencia, de un mundo sin juegos de niños, huérfano de sí mismo. Que muera un niño, y en una guerra, es un acontecimiento brutal e infecto en la historia de la humanidad, es morirse un poco todo, hasta la belleza. En su novela –memorable– Mortal y Rosa, Francisco Umbral, habla con su hijo enfermo –6 años– y, con fiereza de padre que sufre, le dice: «Si algún día no estuvieras del todo, niño, cómo sería eso, cómo sería el mundo, todo él, cuarto de juegos abandonado, planeta infantil vacío, el mundo reducido a la ausencia de un niño». El mundo, tras esta guerra y todas las guerras, es un «planeta infantil vacío», sin luz y sin juegos, condenado a vivir de «ausencias», sin inocencia en la que hacer vuelos hacia los sueños e inverosímiles aventuras, sin belleza interior. Yo, Diario, pienso en Dios, y confío en que él nos libre de caer en cualquier desesperanza y nos llene los ojos de miradas limpias de niños, y latidos nuevos sin iras, vírgenes– en el corazón (12:14:46).

miércoles, 16 de marzo de 2022

 16 de marzo de 2022. Miércoles.
ADN DE DIOS

Calima en Murcia, esta mañana. Casa Sacerdotal.

Primero, en la génesis de todo, cuando el inicio del Big Bang de las estrellas y el primer brote del rosal, y el primer sobresalto de la luciérnaga al verse luz, y el primer relámpago de plata del pez en el agua, y el primer piar del pájaro –«¡Hablo!», se dijo el pájaro, absorto–, entonces, Dios –¡oh maravilla!– me hizo a imagen suya; para luego, tras el pecado y la muerte de Abel a manos de su hermano Caín, y las guerras y las pesadillas del hombre con sus filosofías y sus ignorancias, y sus luces y sombras, y sus torres de Babel y sus bellos sueños de un Más Allá; entonces, llegado el Mesías, y con en el bautismo de agua, me hizo su hijo. Y en estas ando, tratando de dar buena imagen de Dios en mí y procurando ser su hijo, con un poco, si es posible, de su ADN (o ácido nucleico, místico); el ADN de este Dios que, para quien se deja, es Padre, y Ternura en su Hijo, y Aliento de Vida en el Espíritu; Espíritu que hace brotar palabras hermosas en mi boca y me comunica los siete dones de su Gracia. Y, mientras, aquí abajo, sigue la calima, tensa y bronca, como si estuviéramos metidos en un trigal doblado y tendido por el peso del viento; y la guerra en Ucrania: o la insensatez del hombre, que no quiere ver que fue hecho a imagen de Dios, y que, sin embargo, cada día muerde la manzana del mal, alejándose así de Dios, su Creador. Muy triste todo, Diario; pero así somos, y así nos degradamos (11:25:23)