27 de enero de 2014. Lunes.
IGLESIAS
VACÍAS
San Salvador en Chora, Estambul. Turquía. F: FotVi |
-Lunes y
sol, y un vientecillo de poca monta, que, sin embargo, orea; es decir, redime
de la humedad, que aliada con el frio (o con el calor) quema, en este caso de frío.
Ayer celebré misa en San Blas, como cada domingo, con gran afluencia de fieles;
hacía buen día. Así quedaba en entredicho lo que aseguran los progres
irredentos y sus adláteres mediáticos. Raúl del Pozo en El Mundo, por ejemplo, con
Antonio Gala, y, sin excepción, todos los de El País, no sé cuántas veces han
cerrado las iglesias y abierto sólo las sacristías, por falta de ovejas del
rebaño (dicen ellos) del Señor. No hay ovejas, no hay rebaño, se cierra el
redil, su cobijo. Iglesias vacías, dicen, y les regocija decirlo, y airearlo. ¡Debe
hacer tanto bien una iglesia vacía a una progresía eufórica y laica! Una
iglesia vacía, para ellos, es la fiesta del laicismo, su templo sin deidad, su ágora
de la burla.
Pero no dicen (no sería políticamente correcto) que, sin embargo, los
centros de acogida de Caritas están a tope todos los días, que también, por
esta razón, deberían llamarse días del Señor, como el domingo. Y están a tope
de gentes que buscan un plato de comida y un trozo de pan, porque hay voluntarios
a cientos, que también van a las iglesias (vacías, según el progresismo, más
que ilustrado, avispado), y dan su tiempo y su generosidad para hacer posible esa
realidad solidaria, que es dar de comer al hambriento, obra de misericordia que
se enseña, por cierto, en las iglesias (vacías, según la progresía sin causa). Es
extraño e inexplicable ver iglesias vacías, según dicen, y centros de Caritas
llenos de gente que da y gente que recibe, en armonía humana y solidaria. Unos,
ovejas de las iglesias (vacías), Diario, dan sin humillar; otros, sin marca de
rebaño, reciben sin sentirse rebajados, todos unidos en la caridad, el logotipo
de Jesús, su carta de presentación, su evangelio, que se enseña, qué casualidad,
en las iglesias (vacías) (19:02:36).