23 de enero de 2014. Jueves.
HIMNO FINAL
Será aleluya, en el jardín. F: FotVi |
-Vuelve el
sol, aunque sea con lumbres de acuarela; y también el gato que cada mañana
cruza el patio y, al verme, huye hecho un basilisco. ¡Qué le habré hecho yo al
gato! No sé, me ve y huye endemoniado. Los pomos del geranio, sin embargo, me
ven y me dan los buenos días, que yo les devuelvo. Todo es cuestión de
confianza, y de diálogo. El mundo sigue moviéndose en la balanza entre el bien
y el mal; unas veces es bien, pocas, pero excelsas, y otras, casi todas, mal. El
bien está en el niño -ha sido noticia en la prensa- que salva del fuego a parte
de su familia y muere al intentarlo con el abuelo y un tío paralítico. Un héroe
de 8 años con nombre y apellido: Tyler Doohan. Salvó a seis; pero no pudo con
el tío y el abuelo, al que adoraba, dicen. Él se inmoló con ellos; y no subirá
a los altares oficiales, quizá; aunque ya esté, sin duda, en el auténtico altar
de Dios, su amor.
Me gusta más la santidad de andar por casa que la de los grandes
aspavientos. Yo, desde hoy, tendré a Tyler (al igual que hice antes con mis
hermanos mártires Consuelo y Alfonso), como un santo de mi devoción, al que
rezaré y tendré por intercesor, y modelo. Tyler, desde ayer, es uno de «esos
que están vestidos con vestiduras blancas», por ser también uno de «los que
vienen de la gran tribulación», según canta el Apocalipsis. Ser inocencia (o vestir vestiduras blancas) y ofrecerla
en holocausto por amor de Dios es santidad. No todo es mal en el mundo, también
hay días de bien y rosas. Morir por salvar, es el otro modo de la cruz, o la
sombra alargada de la cruz. La cruz puede ser clavos en un madero o ayuda a un leproso
que grita: piedad. O trasiego de amor en una caravana que arde. La cruz siempre
es trágica, también la de Tyler, pero, si la cruz es salvadora, Diario, se hace
gloriosa; y el aleluya es su himno final (19:00:36).
No hay comentarios:
Publicar un comentario