13 de marzo de 2014. Jueves.
ÁRBOLES Y CORCHEAS
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Pájaros con corcheas en el pico, en ABC. Idea (luminosa): Mena |
-Por estas tierras, no ha habido invierno, y, así, de un salto, el otoño
se ha hecho primavera, y ya están aquí los primeros acordes de la sonata de La Primavera en Mi Mayor de Vivaldi.
¡Los oigo! En otoño los árboles suelen desprenderse de hojas, ahora, en
primavera, se desprenden de pentagramas y corcheas y hay violines, con los
pájaros de violinistas, que las cazan al vuelo y las hacen música, y nidos. Los
pájaros las cazan, las meten en un nido y las vuelven descendencia; hasta otra
primavera con notas musicales en los árboles, se deben decir, o soñar. Sin
embargo, todavía hay algún día de añoranza del invierno y se pone gris y apenas
lluvioso, como hoy. Unas pocas gotas que quizá quepan en una lágrima; o en dos,
para ser más exactos. Lágrimas, por lo conocido que se va y por lo que llega, aún
por conocer. Se va el invierno (y la vida) y llega la primavera, que también se
irá. Es decir, todo yéndose, como el río, o los ecos de un grito entre
montañas. Subes a la montaña, gritas, y el grito, dando tumbos, y cada vez más
débil, se va alejando, hasta perderse. Igual que la vida; y sus vanidades. Mientras,
suceden cosas, unas importantes y otras sencillamente cosas, sin más. Ha pasado
un año desde la elección de Francisco como papa. Y se ha celebrado, en general,
con alegría; la alegría con la que él predica el evangelio, y lo vive. En esta
celebración alegre hay disonancias, cacofonías; pero menos. Prevalece la alegría
por el acierto del Espíritu Santo, que dio (esta vez, sí, según casi todos:
hasta El País, el periódico global, por
ejemplo), que dio en el clavo. Lo que quiere decir (según éstos) que alguna vez
se pilló los dedos, se equivocó. Yo, sin embargo, creo que siempre acierta; aunque
se equivoque, o así lo parezca. Y aquí, en España, se ha desvestido a Rouco y
se ha vestido a Blázquez, de presidencias. Eso, sí: la Iglesia sigue, a pesar de
los zarandeos del mar de la Historia y las acechanzas del maligno, que diría un
clásico. Y yo, Diario, celebrando la primavera con Vivaldi y Mena, el dibujante
de ABC, al que en sus dibujos le salían árboles y pájaros con corcheas, como un
modo de arrancar, aun en días grises como éste, una sonrisa, y, si es posible, musical
(20:55:05).