5 de mayo de 2021. Miércoles.
SE HA ROTO EL ESPEJO
SE HA ROTO EL ESPEJO
-Abro la luz y leo en ella: «¡Victoria!» ¿La de Ayuso? También; pero
sobre todo la de la paz y la verdad. Se recupera, aunque poco, el valor de las
palabras. No siempre triunfan la beligerancia y la mentira; después de un
tiempo de nieblas, un día cualquiera de invierno, de pronto, sale el sol, y el
gorrión y la paloma se echan a volar. Las cartas de amor dejan de ser
apariencia, romanticismo, y se hacen realidad: éxtasis. La libertad se
extiende, ilusionada e imaginativa, por los cielos. Se abren los sueños y cae a
plomo la esclavitud. Se ha roto el espejo y, con él, las apariencias; a la mala
magia se le han visto los fondos y han quedado al descubierto sus falacias, sus
trampas, sus tufos. Cualquier político es un tejedor de mentiras, pero los hay
que las producen a nivel industrial. (Sin nombrarlo, el papel sobre el que
escribo ya sabe a quién me refiero; se lo digo al oído, y estalla en risas). El
salmo 35 pide al Cielo «que no mi pisotee el pie del soberbio, que no me eche
fuera la mano del malvado». Es la sabiduría que bebes en la Biblia, y que, al poco,
te hace sentir la necesidad de beber más, hasta quedar en paz contigo y con el
otro, al que, con un trago, le ofreces la amistad. Así se hace realidad lo que
dice el libro de los Proverbios: «Cuán agradable es que los hermanos habiten
juntos en armonía»; en armonía, Diario, como las palabras del Diccionario, que,
siendo de formas y significados distintos, conviven y enriquecen, sin embargo,
el lenguaje; es decir, hacen lo que el melocotón y el vino, que, juntos, ennoblecen
y adornan, deleitosamente, la gastronomía (17:38:20).