viernes, 8 de marzo de 2019


8 de marzo de 2019. Viernes.

DÍA DE LA MUJER

Tulipanes para la mujer, en Pamukkale. Turquía. F: FotVi 

-Me tiembla el día –claro y soleado– en los ojos, pero abro las manos y me surge una paloma. No la de la paz de Picasso, que también, sino la de mi corazón en paz. La paz que irradia la ancianidad tranquila, por haber vivido y ha dejado vivir, sin incordios, sin pugnas, sin iras. Hoy, 8 de marzo, alguien ha determinado que sea el día de la mujer. ¿Y por qué no también el día de ayer, y el de mañana, y el del 10 de abril, y el del 15 de junio, y hasta el del 31 de diciembre? Un servidor todos los días les da las gracias a las mujeres –tan señoras y tan leales– que nos sirven. Señoras en todo: en la cocina, la limpieza, la lavandería. Yo les miro las manos y me conmuevo. Con esas manos tan afanadas, tan hacendosas, tan maternales, nos atienden. Y los ojos; les miro los ojos y a todas les sonríen; son ojos que destilan amistad y humanidad, ojos que consuelan. En nuestra ancianidad, cualquier mirada o gesto amable, nos sabe a un dulce sin azúcar. (Sin azúcar, por lo de la glucosa, de todo aquel que pasa de los 60, en la sangre). Hoy, como cada día, celebro la grandeza de estas mujeres y pido por la igualdad en todos los órdenes: en el trabajo, en la casa, en los salarios, en su dignidad. Sobre todo, Diario, en su dignidad, de donde emanan todos las demás oportunidades y logros, con todo el potencial de elevarse y, como diría San Juan de la Cruz, poder así «darle a la caza alcance» (18:03:53).

jueves, 7 de marzo de 2019

7 de marzo de 2019. Jueves.
TRAS LA PANCARTA

Cara de sonrisa, con Mafalda.

-Ya estamos a un lado de la ceniza, o al otro lado de la ceremonia, en el día más allá del borrón en la frente. Del borrón de ceniza en la frente y cuenta nueva. Eliminado el borrón, empiezo a escribir, con tinta de vejez, la nueva página de mi vida, bella y atenta, y, sin embargo, un tanto alicaída. Mañana, día de la mujer, pero sin la mujer. O con la ideología como bandera. No la bandera del trabajo y el amor, sino la del jolgorio –o locura–, y la de la consigna furibunda y arrojadiza. El odio se masticará en la consigna. La rabia gritará tras la pancarta. ¿O no? ¿Será todo pacífico, festivo, sin mordeduras feministas? ¡Ay, el feminismo sin control! O la lucha de clases traspasada al enfrentamiento contra el hombre, el nuevo patrón al que perseguir y derribar de su estatua de prepotencia y dominio. ¿Irían nuestras madres mañana a la huelga? Quizá sí y quizá no: con lo que no comulgarían, Diario, sería con la manipulación del odio y la pancarta demoledora, con el grito desgarrador, y el puño en alto, sin una apertura en la mano a la esperanza (19:06:48).

miércoles, 6 de marzo de 2019

6 de marzo de 2019. Miércoles.
CENIZAS

Fuego en el cielo, quedará la ceniza. En Murcia. F: FotVi

-Ceniza en el cielo y ceniza en la frente (del creyente), y en los ojos del pobre. Con la pobreza, los ojos del pobre se ponen grisáceos, humillados. El pobre, en la humillación de su pobreza, mira y no mira, o sea, que, en sus ojos, irradia el pudor. Y, en el pudor, esconde su vergüenza. La vergüenza de la pobreza. No la vergüenza del pobre, sino del que consiente la pobreza. El cielo, ceniciento, se ha vestido, pues, de Miércoles de Ceniza, que es el día con que da comienzo la Cuaresma. En el evangelio de hoy se habla de las cosas que sería bueno hacer en estos días de miradas hacia el interior y piadosos propósitos, de pecados redimidos, de anhelos de pureza. Estas cosas son: una, el ayuno: o una dieta de tipo religioso, que no solo adelgace las carnes, sino que purifique el espíritu y lo haga volar alto, hasta la casa de Dios, si es que está más allá de las estrellas, o tan cerca, que se le puede tocar y ver en el pobre; otra, la abstinencia: o menos carne –y marisco– y más verduras y potajes, y, como insinuaba Santa Teresa, alguna oracioncilla mientras se pela y se llora la cebolla, que unas palabras a Dios, no vienen mal al guiso, lo enriquecen; y la tercera: o el resultado del ahorro, por el ayuno y la abstinencia, que no debe ir a engrosar la cuenta bancaria del que se pone el cilicio, sino ponerlo en el banco de la pobreza, al servicio del pobre. A esta hora de la tarde, las 19:02, veo que el cielo se ha aclarado y solo queda, Diario, la ceniza en la frente del creyente, que debe der un bello signo de renuncia a las cosas que engordan la carne y debilitan el espíritu, un signo de conversión y liberación, y con el visto bueno del Dios de la sencillez y la misericordia (19:08:13).

martes, 5 de marzo de 2019

5 de marzo de 2019. Martes.
FATIGA ENAMORADA

Fuente que mana y corre, en Colonia. Alemania. F: FotVi

-Ayer, se me pasó por alto que me acosté domingo y me deserté lunes. Fue un lapsus remediable: creí hallarme en martes cuando estaba en lunes. Es decir, hoy, martes, me he encontrado con un día más en mi haber, y he respirado agradecido. ¡Un día más!, me he dicho. Pero el salmo me hecho recapacitar y bajarme los humos, pues dice: «Aunque uno viva setenta años, y el más robusto ochenta –y digo yo, ochenta y cinco o noventa–, la mayor parte son fatiga inútil, porque pasan aprisa y vuelan». Es un salmo triste, de una melancolía deprimida. Y no hay que ser tan negativo. La vida es verdad que es «fatiga», pero no inútil: de toda fatiga puede nacer un bien, una obra de arte: un tapiz, una escultura, una caricia de madre, un poema. La vida es fatiga, pero, parafraseando a Quevedo, fatiga enamorada. No hay fatiga inútil, si se hace por amor. Como dice San Pablo, lo frágil, lo débil, lo quebradizo, con la gracia, se hacen fortaleza, nervio, fibra. Lo que aporta el Evangelio al Antiguo Testamento es lozanía, juventud, el verdor de su lenguaje. Lenguaje que alegra la pobreza, y da esperanza a la lucha por la justicia, y hace risa el llanto, y hace olvidar el hambre a quien lo sufre. Por eso San Juan de la Cruz puede decir: «¡Qué bien sé yo la fuente que mana y corre, / aunque es de noche!». La noche, o el momento de la búsqueda. Porque la fuente –Dios–, aunque no se vea, se oye manar y correr, en su lenguaje de agua; agua, Diario, que calma toda sed, de ahí la razón del rastreo de «aquella eterna fuente (que) está escondida»; escondida pero fluyendo, como un latido, enamorado (18:32:41).

lunes, 4 de marzo de 2019

4 de marzo de 2019. Lunes.
LLANTO

Agua exultando, en la Glorieta. Murcia. F: FotVi

-Me acuesto lunes y me levanto martes; es decir, con la misma cara, pero con un día más y un día menos. Un día más, si lo miro con optimismo, y menos, si con pesimismo. ¿Y si se mira con nostalgia? Entonces, Diario, el día se hace ayer; es decir, llanto, no sé si lamento o súplica, pero agua (19:01:50).

domingo, 3 de marzo de 2019

3 de marzo de 2019. Domingo.
TOCANDO Y TAPANDO HERIDAS

Con el Papa Francisco, por ser católico. B. Montero

-Digo domingo y se me alegran las arpas que hacen arpegios en mi corazón. Día feliz, porque en la ancianidad, veo a Dios, tocando y tapando heridas. Somos seis viejitos concelebrando la misa, entre cantos desafinados y toses crónicas. Levantarse a leer las lecturas es un ejercicio de lentitud y equilibrios, de sublime voluntad, hasta que se llega al atril y allí se respira y te agarras a él como a un salvavidas en altamar. Luego lees alto o bajo, según lleves o no el audífono. No se piensa en cómo lo pueden oír los demás, sino en cómo lo oyes tú, el lector «audifonado». Pero celebrar con estas personas, es una fiesta de paz y de rezos pausados y fervorosos, es otra clase de celebración. Cuando se es joven, se celebra con palmas y encandilado por los logros que uno cree ir consiguiendo. De viejo, rezas, pero hacia el interior, hacia adentro, donde encuentras la contemplación y el misterio, y la misericordia de Dios dándote ánimos y perdón. Sobre todo, perdón, pues entonces se vive más de la misericordia que del deslumbramiento. En la vejez, ya no deslumbras a nadie, solo a Dios, que llega a hacerse ancianidad contigo anciano, luz para tus tinieblas, bastón que te sostiene. Somos seis vejetes alegres y confiados, cuyos nombres son: Mario, José Luis, Antonio, Ricardo, Juan y un servidor, que entona los cantos y lleva la liturgia a adelante, con algún olvido o desliz, propios de la edad, y por írseme, alguna vez, el santo al cielo, nunca mejor dicho. Al cielo, Diario, donde veo a Dios tocando y tapando heridas, como al médico familiar, de la casa sacerdotal (18:34:25).

sábado, 2 de marzo de 2019

2 de marzo de 2019. Sábado.
GORRIÓN Y PALOMA

Alimentándose de la invisibilidad, en Murcia. F: FotVi 

-Cuando salgo a andar, pasear o caminar –media hora cada día, con una parada de tres minutos–, siempre hay un gorrión o una paloma que, mientras picotean no sé qué en el suelo, me miran, sin inmutarse, con un insolente y gracioso descaro. Estas aves parecen picotear a algo imaginario y se alimentan de la invisibilidad de las cosas. Cosas que ni tú ni yo vemos, pero que ellas, con fruición, picotean y tragan. A un servidor le parece que picotean átomos o protones, o la partícula de Dios (el Bosón de Higgs) y luego, con ellos, hacen física cuántica en su estómago. Y les sientan tan bien estos productos invisibles que comen, que luego les hacen que salgan pardos los gorriones y blancas o del color de la ceniza las palomas; es decir, en todo caso, del color de la tierra. Quizá se camuflen así, como tierra, para decirnos a los humanos que de ella vienen y a ella van. Con la humildad alegre y vivaracha del que nada pide, porque cree tenerlo todo y nada más necesita. ¡Viven! ¡Y pían o zurean, dando gracias! Dentro de nada también se nos recordará a nosotros que del polvo venimos y al polvo volveremos; eso sí, Diario, algunos, cargados de años y de sueños: como el de esperar que la inmortalidad nos acompañe, y que Dios no nos deje tirados en la nada, o como basura en el espacio (18:38:24).

viernes, 1 de marzo de 2019

1 de marzo de 2019. Viernes.
REFRANES

Paisaje bucólico, en Rumanía. F: FotVi

-Voy a comprobar si este refrán es verdadero: «Marzo, loco, y abril, un poco». El día ha empezado soleado y se va entristeciendo, haciendo verdad a otro refrán que dice: «Marzo varía siete veces al día». Desde hoy, lo empiezo a comprobar. El día ha comenzado con claridad azul. Y va a terminar encapotado. Quizá tengan razón los refranes: son la Biblia del campesino, que siempre anda mirando al cielo, o bien para pedir que llueva o para decir «¡basta, que me ahogo!», o «¡no me apedrees más!», si es granizo lo que destila el cielo. Y no se sabe si, cuando dice esto, habla a la lluvia, a la piedra, al azar, o a Dios. Yo creo que a quien habla –y no lo veo yo del todo mal– es a sus intereses, su dios inmediato, el que le tiene que sacar de la escasez o enterrarlo en la penuria del invierno. Un servidor reza cada día por la lluvia, para que venga fina, detallada, humana. Lluvia que esponje la tierra y la prepare, Diario, para el gozo de la cosecha, pues como dice el salmo: «Al ir iba llorando, llevando la semilla; al volver, lo hace cantando, trayendo sus gavillas» (19:23:46).

jueves, 28 de febrero de 2019

28 de febrero de 2019. Jueves.
DOS BESOS

Buscando la Trascendencia, en Torre de la Horadada, F: FotVi

-A veces pienso que Dios está allí donde alguien besa una llaga o en las migas de pan que se le echan a un gorrión. El beso y las migas de pan: o dos besos, dos actos de ternura que alumbran más allá del amor. El amor perdona, la ternura redime. Son dos acciones de un corazón maternal y generoso, sencillo. Con el beso y la miga de pan, pienso en mi madre. Tan delicada, tan servicial, tan cargada de humildad, que hasta se le notaba en los hombros. Hombros siempre reverentes, siempre inclinados, como bendiciendo. Respetaba y era respetada. Y amaba más que era amada. Creo que este es el ADN de la mayoría de las madres. Hoy, día último del mes de febrero, traigo esta reflexión, porque, como el mes que nos deja, corto, nervioso, la vida es fugaz y hay que vivirla en plenitud y con alas. En un mundo de enfrentamientos, de desdichas, de ruidos histéricos en las redes sociales, de mentiras y de políticos diciéndose cosas que duelen más al que las oye que al que son dichas (la vergüenza ajena), besar y dejar migas de pan, es un buen ejercicio para recuperar la fe en uno mismo y en la Trascendencia, donde habita el Amor, y donde se hallan, con el beso y las migas de pan, Diario, la justicia y el derecho, la paz y la igualdad, la libertad y la gracia (18:59:30).

martes, 26 de febrero de 2019

26 de febrero de 2019. Martes.
EL BRICOLAJE DEL AMOR

Mirando dónde se halla el respeto, en una fuente. Dubrovnik. Croacia. F: FotVi

-Respetar a los demás, y, ante todo, respetarse uno a sí mismo. He aquí la máxima que puede encauzar una vida rebasada, desbordada de egoísmo o de odio, de irracionalidad. Porque es irracional no respetarse uno a sí mismo, y desear que los demás te respeten. El respeto, que no la genuflexión ni la pleitesía, pero sí la aceptación, se consigue con humildad y dando pasos de tolerancia, y, siempre, con calma y la mano tendida. Tendida hacia el saludo, la ayuda, la ternura, o lo que yo llamo el bricolaje del amor. No es amarse uno así mismo, sino respetarse, que no es mirarse en el espejo y engolarse en su lindura, sino mirarse en la gente, donde se ponen las palabras, las manos, el corazón. Y los pasos, a veces. Que todo esto es respetar a los otros y a uno mismo. Se empieza por uno mismo: en lo que se piensa, lo que se dice, lo que se calla, de qué te ríes, de qué no, qué te sonroja, qué te ata, qué te libera, y esto mismo lo aplicas a la relación con el vecino, con el próximo, con el amigo. Y, si todo cuadra, eres consecuente, con pedir respeto, pues te estás respetando tú. Como una enorme perspectiva, Diario, el respeto se abre en ti y de ti parte buscando en dónde detenerse, y va dejando polvo de estrellas a su paso, como una redención de lo que se ama, como un inmenso hallazgo (18:37:34).

lunes, 25 de febrero de 2019


25 de febrero de 2019. Lunes.

BIEN HACER

Madera, trabajo, belleza. En Zakopane. Polonia. F: FotVi

-Los lunes están para echarle una mirada al Quijote y ponerte a trabajar, porque como él dice: «al bien hacer jamás le falta el premio». Trabajar con fe y sin remilgos, con voluntad de hacer, de llegar a la meta –si es que te has propuesto una meta–, es ya en sí mismo un premio. El premio de la perseverancia, que es la virtud que, a la postre, te hace obrero de la palabra, o de la música, o de la albañilería. Obrero preclaro, de conciencia tranquila, y de luz en la mirada y en las manos. Y así, de lunes a viernes, trabajando, y de sábado a domingo, holgando; con algún rezo de por medio, que el rezar, Diario -también lo dice el Quijote-, nunca a nadie ha hecho daño (18:59:46).

domingo, 24 de febrero de 2019

24 de febrero de 2019. Domingo.
LAS HIZO HUMANIDAD

La excelsitud en lo humilde, en Salinas de San Pedro del Pinatar. F. FotVi

-Porque es palabra y geometría, Dios es gozo, y música, y poema; es decir, vida. Es palabra porque, antes de que nada existiera, habló. Le habló a la nada, y la nada reaccionó, evolucionó. De la nada, nació la luz. «Hágase la luz», dijo. Y la luz se hizo y se detuvo en las cosas, y en las cosas, fue geometría, pues con la luz, las cosas se hicieron tridimensionales, y, en las aves y el clamor de las aguas, música, y poema, en el amor. Y el amor de Dios empezó a manifestarse en las cosas, reflejo estas de su bondad, de su cortesía, de su ternura:  las cosas fueron humanidad; o sea, persona inteligente. Es decir, en las cosas afloró la inteligencia, y, con la inteligencia, la verdad y la mentira, la gracia y el pecado, la franqueza y la simulación. Todo revuelto como en una marea de vida y muerte, de espíritu y debilidad. Y con la inteligencia, amaneció la libertad en la persona humana, o la voluntad de decidir. Y, en la libertad, la humanidad se hizo mayor de edad, y en unos casos se hizo dios, o superhombre (Nietzsche), y en otros, el humilde y evangélico poeta de Asís (San Francisco). Con la técnica y la ciencia el ser humano ha llegado casi a lo más alto, a sus cielos de gloria y excelencia (viaje a la Luna, las estrellas), y por ende, en lo social, a lo más bajo: al charco de la miserable pobreza discriminada, sacrílega, que envilece. Y he aquí la lucha actual: la de Dios (la virtud, el bien, la igualdad, la justicia, la libertad, la verdad, el perdón, la misericordia, la gracia), contra el Mal (la indignidad, la corrupción, el impudor, el relativismo, el poder, el derroche, la ordinariez, la insipidez). Y en esas estamos, Diario, con un pie en la excelsitud, la elevación, y el otro, en el abismo, donde abundan las ratas y los murciélagos, o la desolación, el escarnio (18:38:38).

viernes, 22 de febrero de 2019

22 de febrero de 2019. Viernes.
VERSOS DE BLANCO Y ROJO

Como un milagro de la primavera, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FortVi

-Un sol de invierno, inclinado hacia el Este, que sin embargo, una vez que deja de exhibirse por el cielo, no impide que el frío campe a sus anchas: tres grados esta noche pasada. Y es que camina por la bóveda celeste como con zapatillas de humildad, sirviendo al mundo como siempre, pero casi lloroso por hacerlo. Mas esto no ha impedido que florezca el albaricoquero del patio del Seminario. Sus flores son poesía reanimándose, son los versos que faltaban a este invierno. Versos de blanco y rojo, como la pureza y la sangre que empiezan a renovarse. En el tiempo en que moría Antonio Machado –80º aniversario–, repunta la primavera en un patio donde se juega al fútbol y revolotea la juventud, y en la que Dios, como Machado, pone la luz de su poesía. Decía el Poeta: «Mi corazón espera / también, hacia la luz y hacia la vida / otro milagro de la primavera». Pues he ahí, Diario, en el albaricoquero del Seminario, el milagro sencillo y vivo de la primavera, convocándonos a la esperanza y a no morirnos de frustración, de tristeza, y fatiga (19:26:41).

jueves, 21 de febrero de 2019

21 de febrero de 2019. Jueves.
RECUERDOS

Jugando en la Plaza, en Molina de Segura.

-Como ya he contado, ahora que me han ascendido del octavo al quinto piso –descenso-ascensión– y revolviendo libros, me he dado con un opúsculo de mi gran amigo don Julián Chicano, poeta, escritor, sacerdote, y que titula Recuerdos de días inolvidables y ya olvidados. Y es hermoso que sus primeros recuerdos sean para su Escuela: «donde se aprendía –dice él– a ser personas de futuro». Y para los Maestros, ahora llamados profesores, nombre aquel, dice, «más entrañable, más cercano y más respetuoso». Y con devoción da los nombres de aquello hombres y mujeres, que, por sueldos de hambre, daban sus vidas y la luz de sus conocimientos a todo niño que se acercara a ellos. Y los libros: uno solo», manejable y sabio, en la «cartera, y donde también iban los cuadernos, la pluma, el lápiz, y la ilusión por aprender. Todo metido allí: latente y nervioso, con los sueños. Luego habla de los juegos, aquellos juegos que se inventaban como el poeta inventa versos, o el hormiguero, hormigas. Porque como dice don Julián: «La imaginación es el arma principal del niño». En la Plaza Vieja, donde el mercado de los domingos, se jugaba al fútbol con un balón de trapo. A veces, en vez de dar una patada al balón, le dabas a una piedra y salías trasquilado. Se jugaba a todo y con todo: como «al marro cadena» o «al marro la guardia», o a «las caras», con las monedas de entonces: las «perras» (cinco céntimos) y los «perrogordos» (diez céntimos), y «la trompa”: liabas un trompo y lo lanzabas a bailar, hasta agotarse, y así todos los juegos, de pobre, sí, pero divertidos e imaginados por los niños, como las birlochas y las guerras, incruentas, pero terroríficas. Y, con estilo sobrio y elegante, Diario, va hablando del pueblo y sus avatares, de sus gentes y devociones, de sus risas y sus llantos, como un cronista inteligente y preciso de la villa de Molina, que en un tiempo se llamó la Seca, y luego, de Segura, por el agua que riega y da esplendor a su huerta y a sus gentes. Gracias, don Julián, y que Dios te bendiga en tu hermosa y generosa ancianidad (18:19:25).

miércoles, 20 de febrero de 2019

20 de febrero de 2019. Miércoles.
CARCAJADAS TONTAS

Carrizos en el mar, risas, Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Se me atragantan los dioses que me hacen morirme de risa en cuanto los nombro. Por ejemplo, Dionisio, dios de las celebraciones, del vino, del éxtasis, del arte del teatro. Con Dionisio, la mitología se llena de carcajadas tontas, de jolgorios vacuos, de delirantes bufonadas. Todos borrachos, alumbrados. Es lo que me pasa con ciertos diosecillos de la política actual: Sánchez, Iglesias, y en la antigüedad, Rajoy. Y un largo etcétera de muchas decenas. Nada más oírlos hablar –o leer lo poco que escriben– «se me llena la boca de risas», como dice la Escritura. Sánchez: «Como decíamos ayer», y trastoca a Fray Luis de León por San Juan de la Cruz. San Juan de la Cruz, autor de los hermosos y enamorados versos «¿Adónde te escondiste, / Amado, y me dejaste con gemido…?»; y Fray Luis de León, autor de estos no menos inspirados e inmortales versos: «¡Qué descansada vida / la del que huye del mundanal ruïdo…», y así ambos, en gloriosa y luminosa y humilde maestría de poetas. Pero la frase: «Como decíamos ayer», no es de San Juan de la Cruz, sino de Fray Luis de León, aunque así se le haya ocurrido a este Sánchez, el que firma y celebra mala literatura prestada. E Iglesias cuando dijo aquello de «Y tocaré el cielo», y está tocando pista de aterrizaje; o Rajoy, con lo de «Bajaré los impuestos», y aún seguimos ahogados por los mismos. Con estos y otros personajes, Diario, me desternillo de risa, ay, tanto, que he pensado ir al doctor para que me recete un calmante, que me atenúe el sofoco (19:23:52).

martes, 19 de febrero de 2019

19 de febrero de 2019. Martes.
ODIOS Y FOBIAS

Buen chiste, ¿por qué no celebrarlo? 

-Vivimos en una época de odios y fobias, con la parálisis intelectual, social y política que eso conlleva. Quizá tuviera razón Nietzsche cuando decía que no se odia mientras se menosprecia, sino que se odia al que es igual o superior a ti. Mientras menosprecias, te sientes superior: echas migajas a las palomas, das de comer al hambriento, miras de arriba a abajo a tu prójimo; sin embargo, cuando odias, pretendes derribar la estatua de aquellos que ves a tu altura o encumbrados ante ti. Entonces saltan los demonios de tu corazón y te acude la ira, que respira por el odio. Porque como decía Víctor Hugo, el autor de El jorobado de Nuestra Señora de París: «Cuanto más pequeño es el corazón, más odio alberga», como el frasquito de esencia de colonia, solo que en este caso en vez de perfumar huele intensamente a tragedia, a mamporro. Es Caín, que, a garrotazos, Diario, le quiere birlar a Abel la luminosa ascensión de la verdad y humildad de su sacrificio, que tanto agradaban a Dios (19:18:00).

lunes, 18 de febrero de 2019

18 de febrero de 2019. Lunes.
SIN VUELTA DE HOJA

Fragilidad del agua, en la fuente. En Zadar. Croacia. F: FotVi

-Lunes y dieciocho de febrero: una pesadilla. ¿Os habéis percatado de cómo corre la vida? Y siempre braceando sobre el tiempo. El tiempo, que como decía Hector Berlioz, músico y romántico, es un gran maestro, pero «lo malo es que acaba matando a sus discípulos». Mientras leo estas cosas suyas, oigo su Sinfonía fantástica, en su primer movimiento: Sueños y pasiones. Todo un acontecer de violines y sentimientos contenidos, como frenados. El tiempo siempre nos precede indicándonos el camino a seguir; mas, cuando se calla, callamos nosotros con él. Así es, Diario, como debe ser. Sin vuelta de hoja (19:13:59).

domingo, 17 de febrero de 2019

16 de febrero de 2019. Sábado.
LOS SILENCIOS Y EL ALMA

Silencio de luz, en el ocaso, en Murcia. F. FotVi

-Si no sé decir amén, o me cuesta mucho bajar de mi soberbia y decirlo, se me escapa el final de todo diálogo con Dios, con el que hablo –y discrepo, a veces–cuando rezo. Dialogar –o discrepar– con Dios es poner palabras –y fe– donde solo hay silencios. ¡Silencios clamorosos, sin embargo! O es poner los silencios de Dios donde solo hay contemplación. En la contemplación se omiten las palabras y se abre el tiempo de la mirada interior, donde se habla también con silencios, porque, como dice San Juan de la cruz, el amor al que hablas «es un amor silencioso». O esto otro: «Una palabra habló el Padre, que fue su Hijo, y esta habla siempre en eterno silencio, y en silencio ha de ser oída por el alma». Y el profeta Isaías: «Verdaderamente tú eres un Dios escondido». Tan escondido que solo se le oye hablar en los elocuentes y fecundos mutismos de los silencios del alma. Los silencios y el alma, en la contemplación, decía Plotino, se tocan, se complementan. Un silencio sublime es la muerte por amor. Como la del padre misionero salesiano Antonio César, tiroteado por un grupo yihadista en Burkina Faso. Es hermoso morir y decir amén, Diario, por este silencio de Dios, que tanto dice a las almas puras y luminosas, y que tanto anima a seguir al crucificado hasta su cruz. Amén. Sí (17:59:07).

viernes, 15 de febrero de 2019

15 de febrero de 2019. Viernes.
EL JUEGO DE LAS LUCES

Sin flores, no hay jardín. En Liubliana, Eslovenia. F. FotVi

-Un servidor, cuando tarda en dormirse, cuenta las luces que van y vienen en la oscuridad. Un servidor cuenta luces, no corderitos. Cuenta las luces una a una, y les pone nombre: esta es Blanquita, aquella otra, Añil, la de más allá, Rosácea, hasta que las cansa, y, una vez cansadas, acaban por rendirse y me propician el sueño. Es un placer dormir tras esa batalla de luces y números, de destellos y metáforas. Y, al despertar, la luz me envuelve y me deja andar y pensar, y vivir. Como diría Jorge Guillén: «La luz quiere más luz, / Más cristal, más nivel, / Formas de prontitud». Y esta mañana, con la luz gris del día en los ojos, la gran noticia: elecciones el 28 de abril, como un acontecimiento primaveral. Como el pescador piensa en el pez enorme al que podrá vencer en la lucha por dominarlo, ya estoy pensando en mi papeleta, que podrá dar o quitar un triunfo. Lo decía mi madre: «Yo siempre voto, mi voto puede ser decisivo». Y, sin poder, cogida a mi brazo, íbamos a votar. El voto es la luz –«cristal, nivel, prontitud», como dice Guillén– de la democracia. Me duermo con el juego de las luces y me despierto con la otra luz, la del voto, o el esplendor del poder decidir. Una vez más, Diario, se abre el juego de las luces en el votante, y el de las mentiras en el que es votado. Aquel que mejor lo haga, mentir, se llevará el gato escurridizo y suave al agua, al agua de su vanidad. Y a lo mejor sale bien (18:39:44).

jueves, 14 de febrero de 2019

14 de febrero de 2019. Jueves.
EL CARAMELO

Así pasa la gloria..., templo griego en Paestum. Italia. F: FotVi

-Voy en el coche y, de pronto, en una curva, se me clava el sol en los ojos. Y me deslumbra. Es decir, lo veo todo blanco, un instante, como si se me hubiera nevado la visión. Sin embargo, parpadeo, y todo vuelve a llenarse de color. El azul del cielo, ¡ah!, el verde del pinar, el gris de la carretera. Y mis manos, sujetando con destreza el volante. Respiro hondo y sigo oyendo la radio. Que habla del pinchazo de Sánchez con los Presupuestos en las Cortes y de la fecha para las Elecciones. Me entristece la noticia: hurtarle a Sánchez su caramelo de ir por el mundo llamándose Presidente de España. Si yo fuera Sánchez, con lo que ya ha conseguido, Diario, le diría a la Presidencia: ahí te quedas, Política, dama peligrosa, que, al tiempo que ensalzas, vas hundiendo en la ciénaga a tus adictos, como una droga peligrosa y airada, sin piedad, y me iría a vivir de mis sueños más luminosos, en esa nube vespertina que ahora pasa y que yo despido melancólicamente (18:52:05).

miércoles, 13 de febrero de 2019

13 de febrero de 2019. Miércoles.
DERROTA DE LA MAESTRÍA

Belleza en Agrigento, Sicilia, Italia, F: FotVi

-Así como el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, llama a esta sociedad la «del cansancio», el Papa Francisco la ha llamado a su vez «la del descarte». Es una sociedad que, contemplada desde lejos, parece vivir encorvada o sentada, con la mano sobre la frente limpiándose gotas de sudor. Se la ve fatigada. Y enormemente disgustada. Las neuronas andan locas por nervios y corazón. Y los desequilibra a ambos, los pone tensos y en actitud de agotamiento, que luego es lanzada como una piedra por una catapulta para intentar salir del atolladero. Siempre empujando la piedra de Sísifo, cada vez más violentamente, hasta la desesperación final. O hasta que salga por los aires hacia otra dimensión, la del cansancio desesperado. Y de este modo, se entra fácilmente en depresión. E irrumpe uno en el hundimiento, el desastre. El papa Francisco, por su parte, ha hablado de «la sociedad del descarte». O la de la colilla del pitillo que se tira al cenicero. Después de aplastarla con violencia, si es un pitillo con filtro. Porque puede quedar encendida, y provocar un incendio, el incendio del cansancio y el desprecio. Lo que sobra se tira, como todo lo gastado: lo viejo, lo que ya no produce, lo inútil. No hay reciclaje, solo afán de riqueza y bien parecer. O sea, se trata de una derrota de la ética, de la experiencia, de la maestría, y así, Diario, hasta las ruinas sobran: los bellos vasos griegos a la escombrera, por inservibles, ya han vivido su tiempo, que mueran en el olvido más pavoroso, es la filosofía gaseosa de nuestra sociedad (17:44:16).

lunes, 11 de febrero de 2019

11 de febrero de 2019. Lunes.
TOCO LOS SUEÑOS

En entrañable compañía, en Murcia. Casa Sacerdotal. F: FotVi

-Desde que nace, por un enorme ventanal rectangular, entra el sol de la mañana en mi nuevo y tranquilo despacho, donde escribo y toco los sueños, y los años. Los atrapo, los sueños. Y luego los dejo ir –como un barquito en el agua– por el papel en el que los garabateo. Garabatear sueños es lo que mejor y más hermoso que un anciano puede hacer. Ejemplo: el sueño de la paz, sin iras y sin navajas, en España y en el mundo; el sueño del pan partido y repartido, para todos, en una mesa redonda, con miradas cómplices de amigos; y el sueño de la lealtad, un sueño de recorrido universal, sin detenerse ni en la razas ni en los credos, ni si  en ricos ni si en pobres, todos a una, con la manos dadas, Diario, en la danza de la lealtad y la unión, de la hermandad y el afecto, sin más y sin menos (18:46:26).

domingo, 10 de febrero de 2019

10 de febrero de 2019. Domingo.
MANOS UNIDAS

Mejor racimo, que una naranja sola. Torre de la Horadada. F; FotVi

-Hoy es el día de las manos unidas; unidas como nudos marineros: bellos y fuertes nudos, que logra el vigor de la unión. Cuando se unen y se alzan, las manos son grito, celebración, belleza trenzada. No es lo mismo un haz de manos unidas y en alto, gavillas de esperanza, que un conjunto de manos abiertas o cerradas –puños–, que no son lazo, ni vínculo, ni espiga de trigo: pan. Una mano cerrada o abierta en alto puede ser una voz contra o en defensa de algo, pero nunca será un mar o un bosque, donde clama y bulle la vida. En Manos Unidas –ONG de la Iglesia–, se lucha contra el hambre, la miseria, la enfermedad, el subdesarrollo y la falta de educación. Defiende los siguientes valores: la dignidad de la persona, el destino universal de la riqueza, el bien común, la solidaridad. Trabaja en 58 países del mundo. Y toda su labor se realiza a través del voluntariado, la austeridad, la transparencia. A un servidor, le gusta colaborar con esta asociación de la Iglesia, que, allí donde hay sed, da agua; dignidad, donde se avasalla a la persona; pan, donde existe el hambre; y luz, donde falta cultura. Diario, esta es mi ONG preferida, con todo mi respeto por cualquier otra asociación con fines parecidos, y con mi deseo de que vuele sobre todas estas agrupaciones sociales la paloma luminosa y festiva de la paz (18:46:43).

sábado, 9 de febrero de 2019

9 de febrero de 2019. Sábado.
UN VASO DE BON VINO

Eclipse lunar, sin eufemismos. Torre de la Horadada. F: FotVi

-A los políticos les va el eufemismo, como al bebedor «un vaso de bon vino», que diría el Arcipreste de Hita. Emplean palabras mansas para decir cosas duras y malsonantes, salvo algunos, que dicen lo que suena mal y lastiman sin inmutarse y mirando al tendido para que les aplaudan. En general, son espíritus delicados, a los que no les gusta herir los oídos de sus votantes. Un modo sutil de revestir las mentiras de verdades, y de hacer de estas, las verdades, malas metáforas. Ciertos políticos van de eufemismo en eufemismo, como el que va por la calle echando migas de pan a las palomas, para que le sigan. Hasta que llega alguien, y, dejando a un lado el protocolo de los juegos florales, mete las manos en la masa y suelta lo que es posible oír, con el escándalo solo de los aviesos y mal acostumbrados. Casado le ha dicho a Sánchez, presidente, que es «partícipe de un golpe de Estado», que es «un felón», «un mentiroso compulsivo», «un traidor», «un incapaz», «un mediocre», «un okupa», «una catástrofe», y así hasta veintiuna guindas más de este calibre. Es decir, se ha olvidado de los eufemismos y ha usado las palabras que más o menos le dirían buena parte de los españoles a este presidente sin criterio y volandero. Y ha habido una reacción escandalizada y de perplejidad en ciertos medios dedicados a la ambigüedad y a la paráfrasis. ¿Recuerdan cuando Sánchez llamó a Rajoy «indecente»? ¿Y en su misma barbada cara? ¿Qué son más insultantes los veintiún puntos del supremacista Torra o las veintiuna catilinaria de Casado al sedicente Sánchez? Yo, Diario, me reservo mi opinión, que diré cuando suceda, a causa de las urnas, su defenestración, urnas que a veces aciertan, más que las encuestas (12:19:41).

jueves, 7 de febrero de 2019

7 de febrero de 2019. Jueves.
CANSANCIO

¿Cruz o rama?, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Me santiguo con Dios por la mañana y así puedo evitar al diablo, que siempre está al acecho, decía un eremita del desierto. Este ermitaño padecía numerosas tentaciones, y esa era la razón por la que se santiguaba a cada instante, como una eficaz terapia defensiva. Esa era su creencia, y hay que respetarla. Yo me santiguo poco o a cuenta gotas, y solo lo hago por una cuestión de estética cristiana. No por mucho santiguarme soy más santo; solo si lo hago como meditación o contemplación, la cruz me será eficaz. Santiguarse es coger la cruz de Cristo y ponerla en tu mente, en tus hombros, en tu pecho; es decir, hacerte a ti mismo cruz en tus obras. Una cruz paciente, luminosa, no herida, sino amable, contagiosa de humildad, que abrace y ame, que respete la desnudez y la pobreza, o mejor, que se haga pobre y pacífica en la modestia. Aquel anacoreta sería santo en su retiro, santo de desierto; pero hay que ser santo en la ciudad, donde se contemplan el dolor y las alegrías de la gente, sus ángeles y demonios en el modo de reír o llorar, y a quien puedes echar una mano si ves que se cae, y levantarlo, con la cruz en la sonrisa de los labios y la paz de la mirada en los ojos, sencillamente, sin aspavientos. Así intento santiguarme yo cada día, sin saber si lo consigo o no, pero intentándolo. Las cosas, aun la señal de la cruz, repetidas muchas veces, Diario, se hacen monotonía, rutina, solo norma, sin espíritu, cansancio (18:49:16).

miércoles, 6 de febrero de 2019

6 de febrero de 2019. Miércoles.
EL POLÍTICO

Mientras uno cae, el otro toca la guitarra. En Zagreb. Croacia. F: FotVi

-Pensando en Sánchez –el presidente demediado entre la mentira y el interés personal– reflexiono en una frase del gran político alemán Otto von Bismarck; decía: «El político piensa en la próxima elección; el estadista, en la próxima generación». Sin embargo Sánchez piensa, no en la próxima elección, sino en lo que ha dicho por la mañana para desdecirse por la tarde. Es un ventrílocuo de la mentira, un mediocre actor de la farsa. Yo, que no entiendo de política, pero sí algo de dignidad, vivo alarmado por el modo irracional de actuar Sánchez, el presidente de las mil caras, y de las pocas palabras serias, según se mire. Yo no voy contra los buenos y amigos socialistas, sino contra los que hacen de la política un ejercicio de contradicciones para su brillo personal. Sánchez es un político funambulista y caótico que siempre camina por la cuerda floja, a punto de caer él y rompernos a todos la testa. Espero, esperemos, Diario, que Sánchez recapacite y deje de balancearse en ese lugar de equilibrios en el que nos columpia a todos, por si cae él y caemos todos con él, como una masa amorfa, en el vacío. Gran tragedia entonces (18:32:20).

martes, 5 de febrero de 2019

5 de febrero de 2019. Martes.
EN LA CALLE

Orfebrería en piedra, en Mileto, Capadocia. Turquía. F: FotVi

-Después de una noche de intensos fríos, a causa de la humedad, se nos regala un sol de rostro bondadoso y alegre. Ahí va camino de su ocaso. Recién nacido, y ya se está muriendo. Como tú, como yo, como todo lo que respira. Hasta la roca se desgasta y muere. Las catedrales, de piedra y gracia, se van desmoronando en su belleza cincelada. Bien mirado, si contemplas el final de las cosas, todo es decadencia. Salvo que seas un contemplativo. Entonces, hasta la muerte es bella, y alentadora. Contemplo el sol, me felicito y salgo a la calle para hacer unas cosas. Entre ellas, ir al Banco: es primero de mes y hay que saldar deudas. La primera la de la Casa Sacerdotal. Se vive en ella, pero no de gratis. No es gran cosa la factura, pero hay que pagarla. Llego al Banco y un imberbe masticando chicle me dice que la Caja está cerrada, que salga y saque la cantidad que desee del cajero de la calle. Me voy al cajero: tecleo lo que me éste indica, una y otra vez, y siempre me devuelve la libreta, pero no me da el dinero. De este modo, ¿para qué quieres el dinero en el Banco? Mejor, como hacía mi madre, en el calcetín. Y me vuelvo a casa con la molestia del que ha ido de caza y le han dado gato por liebre. Dejo Trapería, calle de cafés, de bancos y de pobres, que, con educación y el frío contenido en la bufanda, solo piden con la mirada y dicen «buenos días». Lo hacen sin agresividad, y con más corrección que el chico del chicle en el banco. Ya en casa, hallo un consuelo en Cieri Estrada, escritor mexicano, que dice: «La poesía no tiene tiempo, el que la lee la rescata, la hace presente y luego la regresa a su eternidad». Y pienso: «Para que haya bancos tiene que haber pobres, y cielos para los pobres y bancos para los ricos», y quedo, Diario, en soledad y meditación, como un monje en su celda, apaciguado, y libre (17:56:29).

domingo, 3 de febrero de 2019

3 de febrero de 2019. Domingo.
LA COSECHA

Racimo: plenitud del olivo. En La Torre de la Horadada. F: FotVi

-Domingo y luz, y viento. Y misa, y lectura reposada, contemplativa, entre silencios y asombros. Leo a Claudio Rodríguez, que, en su libro inacabado, Aventura, dice: «… el pensamiento se hace canto / porque es amor». Y San Pablo, en su primera carta a los Corintios: «Ahora tenemos estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor; pero el amor es la mayor de las tres». La fe es la que cree; la esperanza, la que, como la cría en el nido, aguarda; el amor, el que se entrega. O sea: es «el secreto, lo sagrado…, la obra». (También Claudio Rodríguez). En el amor, pues, ya no son necesarias ni la fe ni la esperanza, pues en el amor han dado ya su fruto estas dos virtudes. Ambas han conseguido aquello en lo que creían y esperaban: el amor. Y es que en el amor, Diario, están la profecía y la palabra, la ofrenda y la donación: el gran milagro de la cosecha hecha racimo o gavilla: plenitud (18:55:34).

sábado, 2 de febrero de 2019

2 de febrero de 2019. Sábado.
EL SONIDO DE LA LUZ

¿Suena la luz? Quizá. En Murcia. F: FotVi

-Hoy, el Santo de Candela, día de la luz. Felicidades, Candela, por tu luz. Y he pedido a Dios que me permitiera oír el sonido de la luz. El salmista, en el salmo 143, pide a Dios: «En la mañana hazme escuchar tu gracia». ¿Cómo será el sonido de la gracia? ¿De qué notas se compondrá esa eufonía celeste? ¿O no tiene notas, solamente insinuación de emociones, que tal vez perciban solo oídos sabios y sutiles? ¿Suena Dios? ¿Cómo es el sonido de Dios? Y he insistido: «Señor, ¿cómo es el sonido de la luz?» Y, a esta hora de la tarde, Diario, aún sigo preguntándome cómo será el sonido de la luz. Sin hallar respuesta; mañana, al despertarme, seguiré preguntando cómo es el sonido de la luz (19:03:48).

viernes, 1 de febrero de 2019

1 de febrero de 2019. Viernes.
SUBE Y BAJA

Amanecía esta mañana, desde el quinto piso. Murcia. F: FotVi

-Intérprete de su propia comicidad, recuerdo a Cantinflas, en la película Sube y baja, dar vida a un encargado de ascensor, humilde y estrafalario, pero lleno de dignidad. Ayer viví yo la misma experiencia, pero sin la habilidad de Cantinflas. Sube y baja en el ascensor, del octavo al quinto, y del quinto al octavo, echando la hiel por la boca, y fatigados los pies. Y es que, Diario –creo no habértelo dicho–, me han mudado de piso. Sí. Me han ascendido del octavo al quinto piso: aquí se asciende bajando. O sea: si habláramos de la subida de Jesús a los cielos, tendríamos que decir: Jesús desciende a los cielos. Mi ascensión ha consistido en ascender de un piso normal, el octavo, con una mesa, una cama, un cuarto de baño y un enorme balcón, a una especie de suite, o apartamento, el quinto, donde hay más espacio para perderse y no hallar nada, y que en vez de al poniente, da al este, por donde el sol sale y silabea el amanecer. Algunas veces lo hace, precedido de nubes coloreadas, que son como las hermosas danzarinas que preceden a la función. Otras, con corona de oro y manto azul, así, como todo un  rey, deslizándose por la bóveda del cielo como todo un señor de la vida. Y las habrá en blanco y negro, como una película de Buster Keaton echando leña al fuego de La general. Lamentación: ya no veré más desde mi balcón recogerse al sol en su ocaso; entretanto, diré con J. R. Jiménez: «Parece que la aurora me da a luz, / que estoy ahora naciendo». Pues, eso: me consolaré así (17:34:54).