jueves, 8 de mayo de 2014


8 de mayo de 2014. Jueves.
CON AZÚCAR Y TURRÓN
 
Que caiga un chaparrón, en el jardín. F: FotVi
 
-No sé tú, pero yo espero una nube con un chaparrón dentro, y la espero, con el dicho popular,  como agua de mayo. Sin una nubada o chaparrón, mayo es un mes seco, estéril, bronco, en el que todo puede morir un poco, como un pez si lo sacas del agua, a bocanadas de agonía. Una pausa para la lluvia, por favor, le pido al sol sin pausa de estos marzo y abril. Una pausa para llover un poco; pero no la hay. «¡Que llueva, que llueva, / la Virgen de la Cueva», cantábamos de niños, y de los ojos saltaban entonces luces y tonos, con alguna nube que, alguna vez, traía la lluvia. Y es que en la niñez todo es posible, hasta que haya lluvia en los ojos y riegue lo seco. «¡Que llueva, que llueva, / la Virgen de la Cueva, / los pajaritos cantan, / las nubes se levantan!» Hoy, parece no haber ni nubes que se levanten, ni pajaritos con cantares de estos en el pico: el calentamiento global. Quizá el hombre esté haciendo inhabitable el castillo encantado y precioso que es la Tierra. Mare Nostrum habíamos llamado siempre a nuestro mar, el Mediterráneo; desde los romanos, era mar nuestro; ahora ya no es nuestro, sino de la contaminación y el expolio, como casi todos los mares de la tierra. Hay una palabra en las mafias que da escalofríos: respeto. Faltar al respeto es morir. Quizá las mafias del progreso excedido y ganancioso hayan perdido el «respeto» a la vida y a la sacudida o temblor que produce en el alma lo bello y estén destruyendo la solícita gallina de los huevos de oro. Y el pago es la muerte. «¡Que llueva, que llueva!», pero no hay lluvia, porque no hay inocencia (me refiero al idealismo) en el mundo. Cuenta Elena Poniatowska en su discurso por la entrega del Premio Cervantes, que una cosa que la intrigó cuando llegó a México, fue ver en un mapa del país varios espacios pintados de amarillo con el letrero: «Zona por descubrir». Era todavía entonces la inocencia del mundo, con brillo en los ojos por ver y encontrar paraísos sin hollar y puros. «Que llueva, que llueva», Diario, «que caiga un chaparrón –y si posible fuera-, / con azúcar y turrón» (20:17:14).

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