1 de mayo de 2014. Jueves.
PERDER EL
TIEMPO
Ganando el tiempo, en el Mar Menor. F: FotVi |
-En Murcia siempre se me pierde algo: entre otras cosas, el tiempo. Ayer,
llego a Murcia, voy a echar mano del tiempo y resulta que lo había perdido, o
casi; me quedaba el justo para volver a casa y rehilarlo y volverlo a tener de
nuevo, pero menos. De tiempo en tiempo, se pierde el tiempo y no hay moneda que
lo pueda comprar. Ayer, en Murcia, perdí el tiempo y gané 600,00 euros; a
simple vista, una transacción ventajosa. Gané 600,00 euros, pero perdí un cacho
de mi tiempo, como si un colibrí extraviase un ala por beber un sorbito de miel
de la flor. Toma el sorbito y un ala se le trunca, y cae al suelo el mínimo
pájaro, revolando de un ala, queriendo cogerse todavía al aire, pero sin poder:
muerto, a causa de la falta de un ala, ya en vuelo. Caerá y habrá bichos que se
lo coman, y el tiempo lo acabará tapando. Lo peor del tiempo no es que, al
final, tape quizá con tapa de madera de pino, sino que silencie todo; con el
alma, silencia la voz y los latidos, y, si crees, te voltea (confías) a la
eternidad, y si no, te deja en la estacada del gusano y la descomposición, sin
más. Pues lo dicho: gané 600,00 euros, pero perdí el tiempo. A no ser que al
hecho de ganar un dinero se le llame ganar tiempo; supuesto (o teoría), que a
mí no me convence. Hacienda (no sé por qué) me los quería rebanar; al fin, se
vio que era una equivocación, y ha vuelto el río a su cauce. Pero me pregunté:
si a mí que no llego a mileurista me pretendían apurar 895,00 euros (que se han
quedado en 182,00, sólo) ¿cuánto le costará a un rico ser rico? Sé que a
Hacienda hay que nutrirla entre todos (educación, obras públicas, investigación,
sueldos a funcionarios, subvenciones a partidos y sindicatos, ERES, Gürtel…); pero
debían considerar que donde no hay ubre (nunca diré teta), no puede haber leche.
Me afirmo en lo dicho, Diario: en Murcia gané unos euros, pero volví con la sensación
de haber perdido el tiempo, un tiempo precioso, que no es oro, pero sí lectura,
rezo, escritura, ir y venir, cansarse de mirar cosas y sentirlas, como una flor
o un caracol arrastrándose pensativo por la hierba, o el pájaro que de pronto
salta en vuelo porque te teme, o porque quiere jugar o enredar contigo, sólo
que tú no le sigues porque no sabes volar. Es tantas cosas el tiempo, cuando no
se pierde, o cuando se pierde por atender a las cosas que tienes cerca, y así vivirlas…
(21:06:28).
El tiempo, adornado por el silencio que te acompaña en tu cabaña, vale mucho más de 600 euros. De mayores, nos aferramos a la costumbre, al orden y la actividad consuetudinaria, factores que nos revitalizan. Numerus motus secundum prius ac posterius, dice Aristóteles del tiempo, pero cada día nos cuesta más movernos de nuestro retiro, de nuestra sencilla morada, donde encontramos la serenidad que nos da aliento y satisfacción.
ResponderEliminarUn abrazo, querido y admirado poeta Vicente.
Gracias, José María, me gusta tu filosofía, que, como diría Ortega, nace de tu interior e ilumina tu mundo, quedando luz para prestar a otros mundos. Otro abrazo; y recuerdos.
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