jueves, 12 de marzo de 2020

12 de marzo de 2020. Jueves.
EL QUE CUENTA ESTRELLAS

En el jardín, contaba las estrellas. Torre de la Horadada. 

-Hoy, a pesar de aparecer como un día espléndido, soleado, azul, alguna neblina, sin embargo se ve todo más negro. Como si hubiéramos entrado en el túnel del tiempo. Túnel en el que nada se ve y solo se oye el ruido estridente y confuso de las ruedas del tren en el que somos conducidos hacia el caos. El color negro, como aullidos de lobo en la noche, es lo que está al otro lado de la esperanza. Pandemia se llama esta negritud que no nos deja ver, ni soñar, ni siquiera pedir auxilio. Yo, encerrado en mi habitación, solo oigo lo que no se oye. Aquí, en Murcia, se ha suspendido el mercado de los jueves –silencios pues en la Avenida de la Fama–, no ha habido besa pies del Cristo en la iglesia de San Juan –se evita lo divino–, no se permiten ni abrazos ni estrechar las manos –se elimina la ternura–, nos saludamos sin mirarnos –huimos–, nos asusta la tos seca –dicen que es camino que nos lleva al virus–, nos invitan a tomar cada quince minutos un sorbo de agua –para así ahogar al invasor–, y lo hago, y así hasta mil soluciones, de las que alguna tomo en serio, como responsabilidad. También me protejo en la oración, como escudo, no por debilidad, sino subido a la fe, desde donde las cosas se ven de otro modo, con horizontes más dilatados, y donde a lo lejos se adivinan cojos que corren como ciervos y ciegos que ven en la trascendencia. Y parodiando a Borges, Diario, diría: Ser, en la vana noche, el que cuenta las estrellas (18:31:26).

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