lunes, 30 de marzo de 2020

30 de marzo de 2020. Lunes.
UNA PEQUEÑA LUZ

Órgano del mar, en la oscuridad de la noche. Zadar. Croacia. 

-«Aún sigue la oscuridad», dijo el sabio, «intentaré ser una pequeña luz, para iluminar un poco mi alrededor». Es decir, como la luciérnaga que ilumina una pequeña mota del jardín. Jardín donde viven, con ella, la cigarra y el grillo, y la tierra bendita que los nutre y sostiene. «Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana madre tierra, / la cual nos sustenta y gobierna, / y produce diversos frutos con coloridos colores y hierba», canta San Francisco de Asís. Loa que harían con él la luciérnaga, la cigarra y el grillo, y la lombriz, y el silencio que se mueve y les habla desde las tinieblas que procura la noche. No respetamos la tierra y luego le pedimos que nos proteja, que, como el girasol, mire siempre hacia el astro rey. El sol nos contempla, nos sonríe un tiempo, nos da bonanza y cosechas, alimenta nuestra soberbia, y luego se esconde, en una larga y tenebrosa noche de lobos, olvidando los campos y bosques, y a los humanos, desnudos y con el frío de su ausencia. Por esta razón, y ahora que se ha ocultado el sol, seamos cada uno un pequeño y diminuto sol, que ilumine y alegre su entorno. Seamos esa cerilla que abre la oscuridad y nos hace ver lo que ocurre en nuestro derredor: el amor con que se mueve la gente sencilla y amable; esa gente que hace que la oscuridad sea menos tenebrosa, más ligera de llevar; esa oscuridad iluminada que, a veces, Diario, te hace tocar y sentir la Trascendencia, y amarla (19:12:07).

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