5 de marzo de 2020. Jueves.
LA OTRA EPIDEMIA
La terrible Gorgona, en Las Canteras. Las Palmas de Gran Canaria. F :FotVi |
-Te
acuestas con el bicho coronado y te levantas con la misma música de alarma.
Coronavirus para allá y coronavirus para acá. Y el miedo, como un depredador insaciable, nos acosa. El miedo es libre, pero igual lo es la esperanza, y yo me
digo que por qué no vivir más en la esperanza que en el miedo. Ocultar, por
ejemplo, los números de los contagiados y hablar de los millones de seres que
todavía no han sido alcanzados por este pequeño demonio, o por esta falta de
ortografía encontrada en este bello libro de la vida. Los medios de masas nos
acribillan todos los días con cientos de mensajes de intimidación, que si hay
cien, doscientos casos más, y no veo que nadie hable de la esperanza, el más luminoso
y eficaz de los antivirus, el médico más cuidadoso y maternal de todos. Qué hermoso
aquello que dijo Martin Luther King en uno sus discursos, llenos de palomas voladoras
y luces nuevas. «Si me dijeran que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría
un árbol». La esperanza, con la fe y el amor, es una de las tres virtudes teologales,
o las columnas talladas del templo de la vida, y que hurgan en el silencio de Dios.
Sería bueno, Diario, que las dejáramos (a las tres) hacer un nido en nuestro
corazón asustado, y que, de este modo, desterraran el miedo, la otra epidemia
que nos hostiga (19:00:14).
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