1 de julio de 2021. Jueves.
EUFORIA DEL REENCUENTRO
EUFORIA DEL REENCUENTRO
-Azul, sol, vencejos, palomas, alegría de vivir. Vuelos. Sueños. Así se
presenta julio, caluroso y nadando a contracorriente en el lago esmeralda de la
esperanza. La esperanza –lo último que se pierde, dicen– llama a nuestra
puerta. Y llama con nudillos de precaución. Las mascarillas, las distancias, el
observarnos sólo de ojos a ojos, donde aletea el alma, sin pasarnos en
efusiones y contactos. Hoy, por fin, en la Casa Sacerdotal, han aflojado las
cadenas y nos han permitido juntarnos en el comedor, de dos en dos, y en mesas
grandes. Nos mirábamos con recelo de virus, pero con afecto de amigos. (Digo
amigos y no hermanos, por aquello de que el hermano te lo dan hecho y el amigo
te lo haces tú, con un diseño a tu medida). Comer juntos ha sido un canto a la
alegría de convivir, hablando, riendo, enmudeciendo tras el bocado. Toda la
liturgia del comer, con la sencilla euforia del reencuentro. Después de más de
un año y medio sin poderlo hacer, nos hemos visto las caras, y las sonrisas. La
sonrisa, por donde transitan los sentimientos y amanece el lago azul de la
tranquilad. Como dice un proverbio escocés: «La sonrisa cuesta menos que la
electricidad y da más luz.» Y, mientras, el doctor Sánchez perorando: «Nunca.
Jamás. No habrá referéndum de autodeterminación.» Es decir, que, si no la paran,
Diario, lo habrá. «Denos tiempo», dijo el Rufián de la Cámara, sin que el
doctor en fabulación y mentiras –de granito el rostro– se alterara (11:53:08).
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