15 de septiembre de 2021. Miércoles.
EL PAÍS DE LAS NUBES
EL PAÍS DE LAS NUBES
-Después de muchos días, he salido a la calle. Durante un tiempo, he
vivido en el país de las nubes, en el que todo daba vueltas, se llenaba de
vacilaciones, titubeaba. Vértigo llaman al fenómeno: das pasos y parece que pisaras
algodones, o bolitas de cristal. Te caes por todos lados, y siempre crees haber
un gua que te vaya a tragar. (El gua de cuando niño jugábamos a las canicas, en
Molina). He salido y he vuelto de mi paseo –necesario– por la calle, y,
mirándome en el espejo, me he felicitado. He visto una sonrisa anciana, que
parecía joven. Era mi sonrisa, la que me saca de cualquier atolladero, la que reviste
de serenidad y paz mi vejez. En cierta medida sigo el consejo del Papa
Francisco; he leído que dijo: «En los momento de tristeza, poca o mucha, en los
momentos oscuros: oración, paciencia y esperanza». Y, además, digo yo: «Espejo»;
en el que descubres que aún vives y que es hermoso sonreír. Yo, en momentos difíciles,
me miro en el espejo y no veo arrugas; veo mi sonrisa, que no es vejez, sino ilusión,
rescate. Sé que hay dolores muy fuertes, rabiosos, pero la esperanza, Diario,
ayuda a sobrellevarlos; y, si le pones una pizca de alegría –de Dios–, endulzará
la tristeza, como el azúcar dulcifica lo amargo y lo hace delicia, algo cautivador,
que seduce (18:33:28).
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