miércoles, 23 de abril de 2014


23 de abril de 2014. Miércoles.
«NO SIGAS, SOY MUY MALO», DIJO EL LIBRO
 
Libros y sus ensoñaciones, en mi biblioteca. F: FotVi
 
-Hoy, Día del Libro, abro un libro y leo: «No sigas, soy muy malo», y lo cerré; pero su título era: Todo libro merece ser leído. ¿Paradoja? No, sólo un espasmo de sinceridad, y de publicidad, quizá. El «no sigas, soy muy malo», me animó, sin embargo, a seguir leyendo, por ver si decía verdad, y por llevarle la contraria al libro. No me gusta que me digan qué libro debo leer o qué cosa debo hacer. Y no me arrepiento de haberlo hecho. Porque luego leí frases como ésta: «No seas necio, no leas si no te apetece»; o esta otra: «Lee, aunque no te apetezca». Era un libro contradictorio, pero muy divertido; hasta el punto de que llegué al final con los ojos rasos de lágrimas de tanto reír, y llorar. De reír, porque uno de los actores sentenciaba cosas como ésta: «Me duele la cabeza, me la cortaría, pero si lo hago no sabré nunca si el curativo que he tomado me alivió el dolor o siguió tan corajudo»; corajudo, por la palabra deduje que el personaje podía ser sudamericano; es decir, de la tierra de los Borges, los Monterroso, o los Gabo (menos conocido como Gabriel García Márquez, y que ahora ha muerto). Y de llorar, porque el mismo personaje agregaba: «Al fin, me he cortado la cabeza y no sé nada de lo que haya podido ocurrir después del evento»; y, con un tono claro de ternura, añadía: «Si no te es gravoso, y puedes, dímelo tú, lector». ¿Decirle qué? ¿A quién? Y yo, que tenía intención de ayudarle, no supe cómo, pues la cabeza, en el suelo, tenía un rictus de dolor y los ojos cerrados. Del charco de sangre no diré nada, porque sólo de nombrar la sangre me da vértigo; tanto, como oír a un político prometiendo libros gratis en un Día del Libro. (Los libros, para un político, en general, son subversión). Sólo diré que la sangre era roja (menos mal que no azul, se puede suponer por qué), era roja y, al poco, empezaba a coagularse, entre la fruición y la bulla de las moscas. A la cabeza, con el rictus de dolor, los ojos cerrados, y sin sangre, ya no se la oyó decir nada más; con la cabeza callada, sólo seguían hablando la sangre y las moscas, y un perro que se acercó a husmear y aulló, contaba el autor. El autor del libro todavía tuvo esta puya o ironía; escribió: «Si has llegado hasta aquí -era el final-, enhorabuena, yo no lo habría aguantado. Pero no es malo perder el tiempo, si crees, leyendo un libro, que lo has ganado». Y concluía: «¿Tú qué dices, lector?» ¿Y yo qué digo, Diario?, he preguntado a mi vez. Pero mi Diario se ha encogido de hombros, y, con ese gesto, me lo ha dicho todo, casi tanto como el libro que acabo de leer; es decir, todo y nada; los libros son así, dicen y no dicen, saben e ignoran, tiemblan y agreden según el ánimo del que los lee; y es que todos ellos, los libros, se dejan vivir en el lector, con humildad y profesionalidad de libro (19:32:39).

martes, 22 de abril de 2014


22 de abril de 2014. Martes.
GABO
 
Soledad, vestida de soledad. G. Luna. F: FotVi
 
-Un servidor todavía sigue llamándole Gabriel García Márquez, con respeto, como entonces, cuando leí, con mucho sudor y lágrimas, Cien años de soledad. Sudor y lágrimas, porque apenas entendía nada, y una y otra vez tenía que volver sobre lo leído e identificar así situaciones y personajes, que me parecían repetirse, y en realidad se repetían, como en una locura de hielo, que nunca es el mismo aunque lo parezca. O es el mismo y se disfraza de lo mismo, hasta parecer que no lo es o sí lo es, no sé. Leí Cien años de soledad en una edición, pulcra, del Círculo de Lectores, de 1970; es decir, tres años después de haber sido escrita y editada, un lujo. La cubierta es de G. Luna y, en azules, dibuja la soledad como una anciana sentada en una silla (en un negro azul), con los ojos bajos y las manos entrelazadas sobre las rodillas, entre el halda. Pues, ahí, leyendo entonces Cien años de soledad, casi me volví loco, preguntándome quién podía ser quién en tantos y tantos nombres y apellidos repetidos de generación en generación, como un rosario de cuentas de alcanfor. Pero me fascinó, y años después la volví a leer, y seguí volviéndome loco, pero menos; los nombres me sonaban mejor y los iba distinguiendo, y hasta el «sofisticado artefacto lingüístico» que García Márquez se inventó. No es que las cosas tuvieran sentido; sólo era que iba perdiendo el sentido yo y las cosas sin sentido me las empezaba a creer, o a darles sentido. Empezaba a creerme lo increíble. Creer en la literatura es creerte sus mentiras, hasta asombrarte de tu fe. Cervantes es un embaucador perfecto, que acierta con las palabras para hacer parecer que no lo es. Salvo las palabras y el sentimiento, en la literatura casi todo es mentira. García Márquez (aunque en menor grado) es otro embaucador excelso. Al que, bastantes de los que no lo han leído, llaman ahora Gabo, seguro que porque han mojado alguna vez en el mismo plato que él. «Estábamos Gabo y yo»…, se lee y se oye estos días; todos han estado con Gabo, salvo Gabo consigo mismo, quizá. Y entonces cierto mundo ha descorchado la botella de champán de las burbujas celebrativas. Burbujas, que acaban en un ¡plaf! o estallido húmedo y frágil que se rompe en irisadas partículas vivas. Se celebra que ha muerto Gabo, el creador (casi un pequeño dios) de todo un mundo, Macondo, que al final de un libro de 348 páginas es destruido por «la cólera del huracán bíblico» (su misma cólera tal vez), cuando Aureliano estaba descifrando el pergamino en el que se decían «la fecha y circunstancia de su muerte» y de «la ciudad de los espejos (o los espejismos)», que «sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Buendía acabara de descifrar los pergaminos». Celebrar la muerte de Gabo en ceremonias de boato y lujo, está bien; pero es mejor leer el libro y no sacar ninguna conclusión, salvo la de que una mentira bien urdida puede crear un mito y, al punto, destruirlo, si no se le presta la atención de lo que se ama. Yo, Diario, rezaré por Gabriel García Márquez (no por Gabo: confieso no haber mojado nunca en el mismo plato que él) y seguiré leyendo la hermosa mentira titulada Cien años de soledad, mentira que espero no creer nunca para así seguir asombrándome de su posible veracidad, o mentira (20:35:34).

lunes, 21 de abril de 2014


21 de abril de 2014. Lunes.
LOS OFICIOS
 
En la humildad del pan, Monumento de San Blas. La Ribera. F: FotVi
 
-Ya acabó todo, y felizmente. Oficios, idas y venidas, y cierta afluencia de fieles; extraordinaria, el domingo. En los Oficios, celebramos cosas importantes: el Jueves Santo celebramos que Jesús, el llamado Cristo, se quedara pan y vino en la mesa del pobre, como alimento. Cogió el pan y, ante los ojos atónitos de los suyos, dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros»; lo mismo hizo con el vino: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto en memoria mía», y ahí está, en el pan y en el vino, y en las palabras y en el amor de los suyos. Allí donde hay un trozo de amor; es decir, un trozo de pan partido y compartido, allí está él, puntual, tímido en la timidez del pan, irreconocible para lo egoísta, cierto para el que da o se da. El pan no siempre tiene por qué ser pan; puede ser pan, pero puede ser también uno mismo, que se entrega en donación. Esto fue el jueves; el viernes ocurrió que este mismo Cristo que se quedaba pan y vino, quiso quedarse además crucificado, o cosido al amor en forma de cruz, y lo celebramos. Fue una celebración sobria y trágica, con Cristo dándose en la cruz y preguntando: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». Y, ante la cruz, doblamos la rodilla, adorando así la voluntad de aquél que prefirió hacer la voluntad del Padre a la suya propia, por lo que se dejó inmolar. Celebramos la muerte y el sepulcro, para poder celebrar luego la resurrección. En la Vigilia Pascual abundaron la Luz, la Palabra, los cánticos de Gloria, los Aleluyas, y la Resurrección. Decía la Escritura «que Él había de resucitar de entre los muertos», y se cumplió. Fue una reunión de familia numerosa que celebraba su fe. Niños, adultos, ancianos, y todos haciendo patente que nos fiábamos de Jesús de Nazaret, el Maestro, el Señor. Fuimos felices; tanto, que, al fin, Diario, compartimos el buen sabor de una chocolatada, con bollitos con los que mojar (20:28:13).

sábado, 19 de abril de 2014


19 de abril de 2014. Sábado.
SOL CON SEPULCRO
 
Y brillará de nuevo el Sol. Vilnius. Lituania. F: FotVi
 
-Hoy, sábado con un sol menor primaveral y, desde la «oscura noche de la fe» (para nosotros, los que andamos en este laberinto difícil de la fe, tratando de salir con bien de él), también con sepulcro. Hoy, día de sol con sepulcro; pero mañana, sólo Sol sin sepulcro. El sepulcro habrá quedado atrás, y el Sol, libre, en todo su esplendor, iluminando, en su órbita de salvación, a la misma luz. La luz será más luz porque habrá un Sol mayor que la ilumine. Cuando claree la Aurora, la luz será más luz en el Sol resucitado. Al Sábado Santo hay quien lo llama «no-día», porque, en lo litúrgico, es un día que no existe: muerto el Sol, todo es noche. Hoy la iglesia celebra la noche de Cristo; y del hombre. Todas las injusticias están depositadas en el sepulcro, entre sus cuatro paredes de frío y silencio. Dice el Credo: «fue sepultado»; es decir, fue quitado de en medio, como lo es un apestado o un malhechor. Lo había anunciado el profeta: «muchos se espantaron de él», por lo que fue reducido hasta el ostracismo total: el sepulcro. Pero a pesar de todo, también lo dijo el profeta: «Mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho». Pues ahí está: sepultado con los pecados de todos, tanto pesan. Pero destruyendo el pecado desde su misma raíz de hedor y de muerte, para, una vez destruido y con un pie sobre la muerte, ser glorificado, él y los que decidan seguir su estela de triunfo. Hoy es el «no-día», Diario, que desembocará, sin embargo, en el «todo-día», que es Cristo resucitado (18:56:51).

viernes, 18 de abril de 2014


18 de abril de 2014. Viernes.
PUNTOS DE LECTURA
 
Nacimiento de la cruz, en una espalda divina. F: FotVi
 
-Viernes Santo, o el día de la Cruz exaltada. Es el signo más representativo del amor. Gandhi, Santa Teresa de Calcuta, San Vicente de Paul, las ONG más comprometidas en la ayuda a los especialmente desfavorecidos…, todo el amor del mundo, converge en la cruz de Cristo, que desde allí se hace, para quien quiera aceptarlo, sacramento de salvación. Hace dieciséis años, 1998, y estando en San Pedro del Pinatar, así describía yo la crucifixión de Cristo y la hacía oración en unos sencillos puntos de lectura. Hoy, Diario, los hago recuerdo en esta página, por si a alguien le sirve, aún (21:21:47).

jueves, 17 de abril de 2014


17 de abril de 2014. Jueves.
MÁS ALLÁ
 
Tiempo, y esperanza, en el jardín. F: FotVi
 
-Idos martes y miércoles, nos encontramos con Jueves Santo ya; unos van y otros vienen: siempre hay tráfico en el pasar de los días. El tiempo es así: se alimenta de su pasar, como el lenguaje de las palabras. Sólo que las palabras, a veces, se detienen en un libro y acogen en él a la sabiduría, recreándola; mientas que el tiempo pasa sin cesar, llevándose con él todo lo que toca, hasta a sí mismo. Al fin, Diario, todo es tiempo, y esperanza, que va más allá del tiempo (17:40:03).

martes, 15 de abril de 2014


15 de abril de 2014. Martes.
COCTEL, AMOROSO
 
Blancura y fragilidad, o cóctel de amor, en el jardín. F: FotVi
 
-Hoy, Martes Santo, lavo y tiendo la ropa; al momento, el sol y un pelín de aire inquieto empiezan a hacer su trabajo: orear lo tendido, secarlo; mañana será la plancha y, de este modo, concluirá el proceso. Aunque tendría que estar con el Obispo en la Misa Crismal, en Murcia; pero el ermitaño debe hacer en cada momento, no lo que le gustaría hacer quizá y sí lo que conviene hacer; pues, como diría Santa Teresa, «también entre los pucheros anda el Señor»; es decir, también entre el detergente, el suavizante, la lavadora y la ropa tendida anda el Señor. (Tal vez la ropa tendida se estremezca, se agite, no por el aire, sino porque él -el Señor- la toca; quién sabe). Encontrar «al buen Dios en lo ordinario», que también decía la Santa, es casi tan excitante como hallarlo en la oración. Aunque menos, desde luego, que descubrirlo en el otro, en ese «tú» del que tantas veces pasamos, sin considerarlo prójimo. Amar al próximo, nada menos. Lavar y tender la ropa para que se oree, fantástico; aunque, en este tiempo de santidad y cruces y vírgenes dolorosas por las calles, no estaría de más (opino) lavar el alma y tenderla al sol de la fe y de la piedad, para que, ya que es primavera, hacer crecer así en ella el amor. Un poco de fe, lo suficiente de piedad, se agita, Diario, y, ¡hala!, más amor. Entonces: ¡Qué coctel, amoroso! (18:48:41).

lunes, 14 de abril de 2014


14 de abril de 2014. Lunes.
CASI UNA CORAL DE BACH
 
Notas de Bach, en el interior del órgano. Catedral Vilnius. Lituania. F: FotVi
 
-Pasado el Domingo de Ramos, ya estamos en Lunes Santo, un lunes con apodo de personaje de hornacina; como el Santo Job o San Judas Tadeo, es un decir; o Santo Toribio de Mogrovejo. Lunes Santo, o la virtud de un lunes que no es suya, sino de quien llena la semana con su santidad: Jesús, el de Nazaret (aquél, éste ahora), que está más allá de toda hornacina o convención, e incluso de cualquier burla ditirámbica o babeo. (Es sabido que los escupitajos que se lanzan contra el cielo acaban por caer sobre quien los lanza; o sea: se escupe, sube el escupitajo, un momento de duda allá arriba, caída libre, y ¡plaf!; y, luego, mano al clínex, siempre ocurre). Jesús es el Santo y da nombre, por su actitud divina ante la vida (y ante la muerte: «soportó la cruz, despreciando a la ignominia», dice la Escritura), a toda una semana. Lunes santo, además, con sol, y la alegría de su luz. Tanto, que hasta los pájaros (el mirlo, el jilguero, el gorrión, la tórtola, la curruca cabecinegra -anidando frente a mi ventana-, el verderón…, toda esta pajarería tengo a mi alcance) hacen coro (casi una coral de Bach) mientras escribo. Bach, dicen, se inspiró en el canto de los pájaros para componer el relato musical de sus fugas: la persecución, el acoso de unas notas a otras, el juego de subidas y bajadas, el encuentro y el desencuentro, hasta el acorde final, pleno. El organista, con los diez dedos y los pies en los teclados, ha logrado dominar las notas, las ha detenido en su cacería, consiguiendo, al fin, bajo el cielo de las bóvedas catedralicias, la paz musical. Paz, que yo pido, Diario, para los países (Estonia, Letonia, Lituania, Finlandia, Ucrania…) cercanos a Rusia, que una vez más tiemblan ante el oso nacionalista ruso, que parece haber despertado de su letargo invernal y amenaza con romper la tranquilidad del bosque, europeo. Veremos (19:40:02).

sábado, 12 de abril de 2014


12 de abril de 2014. Sábado.
AGITAR LOS RAMOS
 
Será aleluya, desde el jardín. F: FotVi
 
-Un año más, y como símbolo del triunfo, el ramo agitado. Es un modo de anticipar que lo que se anunciaba muerte, terminará en victoria. En el Domingo de Ramos, se agitan los ramos para recordarle a la muerte, que, aunque, es fría quietud, tras ella, hay movimiento, vida. Agitar los ramos, Diario, para ir despertando el aleluya, la resurrección, que, desde el viernes, se recogerá en el silencio de la muerte (21:01:00).

viernes, 11 de abril de 2014


11 de abril de 2014. Viernes.
CON BURLA Y ÁNIMO DE MOLESTAR
 
Cristo, Catedral de Santa María, Tallín. Estonia. F: FotVi
 
-Con la luna llena de primavera, llega la Semana Santa y toda la liturgia religiosa y pagana de su celebración. En la liturgia religiosa, Cristo es el centro, con símbolos y realidades, como la cruz, la luz, la resurrección; en la pagana, es la vacación (que es lícita y aun saludable) y, en ocasiones, la provocación iconoclasta, sectaria y visceral. Toda secta, en sí, es víscera, agresividad, torpeza, y no razón. La secta es un círculo, más que cerrado, vicioso. Es elegir, como único objeto de contemplación y arbitrio, el ombligo. El ombligo, que, glosando a Umbral, es algo así como un callejón sin salida que no lleva a ninguna parte. Perderse en el ombligo de uno mismo, es cercarse por el vicio de la muralla sin horizontes, del yo soy yo sin mis circunstancias (Ortega al revés), o del punto y final sin continuación posible. Con la secta o el extremismo no hay posibilidad de narración seguida y dialogada de la historia, sólo monólogo orwelliano del ordeno y mando, y, si no, tras la persecución, la destrucción. Ahora, la secta progre, se dice, pretende parodiar, con burla y ánimo de molestar; es decir, con el despecho de la idiotez y la intolerancia, la celebración del Jueves Santo cristiano. Los habrá que celebren la Semana Santa en la procesión o en el ejercicio de la liturgia, donde los símbolos explican la fe y tratan de darle sentido; éstos, en la procesión y en la liturgia, y sin ánimo de ofender a nadie, dirán su fe y la alegría que da poseerla y festejarla. Los otros, con odio y animadversión (y con la sola intención de agraviar), no harán celebración de nada, sino juguete cómico sin gracia de algo en lo que dicen no creer y les molesta (como parte de sus fobias y limitaciones: toda fobia lo es) que otros crean. Yo, Diario, creo; es un don que agradezco, celebrándolo; haré fiesta por la cruz, por la resurrección, por la esperanza que la fe me da. ¿Los otros? Allá ellos con sus tirrias y coces, que son signo, por inmadurez y espíritu mórbido, de una grave enfermedad espiritual y cívica (21:21:40).

jueves, 10 de abril de 2014


10 de abril de 2014. Jueves.
BLANCO Y LIMPIO
 
Hielo en Pärnu, Golfo de Riga, en : FotVi
 
-Mi viaje a los Países Bálticos ha sido una experiencia (no diré mágica ni espectacular, porque son palabras tontas de salir del paso del cronista con prisa y vocación de cursi), pero sí diré (por inesperada y distinta) sorprendente. Tres son los llamados Países Bálticos: de norte a sur, Estonia, Letonia y Lituania; agrupados como si fueran hermanos, por hacer síntesis geográfica, pero desiguales en casi todo. Sólo tienen en común que dan al Báltico, ese mar interior, joven y poco profundo, de aguas casi dulces, y en el que, sin llamarse bálticas, se miran otras naciones como Finlandia, Suecia, Polonia, Rusia, Alemania… El mar Báltico es un mar de una belleza íntima, casi lírica (oda o poema), tan ensimismado en sí mismo, en su sentimiento está. Por algo, desde la antigüedad, se le llama Blanco y Limpio, es decir, Báltico. (También se traduce Justo). Es blanco y es limpio, como el hielo que a veces lo cubre, sobre todo en sus costas. Yo, a finales de marzo, aún he podido tocar y admirar ese hielo, que un sol más luminoso que el nuestro, por frío y terso, convertía en destello y fogata deslumbrantes. Destello y fogata, sin embargo, de tiritona, como si se tratara de un cubito en un vermut: el sol, el vermut, y el cubito, incordiando con el frío de sus entrañas, el hielo. Gracias a una huelga de Lufthansa, llegar a Tallín, capital de Estonia, fue una odisea, sin Ulises, claro, pero memorable y homérica como aquella. Debíamos embarcar en Barajas, destino Frankfurt y nos desviaron a Copenhague, con escala en Zúrich, para, en un avión casi de juguete, desembarcar, al fin, en Tallín. Ocurre que las huelgas apenas molestan a aquellos contra los que se convocan (la empresa, el señor de la firma, el de la llave de la caja del dinero…) y mucho, sin embargo, a los sufridores de a pie. (¡Y, oh, por favor, no estoy contra la huelga, Dios me libre!). Horas de espera y nerviosismo en aeropuertos, y alguna maleta perdida en el trayecto, es el resultado de pagar por lo que no tienes culpa. Aunque la belleza de Tallín, Riga y Vilnius, compensaran luego la demora y los pequeños dramas de ansiedad sufridos. Los hubo que fueron desviados a Estocolmo y al Helsinki. Pero como dijo el sabio, Diario, el final feliz compensó por la dura e incierta caminata, aérea (21:00:13).

miércoles, 9 de abril de 2014


9 de abril de 2014. Miércoles.
CASI ME DESCALZO
 
Excelencia, en Vilnius, Lituania. F: FotVi
 
-Entré en la Universidad de Vilnius, Lituania, y, ante la excelencia, casi me descalzo, que hubiera podido decir Unamuno. Fue como pisar en terreno sagrado, y es que el conocimiento, la búsqueda, la sabiduría, el libro, la cátedra, el maestro, el alumno, en cualquier cultura, lugar y tiempo, siempre han sido tenidos por cosa sagrada, o tal vez consagrada. La razón es que quizá ahí, en la Universidad, siga insistiendo, como nueva creación, el dedo de Dios. Porque, en realidad, la Universidad es (o debiera ser siempre), nueva creación. Entré y me dije: «Una Universidad limpia», como si fuera algo extraordinario que chocara con mi experiencia española de cada día. Ni pintadas, ni suciedad, ni siquiera colillas entre los adoquines, y, menos aún, líricos y orates incitando a revoluciones. El color marrón claro de las paredes estaba inmaculado, y en el campus casi había silencio de iglesia. A pesar del trasiego de personas, la moderación en el hablar era como una especia de signo de cortesía y respeto hacia ese lugar de trabajo intelectual y casi místico, por espiritual. Se veía llegar a alumnos con el pitillo en los labios, hacía frío, y, nada más pasar, echarlo en un recipiente de cerámica que estaba en la misma puerta de entrada. Una Universidad limpia y estudiosa, me dije, e hice propósito de contarlo, para ejemplo de otras universidades y de otros ambientes menos estudiosos, Diario, y más revolucionarios; como la revolución de no estudiar, por ejemplo (19:25:11).

lunes, 7 de abril de 2014


7 de abril de 2014. Lunes.
LA LUCIDEZ
 
Lucidez, en el jardín. F: FotVi
 
-Si es necesaria la luz, lo es más la lucidez, dijo el sabio. Sin luz se pueden dar pasos, detectar olores, definir formas con el tacto, u oír sonidos; pero sin lucidez es imposible saber adónde llevan esos pasos, o de qué son esos olores, o qué significación tienen las formas, o si lo que se oye son simplemente ruidos o palabras. Es verdad que, en el principio de todo, para acorralar el caos y replegar la tiniebla, se hizo la luz. «¡Haya luz!» fue el primer grito que se le oyó a Dios, y hubo luz. Para, de inmediato, establecer la lucidez; es decir, «y apartó Dios la luz de la oscuridad», dice la Escritura; la lucidez apartó la luz de la oscuridad, que es la simplicidad, la confusión, la perversión, el exceso, la malignidad… La lucidez y la luz, pues, juntas, para que la luz sepa así huir de la oscuridad, en la que perdería su estertor de claridad, su diafanidad, su limpieza. Sin lucidez, hasta la luz se degrada, como el espíritu sin la verdad; o más vulgar: como la casa sin tejado, lloviéndose. Con todo esto me estoy refiriendo a la Universidad Complutense de Madrid: con luz (aunque quizá poca), Diario, pero sin lucidez; o sea, a oscuras, intelectualmente hablando (20:37:24).

domingo, 6 de abril de 2014


6 de abril de 2014. Domingo.
EL AHORA
 
El ahora de la vida, en el jardín. F: FotVi
 
-Un sol de cola de primavera (es decir, casi veraniego) nos visita esta mañana festiva, por dominical. Hoy, Diario, me siento domingo, como ayer me sentía sábado y mañana me sentiré lunes; quiero decir que vivo el presente y me olvido de lo que fue y de lo que será, de lo que ha sucedido y de lo que posiblemente suceda. El pasado y el futuro no cuentan, para mí; el ahora es mi momento, mi tiempo, mi idea, mi novedad. Mi tierra y mi cielo nuevos. Y en el ahora estoy, para ser y para soñar. O estoy, siendo y soñando: un instante de vida y un instante de ensoñación; y así vivo: con Dios y el instante, mi instante, sin más. Y no es poco (21:14:23).

jueves, 3 de abril de 2014


3 de abril de 2014. Jueves.
DESDE VILNIUS
 
Hadas y su castillo, en Trakai, Lituania. F: FotVi
 
-Vuelta de los Países Bálticos. Pernocto en Madrid, Hotel Diana, Aeropuerto de Barajas, día 2 de Abril. Por la mañana, en taxis (17,25 euros), a la Estación de Chamartín. Y, a las 9 en punto, camino de Balsicas-Mar Menor. El día anterior llovió en Madrid. Esta mañana, las nubes blancas y con fondos negros. La máquina de fotos se relame de gusto. Los campos, magníficos: verdes y luminosos. A las 13:55 horas, en Balsicas. Me espera Pedrín, el de la Loma, que me devuelve a casa; donde me aguarda la paz de los ermitaños. La casa, donde siempre; pero embarrada por la lluvia del día anterior: lluvia subida del Sur, con arenas de desierto. Comida: patatas y un huevo fritos. Lo deseaba tanto. Y aquí estoy, Diario, para hacer tu voluntad; y con Dios, mi amigo, como testigo (20:54:35).

miércoles, 26 de marzo de 2014


26 de marzo de 2014. Miércoles.
PAÍSES BÁLTICOS
 
Alas de acero, en vuelo. F: FotVi
 
-A las 16:19, en Altaria, salgo para Madrid, donde pernoctaré, hasta las 6: 25 horas; para, desde la T 2, en Barajas, emprender viaje hacia Frankfurt, desde donde volaré a Tallín, Estonia. Lugar de destino. «¡Dios, acompáñame!, si así te parece», he rezado (11:56:13).

martes, 25 de marzo de 2014


25 de marzo de 2014. Martes.
DONACIÓN
 
Antes fue idea, en la raíz del árbol. F: FotVi
 
-Pienso que toda flor, toda hoja, antes de serlo, son una idea, sólo una ida, en el interior del vegetal donde luego se manifiesta, se hace expresión, eclosión, decía el sabio. Es como la palabra en la boca, que primero es idea y luego aliento con significado; significado que dice, que habla, que distingue y singulariza. Singularizar, o dotar de dignidad aquello que se señala. Por ejemplo, amor; la palabra amor primero fue idea y más tarde, en la boca, combustión de la palabra, que arde allí para quemar en otra parte, dignificando. El amor, si lo es, dignifica lo que toca; como la palabra que lo dice. El sabio, Diario, tenía razón: amar, pero con significado de amor, o donación, dignificando (20:50:41).

lunes, 24 de marzo de 2014


24 de marzo de 2014. Lunes.
LA LUZ DE LA CERILLA
 
Otro sueño, en el jardín. F: FotVi
 
-Cuando se va alguien bueno, se nota más la escoria. Y es que la mejor denuncia de lo malo es la virtud. Por mucha que sea la oscuridad, si aparece una llama, aunque sea la de una cerilla, repliega aquella oscuridad y con su luz da esperanza al entorno, al contexto. La cerilla escribe claridad, para que el alrededor se libre de la noche, donde los miedos. No se valora la luz de la cerilla donde hay más fulgor, sino donde abunda la tiniebla, la ofuscación, los sótanos infectos. Ayer murió un hombre bueno y se nota más el desecho. Ayer murió Adolfo Suárez, el que ideó  la convivencia en democracia, la ideó y la hizo realidad, y que, ahora, al morir, parece como, sin pretenderlo, se hubiese llevado con él un trozo de esta democracia. Hay demasiada oscuridad que converge hacia la cerilla con la que Suárez iluminó lo primeros pasos de la salida del caos en el que vivíamos para apagarla. Con Suárez, la convivencia (la democracia), su luz, su parpadeo de esplendor, su difumino de esfumar sombras, sus aleteos de vuelos en libertad, han muerto un poco, o están a punto de morir del todo. De él dijo Francisco Umbral: «Adolfo Suárez, duque de Suarez, la más límpida lámina del siglo…, el que se inventó España». Inventó otra España, en la que vivíamos como en una Arcadia feliz y que ahora trozo a trozo, con desgarros, como si volviéramos a un nuevo 36 (corrupción, crisis, violencia en las calles, salvadores de todo pelaje por doquier, desencanto, secesionismo, políticos sin casta de tales, trepas, iconoclastas, perversos acaparadores, etcétera) nos la están arruinando, nos la están «desoñando»; es decir, nos la están dejando sin sueños para hacerla de nuevo hermosa y habitable. Yo hoy rezo por Suárez (era hombre de fe) y por España. Para que podamos decir lo que el poeta en el salmo 125: «Que el Señor cambie nuestra suerte, / como los torrentes del Negueb». Para que, aunque sembremos con lágrimas, cosechemos entre cantares; y puedan decir de nosotros aquello de: «Al ir, iban llorando, / llevando la semilla; / al volver, vuelven cantando, / trayendo sus gavillas». Diario, ¡cosechar entre cantares! ¡Otro Suárez, para otro sueño! (20:47:50).

domingo, 23 de marzo de 2014


23 de marzo de 2014. Domingo.
BODAS DE ORO
 
De lo viejo, rompiendo en vida, en el jardín. F: FotVi
 
-Es cura y, sin embargo, amigo (esta fórmula se suele decir y está gastada, pero yo la digo, por aquello de la libertad), y sabe algún idioma tan raro como el hebreo o el arameo, porque el griego y el latín, que también domina, son otra cosa. Es escriturista, por lo que el Señor debe temerle; el Señor teme mucho a escrituristas y teólogos. Se ha dicho de los escrituristas que son el Anticristo (Ratzinger, con matizaciones, en Jesús de Nazaret). Pero un Anticristo que tal vez haga falta, para desmontar el tinglado de la farsa de los que afirman que sólo la exégesis estrictamente científica, «en la que Dios no dice nada ni tiene nada que decir», es la buena y la que «está a la altura de los tiempos». Es decir, lo progre en la exégesis (interpretación, glosa o análisis) de lo que Dios haya dicho o haya querido decir. Hay exégetas que si Dios no ha dicho una cosa, la suponen, y, si la ha dicho, la tergiversan. O sea: Dios siempre dice lo que al exégeta progre le parece que dijo o debió decir. Mi amigo no es así; él escribe sobre lo que Dios ha dicho, sólo, y trata de entenderlo y hacérnoslo entender a los demás. Él ha sido no sé cuántas cosas; pero, ante todo, ha sido cura, y lo ha celebrado con el gozo del que ha sido elegido y ha cumplido con la elección. El cura no elige a Dios, es Dios el que elige al cura. Pedro, el de Galilea, pescador, no eligió a Jesús de Nazaret, fue Jesús el que se acercó al lago y le dijo: «Pedro, sígueme», y Pedro dejó todo y lo siguió. Y fue «pescador de hombres», como Jesús le había prometido; pescó para la vida eterna a aquellos que oyeron su palabra (la de Jesús) y la pusieron en práctica, desde la libertad. Mi amigo, el cura, se llama Miguel Pérez Fernández, nació en San Pedro del Pinatar, y ha celebrado las Bodas de Oro de su ordenación sacerdotal. 50 años de vida entregados al estudio de la Escritura, a la enseñanza y a la vida pastoral; y todo, por el reino de Dios, el que se nos prometió como reino de paz, de justicia, de vida, de gracia, de amor. Es decir, el reino soñado por cualquiera que se estime y estime a la humanidad, y en el que aún se trabaja. Su último libro se llama El beso de Dios. Midrás de la muerte de Moisés, en el que se trata «de una manera muy humana no sólo a Moisés, sino también a Dios, porque Dios -dice el autor- está lleno de humanidad». Como el autor, que, al recordar a los suyos (sus padres, sus hermanos, ya fallecidos) lloró. Fue un buen día de amistad y celebración; con Dios, Diario, de por medio, también celebrativo él, y festivo (20:06:28).

viernes, 21 de marzo de 2014


21 de marzo de 2014. Viernes.
REGALO
 
Haciéndose el poema, en el jardín. F: FotVi
 
-Dijo el sabio: La historia está hecha de silencios, que, sin embargo, hablan. Cuando la historia habla de alguien, éste ya ha callado, pero sus obras son su palabra. Se entra en la historia, no por lo que digan de uno en vida, sino por lo que recuerden de uno al irse. Y añadió: Lo más trágico de la muerte de un poeta es irse sin palabras, y dejar así sus poemas en orfandad, inacabados. Y, si un sabio dice tal cosa, ¿qué hacer, Diario, sino darle la razón y seguir adelante, celebrando la primavera, el poema que en esta hora se nos regala? (20:54:17).

jueves, 20 de marzo de 2014


20 de marzo de 2014. Jueves.
DIOS DESCIFRABLE
 
Dios descifrable, en el azul de estos ojos. F: Facebook
 
-San José es santo de mi devoción; y no es que otros no lo sean, pero, en mis devociones, a unos los abordo más y a otros, menos; y a los más, nada. (Abordar; en realidad estoy diciendo rezar; o sea, hacer oración). Decía mi madre que había que rezar a los santos más influyentes, y, entre ellos, señalaba a la Virgen (pero de la Consolación, patrona de Molina y alguna vez a la de la Fuensanta), a San José, a San Antonio, y así, hasta una decena. Luego venían los demás, a los que solo respetaba, pues decía que todo santo lo ha sido por algo. Ella, en su vejez, rezaba todos los días 6 rosarios; «y lo suelto», decía. Lo suelto era para los santos que quedaban en segundo plano, o en la penumbra de su piedad. Alguna vez rezaba a San Pascual Bailón, no sé por qué. O sí lo sé: quizá porque San Pascual vio a Jesús en la eucaristía, en una aparición, y ella era muy devota del Santísimo Sacramento. El caso es que todos los días rezaba, y mucho; alababa a Dios y alguna vez le pedía algo, no demasiado, para no cansar. Y lo hacía (pedir) por los demás, y apenas alguna vez por ella. «Señor -decía-, me estoy quedando ciega», era su oración, no pedía ni exigía, sencillamente exponía, y se arregló con unas gafas de mi padre. Todas las mañanas hacía sus menesteres y leía el periódico y, una vez informada, a cumplir con el cupo de los rosarios; eso mientras pudo; al final (vivió 100 años) sólo rezaba, y se lamentaba, cuando lloraba, de no tener lágrimas, y murió en paz. Para morir, sólo le bastó cerrar los ojos y doblar un poco el cuello, y ahí se quedó dormida. Yo la recuerdo toda paz, e ironía. Es hermoso contemplar a alguien donde habita Dios, y más si en él Dios se acomoda a la grandeza de la humildad; así Dios se despoja de su excelsitud y es un Dios menos teológico y más descifrable, más asequible, sobre todo porque se revela más amor. Esta es la razón por la que San José es santo de mi devoción; y es que, desde el silencio, cuidó, educó y amó a Dios; y, sin decir palabra, hizo el himno más excelso de la sencillez entregada (19:54:09).

martes, 18 de marzo de 2014


17 de marzo de 2014. Lunes.
CULEBRITAS TIESAS DE ACERO
 
Perdida y hallada, y no en el pajal. F: Wikipedia
 
-Cuidado, me he dicho, se me ha perdido una aguja y no en un pajal; y ando buscándola en casa por si se rebela y me ataca. Y es que las agujas, cuando se pierden, ni laten, ni dicen, ni se mueven, pero pueden atacar y morder, y, a veces, hasta con resultados fatales: pueden matar. Las agujas son culebritas tiesas de acero, sin ondeados, que pican y envenenan. Esta es la razón por la que, perdidas, hay que buscarlas y devolverlas al acerico, donde se tienen controladas y disponibles, seguras. Bueno; es ésta una metáfora demasiado simple que trata de explicar, aunque no lo logre, lo del avión malasio perdido y aún no hallado ni en el cielo ni en la tierra. Y decir que este avión (con forma de aguja, pero aerodinámica) sí se ha perdido en el pajal del mundo y no hay modo de dar con él. Ni satélites, ni radares, ni detectores de metales. Nada. Una aguja camuflada en un pajal. Eso dicen los noticieros. Y lo peor es que iban personas en su interior con el deseo y la ilusión de llegar a buen puerto y seguir viviendo, eso que tanto amamos los mortales y que suele cortar sin aparente sentido (o con sentido) a veces la muerte, esa señora  siempre de luto y tan poco lírica. Sin embargo, junto a la noticia de la pérdida del avión y la incapacidad de dar con él, no obstante los extraordinarios medios que dicen existir para lograrlo, se lee en la prensa la noticia según la cual parece haberse producido la primera localización en el universo de «ondas gravitatorias primordiales»; o sea: se trataría de haber dado con unas pequeñas ondulaciones producidas en su tiempo nada menos que por el Big Bang y que darían información sobre «los primeros instantes de vida del cosmos». Y me maravillo; y, con asombro, me digo: ¡sintiendo aún el primer temblor o gorjeo del inicio de todo! Es decir, percibiendo los latidos de un universo todavía bebé, y que crecía a pasos agigantados produciendo estrellas, galaxias, espaciosos infinitos, en los que apareció una mota de roca llamada Tierra, donde Dios instaló su soplo y fue el hombre. El hombre, que contempla todo, y lo toca, y lo celebra, y le da nombre, definiéndolo en la palabra. Secuela, pues, del soplo, que con el habla, le dio el dominio de las cosas; para dignificarlas. Otros lo verán de otra manera, yo lo veo así, y lo celebro, y lo digo, y me pregunto: ¿Cómo es posible dar con las ondas gravitatorias primordiales y no con el avión malayo perdido y aún no hallado en el templo de la ciencia, dado que hasta un pelo de la cabeza es detectado por los sofisticados artilugios de que dispone el Gran Hermano para controlar vidas y haciendas? Decir, Diario, que no entiendo casi nada, o, tratándose de política y de políticos, lo entiendo casi todo. La ciencia, por fortuna, es otra cosa, donde cabe el hallazgo y la celebración, con el asombro (12:30:17).

domingo, 16 de marzo de 2014


16 de marzo de 2014. Domingo.
TIZNE
 
Blanco sin tizne, en el jardín. F: FotVi
 
-Otra vez el sol, como un martillo de fragua, pero sin echar aún chispas. Es invierno. Las chispas vendrán después, cuando te tiendas en la arena y pongas tu espalda a ser acribillada por el sol. La espalda, donde tamborilean los dedos del sol, y dejan sus huellas de tizne. Curioso: tiznarse para lucir, esconder el blanco para hacerse negritud, desorientar, tan característico de nuestro tiempo. Como aquella persona que era casi toda postiza: llevaba dientes postizos, un ojo de cristal, un tacón más alto que el otro para igualar el desnivel de las piernas, lentillas, peluca, y mucha sonrisa, que no era suya, sino copiada del espejo, al que robaba las muecas que otros iban dejando. Porque el espejo lo guarda todo; hasta los miedos de los largos corredores de las grandes mansiones, donde los fantasmas y los murciélagos, y las telarañas. Negritud, pues, en vez de blancor, sólo como ejercicio de vanidad veraniega, hasta que haya que empolvarse (otro postizo) para disimular una peca, o las ojeras de una noche de insomnio y pesadillas. Impostado es una palabra que significa artificialidad, falta de naturalidad, fingimiento; es decir, mentira. Se podría llamar, pues, a la insolación del verano, negritud impostada. Hay mucha impostura (apariencia de verdad) en nuestra sociedad, y más en las altas esferas, donde están el poder (con tristeza lo digo: también el eclesial, a veces), la política, el periodismo (mullidor de opinión), las altas estancias financieras, la justicia, el deporte… Es decir, tiznarse para lucir; o impostura, Diario, de la negritud, aunque nos repela luego lo negro que nos viene de la miseria y de la injusticia, y muera en las alambradas del mundo alegre y confiado y, en tantos aspectos, culpable: yo, tú, él, nosotros, vosotros, ellos… (20:04:56).

viernes, 14 de marzo de 2014


14 de marzo de 2014. Viernes.
SALIVA EN LA HERIDA
 
Curiosidad (tras las espinas), en el jardín. F: FotVi
 
-Tan pequeña, tan mínima, y cómo duele. Podando un rosal, una insidiosa punta de espina, menor que la de un alfiler, enfiló la yema de mi dedo y se instaló en ella. Golosamente. El dedo, con sacudidas, intentó que saltara la espina, pero no ocurrió, y ahí estaba, doliéndome, como un aguijón de avispa terco y voluntarioso, y hasta voluptuoso. Y he pensado: con qué eficacia ejerce la espina su misión de estar…, y doler (iba a decir otra cosa, pero aquí no cabe, por aquello de ser lo que soy; me he dicho: cuidado con la boca; y cuidada está). Dolía, hasta que esta mañana, con un alfiler y unas pinzas, hurgando, he intentado deshacerme del incómodo inquilino del dedo. Y aquí estoy: aguardando a ver si lo he conseguido. Con todo, más duele el dolor del hambre, o el del exilio, o el de una enfermedad inesperada, me he dicho, y me he echado saliva en la herida (dicen que es curativa), y me he sentido aliviado. Esperando que deje de doler o duela menos. Como espero que cambie la humanidad y sea más juiciosa, y fraterna; al menos, esto, Diario; la fraternidad hasta hermosea el dolor, y lo atenúa, es la saliva (casi lírica) de toda herida (20:01:00).

jueves, 13 de marzo de 2014


13 de marzo de 2014. Jueves.
ÁRBOLES Y CORCHEAS
 
Pájaros con corcheas en el pico, en ABC. Idea (luminosa): Mena
 
-Por estas tierras, no ha habido invierno, y, así, de un salto, el otoño se ha hecho primavera, y ya están aquí los primeros acordes de la sonata de La Primavera en Mi Mayor de Vivaldi. ¡Los oigo! En otoño los árboles suelen desprenderse de hojas, ahora, en primavera, se desprenden de pentagramas y corcheas y hay violines, con los pájaros de violinistas, que las cazan al vuelo y las hacen música, y nidos. Los pájaros las cazan, las meten en un nido y las vuelven descendencia; hasta otra primavera con notas musicales en los árboles, se deben decir, o soñar. Sin embargo, todavía hay algún día de añoranza del invierno y se pone gris y apenas lluvioso, como hoy. Unas pocas gotas que quizá quepan en una lágrima; o en dos, para ser más exactos. Lágrimas, por lo conocido que se va y por lo que llega, aún por conocer. Se va el invierno (y la vida) y llega la primavera, que también se irá. Es decir, todo yéndose, como el río, o los ecos de un grito entre montañas. Subes a la montaña, gritas, y el grito, dando tumbos, y cada vez más débil, se va alejando, hasta perderse. Igual que la vida; y sus vanidades. Mientras, suceden cosas, unas importantes y otras sencillamente cosas, sin más. Ha pasado un año desde la elección de Francisco como papa. Y se ha celebrado, en general, con alegría; la alegría con la que él predica el evangelio, y lo vive. En esta celebración alegre hay disonancias, cacofonías; pero menos. Prevalece la alegría por el acierto del Espíritu Santo, que dio (esta vez, sí, según casi todos: hasta El País, el periódico global, por ejemplo), que dio en el clavo. Lo que quiere decir (según éstos) que alguna vez se pilló los dedos, se equivocó. Yo, sin embargo, creo que siempre acierta; aunque se equivoque, o así lo parezca. Y aquí, en España, se ha desvestido a Rouco y se ha vestido a Blázquez, de presidencias. Eso, sí: la Iglesia sigue, a pesar de los zarandeos del mar de la Historia y las acechanzas del maligno, que diría un clásico. Y yo, Diario, celebrando la primavera con Vivaldi y Mena, el dibujante de ABC, al que en sus dibujos le salían árboles y pájaros con corcheas, como un modo de arrancar, aun en días grises como éste, una sonrisa, y, si es posible, musical (20:55:05).

miércoles, 12 de marzo de 2014


12 de marzo de 2014. Miércoles.
SILENCIO Y ORACIÓN
 
Música o trágica ironía, en Auschwitz. Polonia. F: FotVi
 
-Ayer celebré el silencio y la oración, y recordé, con pena, la muerte que nos sobrevino un malhadado 11 de marzo de 2004, cuando el siglo XXI todavía era casi un niño y empezaba a dar sus primeros pasos, difíciles, inseguros, pero, como toda vida que se inicia, esperanzados. La esperanza, allí, en lo alto de las ramas del futuro, donde se dan y se muestran los frutos, como en un árbol. Y entonces fue el miedo, no a la muerte, sino a los que provocan la muerte sin causa (o por causas inconfesables), lo que me provocó un terror imposible en el alma. Me llené de miedos, como casi toda España. La muerte aterra, y, más, si es injusta. Aunque dijera Borges, en una verdad a medias, que la muerte «es una vida vivida», tal vez lo sea si se trata de una vida y una muerte acontecidas según ley de vida. Se nace, se vive, y se muere. Inicio, nudo y desenlace, como en un relato clásico. Se vive y se muere, natural; pero si hay un tajo en la vida, inesperado, brutal, ya no hay «vida vivida», sino muerte adelantada. Y esto ya es la tragedia. La cruz fue una tragedia, como lo fueron los campos de exterminio nazis o los Gulag soviéticos. Lo del 11 de marzo fue un Auschwitz, aunque en miniatura, tan terrorífico como aquél de entonces. El terror no está en la cantidad, sino en la calidad del odio que lo provoca. Todavía se desconoce (o no lo suficiente) de quién (o quiénes) partió la idea: una idea (si se me permite) demoníaca, por enfermiza. El demonio es una enfermedad que pretende corroer el bien, o la enfermedad del mal por el mal. Pues ahí está: el 11 de marzo, la maldad hecha atentado terrorista, con resultados de desastre sin sentido. 192 vidas cortadas, y más de 2000 heridos; el odio en estado puro, sin mácula y sin porqués. He leído en un periódico (ABC) los nombres de los fallecidos aquel día: el primero es Eva Belén y el último Csaba; una ciudadana española y un ciudadano húngaro, atrapados ambos en una muerte sin sentido, demencial. Y, en el medio, un catálogo de nombres y apellidos de gentes inocentes que, en ese momento, no hacían más que vivir e intentar dejar vivir. ¿Atentado de tipo político, religioso? En todo caso, Diario, una aberración más de mentes enfermas de odio y vileza, e inválidas de humanidad (21:38:10).

martes, 11 de marzo de 2014


11 de marzo de 2014. Martes.
SOBRAN LAS PALABRAS
 
Silencio blanco, en el jardín. F: FotVi
 

-Como hoy 11 de marzo sobran las palabras,
digo silencio y cierro sus puertas,
y en él me quedo como gusano en su claustro de seda.
En el silencio no se oye nada, salvo el silencio mismo, que, rezando,
idea la fragilidad de colores que luego será la mariposa.
De los silencios nacen mariposas,
como del grano de trigo, trigales.
¡Oh, silencio, no te oigas, deja que rece!
Si hablas, se callará la oración,
y no habrá mariposas que iluminen los hilos de seda del sol.
En tu mudez, silencio, se oirá la vida,
y habrá otra vez mariposas que pongan
hilos de seda al sol y espigas con trigo en el trigal. 

¡Cállame, silencio! 

(19:34:23).

lunes, 10 de marzo de 2014


10 de marzo de 2014. Lunes.
MEJOR, TALLO
 
Melodía, en el jardín. F: FotVi
 
-Dijo una vez un aspirante a sabio: «Celebraré a toda mujer que mire con mirada de mujer». La mirada, donde el alma asoma, donde acaricia el corazón, añadió. Este aspirante a sabio no hablaba de las manos, ni de la belleza del rostro, ni del talle (mejor, tallo), ni de la sabiduría de la mujer. Todo esto, y en más o menos grado, se le supone en el haber de la mujer. Contando con que todo eso, y en perfecta consonancia con la fantasía de cada cual, puede ser objeto de añadidos y composturas, de ajustes y remiendos. A más fantasía, seguía diciendo, más tinglado y exuberancia para la representación y la farsa; bella farsa, sin embargo. Aunque en ellas, decía, todo es bello, hasta el sacrificio de los tacones altos en suelo resbaladizo. El aspirante a sabio sólo tenía ojos para la mirada de la mujer; para él, en la mirada, estaba toda la mujer: su verdad o su disfraz, su belleza, que dice ir más allá de líneas (digamos geometría) o aspavientos físicos, su lírica o su prosa, su fortaleza o su debilidad, su ternura o sus aversiones, su vida toda. Dios las hizo así, decía. ¿Y el hombre? Lo mismo, Diario, pero sin tanta celebración y melodía; más prosaico todo, sin apenas lírica, qué quieres, finalizaba (21:31:35).

domingo, 9 de marzo de 2014


9 de marzo de 2014. Domingo.
PEQUEÑA NUBE DE POLVO
 
Tulipán, celebrando a una mujer. F: FotVi
 
-Si se finge, se es hipócrita, dice el diccionario. Sólo si se es actor, no existe la hipocresía cuando se finge. Pues «hypokrisía», en griego, significa «representación de un papel en el teatro». (Diccionario de María Moliner). Farsante, doblado o mátalas callando, nebulón o mosquita muerta, son, entre otros muchos, sinónimos de hipócrita. El hipócrita es un bicho que se pone la máscara de un ave; y, aunque no sea ave, por su atuendo (las alas impostadas), lo parece. Hace graciosas piruetas y agita las alas, haciendo como que vuela, pero en realidad sólo da saltitos en la tierra. Como la rana o el marsupial. Levantando, eso, sí, en cada salto, un pequeña nube de polvo, una boria, que tapa y disimula el engaño. En esta sociedad nuestra vivimos de máscaras, un carnaval perpetuo. Por esto o por lo otro. Nos vestimos de estupidez y salimos en grupo a celebrar la simpleza; a lo peor es que sólo somos eso: minucia. Ayer, la sociedad del bienestar se puso la máscara del día de la mujer y celebró con algaradas el acontecimiento. Se celebra a la mujer, en general; como el altruista celebra a la humanidad, sin más. Santa Teresa de Calcuta celebraba a la humanidad, cogiendo a un moribundo en la calle y dándole el pecho de sus cuidados, como la madre al hijo. Madre Teresa de Calcuta la llamaban. (Yo aún la llamo así). Como el samaritano al apaleado que quedó malherido al lado del camino. Los hay que se preocupan de la humanidad en su conjunto; pero si se acerca un pobre a su puerta, le dicen: perdone, y lo despiden con la música a otra parte. El día de la mujer: pero ¿qué mujer? ¿La que es madre, la expropiada de dignidad, la que lo da todo, la que lo exige todo? ¿Qué mujer? Celebrar a la mujer en general es como celebrar al viento, que nunca es posible cogerlo con las manos. Atrapar el viento, ¿cómo? Una entelequia. Celebrar a la mujer, sí, Diario; pero haciéndolo con la que en este momento se tenga delante, aunque sea en el recuerdo; en ella (aunque esté en el recuerdo), celebra a todas las mujeres. Y como dice un proverbio chino: «Si esperara la perfección, nunca acabaría mi libro» (20:14:47).

viernes, 7 de marzo de 2014


7 de marzo de 2014. Viernes.
FLOR ENTRE ESPINAS
 
Entre espinas, en el jardín. F: FotVi
 
-Hoy no escribo yo, dejaré que esta pequeña cosa llamada flor entre espinas lo haga por mí; hable y diga: «¡Vivo!», y, a pesar de las espinas que la acechan, me transmita su convulsión o estremecimiento por vivir y dejar vivir. En el milagro de la vida, Diario, dejar vivir, sin aspavientos, sin cóleras, pero con la paz de la justicia: que el sol salga para todos (19:44:31).