8 de junio de 2016. Miércoles.
ESTAR SIN SER
Muerte, en Frankfurt. F: FotVi |
-De niño no sabes lo que es la muerte, pasas de largo
junto a ella, o ella de largo junto a ti. De niño sabes que hay gente que muere,
la ves, y luego, no, y es, te dicen, que ha muerto. De niño ves la muerte y no
la reconoces, tan lejos te parece estar de ti. De niño, todo es niñez, hasta la
misma muerte. La muerte, de niño, no piensa, se sube al hastial de la iglesia y
desde allí saluda, y ríe, y hace aspavientos, y se mofa de los que andan por allá
abajo, es insensata. De niño no sabes que la muerte te toca y caes, en su foso,
y que miras y ves, y que te miran y no te ven. La muerte no ve, a pesar de sus
grandes ojos, vacíos. De niño, mueres un poco cada día, en mil juegos, en mil
sorpresas, en cada uno de los pasos que das sin saber que estás dando pasos
hacia su encuentro. De niño, tú no sabes, pero ella sí sabe. Y menos mal que de
niño tú no sabes y vives con la alegría de no saber, porque, si supieras, la
vida sería un lamento largo y penoso. Triste. De niño, Diario, todo es
inocencia; de ahí que, en la niñez, la vida sólo sea existir, y soñar, e
inventar juegos, y aprender, para no caer en la tentación de morirse antes de
tiempo y no estar, o estar sin ser, quizá (20:27:00).