10 de diciembre de
2018. Lunes.
EL
PIE DEL AMÉN
Abriéndose a la vida, en Murcia. F: FotVi |
-Si, al saltar de la
cama, digo «amén», pienso que estoy empezando con buen pie el nuevo día. Con el
pie del amén, o el pie de la confianza. La confianza en Aquel que nos mira, nos
da la mano, y nos ayuda a llevar los muchos años con dignidad, la dignidad del
respeto a uno mismo, y a los demás. No en mi juventud, sino ahora es cuando
digo con más convencimiento, al levantarme, el amén de la fidelidad, y, aunque
cansado, el mirar de los colores que iluminan y viven en las cosas. A las siete
treinta de la mañana suena mi primer amén, un amén con bostezo y primeras
noticias en la radio. Entonces me entero de que Torra va a iniciar una huelguita de hambre de dos días (un
aperitivo de huelga) y que Sánchez una vez más toma las Villadiego y se va a Marruecos,
donde, desde los minaretes de las mezquitas, el muecín llama cinco veces al día
a la oración. ¿Rezará Sánchez o hará oídos sordos a la llamada y seguirá su
representación, de Presidente interino? Y mientras me afeito, oigo que hace
diez años que murió Alexander Solzhenitsyn, Premio Nobel de literatura y autor
de Archipiélago Gulag (o reeducación), obra que denuncia el
sistema de represión política en la antigua Unión Soviética. Y así, poco a
poco, mi amén va tomando forma, existencia, y los colores, plenos de luz, dan
en mis ojos, y los despiertan totalmente, Diario, y los ponen a ser y a soñar;
es decir, a vivir (19:20:16).