2 de diciembre de 2019. Lunes.
DÍA NUBLADO Y
FESTIVO
Luz en la niebla, en Torre de la Horadada. F: FotVi |
-Amanece el día nublado
y festivo. (La lluvia, en sí, siempre es una fiesta). En la Casa se celebra el
XXXIII Aniversario de su fundación. En un día como hoy, se plantó una piedra y
creció un edificio color chocolate, que se elevó hasta los ocho pisos. Tan alto
como las casuarinas, el árbol tropical que se eleva recto y frondoso al otro
lado de las tapias del jardín, pero no tan hermoso. Un árbol siempre es más
hermoso que cualquier edificio, a no ser que se trate de una cabaña con humo en la chimenea en
el bosque. Yo vivo en un quinto piso de este edificio. Alegra a la casa un
jardincillo variado, en el que crecen olivos, geranios y rosales, que casi
siempre tienen rosas rojas, como gajos de sol, que diría Leila Guerriero. Hoy,
por ser fiesta, ha habido Misa, bendición de la tercera planta, en la que se han
hecho reformas, y una representación de la obrita de teatro Júbilo en la Casa de Dios. Esta obrita,
sobre la vida de la casa y sus fantasmas, o sus ángeles, me salió a ratos
perdidos. En ella se reconocen dichos y hechos de algunos de los habitantes de
esta casa, que, desde luego, no son los habitantes de la casa deshabitada de Jardiel
Poncela. Con la obrita –con la broma–, que han visto tres obispos y varios sacerdotes, nos
hemos reído, y, por un día, hemos dejado nuestra vejez y sus perros rabiosos a
un lado de nuestras vidas. Hemos cabalgado sobre los jinetes de la imaginación, creyéndonos poco
menos que jóvenes llenos de risas y esperanzas, jóvenes que jugaran con las nubes. Sigue
lloviznando en Murcia. Como si la tarde, tras el día distinto que hemos vivido
en la Casa, día de misa y tramoya, Diario, llorara de risa, de juventud
contenida, de felicidad angelical (18:31:51).