3 de diciembre de 2019. Martes.
EL CAOS
A punto de romper la belleza. Salinas San Pedro del Pinatar. F: FotVi |
-Durante la noche, la
lluvia ha tocado en mi ventana de un modo inquietante: como los dedos de un
virtuoso loco por el teclado del piano. No he oído arpegios ni escalas, ni
dulces melodías, sino golpes secos, monocordes, esqueléticos. En la noche, el
trueno asusta, y las gotas de lluvia torturan. En otro lugar he escrito que la
lluvia es una fiesta, pero cuando lo hace con moderación y no con alevosía,
desangrando la tierra, maltratando los caballones del arado, saltándose los
ríos y haciéndolo todo un mar sin orillas ni contención, caótico. Y el caos siempre
maltrata a la bendición y la hace blasfemia, desastre, turbación. La lluvia ha
vuelto a ser torrencial en toda la comarca del Mar Menor. La noche pasada en Los
Alcázares, San Javier, San Pedro del Pinatar, y otros lugares, el viento y el
agua han hecho estragos. Han vuelto otra vez a sus habitantes el miedo y la
angustia. En sus ojos, el estupor aún, como un éxtasis perverso, de lo ocurrido
hace unas fechas. Las calles como ríos, las casas inundadas y las miradas en el
cielo, con una oración en los labios, quizá. Una oración que pide, sin poner
nada de su parte. Como niños pequeños a la mesa del padre, Diario, comiendo y
dejando los platos, egoísta y salvajemente, para que los quiten y los frieguen otros,
sin un cuidado amoroso por la casa común. Y los políticos de fiesta (18:03:29).