LA BELLEZA HERIDA
-El día anda triste, como un cisne herido: o la belleza herida. El día sigue de lluvia, y un color de libro viejo, con polvo de elegancia, lo acompaña. Hasta tarde, no se ha visto el sol, pero sí su luz, su luz sin sombras. A veces, no siempre, la tristeza que atormenta el día se redime leyendo bellezas, incluso en la prensa, como ésta: «El césped volvió a su ser, las hortensias estallaron y mi pequeño rincón recuperó la brevedad siencilla del paraíso». Alfonso Ussía, en El Debate, hablando de su jardín. Unos topos lo invadieron y él, con la benevolencia de un animalista, logró eliminarlos, y sin topos, irradió de nuevo el jardín. Amo todo lo que es bondad y belleza, porque ahí veo la mano de Dios. Cuando me acucian los políticos o los insolentes, o la maldad, abro un libro y leo, y así me libero de los lobos que me acosan. La Biblia, en el libro de los Proverbios, dice: «La memoria de los justos es bendición, pero la fama de los malvados será pasto de los gusanos». En estas palabras, Diario, se me aparece Dios, impartiendo justicia y redimiendo, desde la misericordia, la decencia, lo digno, lo bello (12:56:33).