2 de septiembre de 2019. Lunes.
GUERRA
Y HAMBRE
60 años de piedad, y amor. F. FotVi |
-Guerra y hambre son dos
palabras que se dan la mano, y que conviven juntas, como la raíz en la tierra,
como la sed y el desierto. La guerra trae el hambre y el hambre ayuda a la
guerra a matar. Ambas palabras se conjugan perfectamente; pero no en esta
ocasión. No es lo mismo guerra y hambre, que «guerra contra el hambre». Esta última
es una guerra pacífica, no de flechas u obuses, no de odio y sangre, sino de voluntades
sacrificadas que dan un pedazo de pan o ponen una tienda en el desierto. En
esta guerra actúa la mano de Dios y en la otra el odio y la avaricia,
corresponsales del mal –¿demonio?– en el mundo. Hablo de Manos Unidas, la organización
nacida al calor de las mujeres de Acción Católica, que, en épocas difíciles,
declaró la guerra al hambre. Hace 60 años de este acontecimiento, que nació en
la Iglesia y que sigue insistiendo en el amor al prójimo; el prójimo que, como en
un cenagal de soledad y miseria, de pavor y soledad, vive en la pobreza y en la
injusticia. Se trata, Diario, de llegar hasta el origen de esta iniquidad –la indigencia,
la penuria, la estrechez, la miseria…– y vencerla con «la comprensión, la
servicialidad, la amabilidad», frutos que nos vienen del Espíritu Santo. El
mundo, así, cambiará para mejor (19:11:36).