1 de junio de 2020. Lunes.
VUELO DE LIBERTAD
Siempre hay una salida. Murcia. F: FotVi |
-Se abre junio como un paraguas de incertidumbres. Incertidumbre
social, económica, de libertades. Todo se balancea en el trapecio de la duda, de
la sospecha, del miedo. ¿Qué ocurrirá tras la pandemia? Nadie lo sabe, salvo los
que mueven los hilos del teatro de marionetas; es decir, los manipuladores, los
que están detrás del tinglado moviendo la cruz de la que penden los hilos del
guiñol. No hay muñeco que se mueva sin el tironcito, desde arriba, del
manipulador. O para dar con una cachiporra al ingenuo de turno o para hacer una
reverencia del esclavo –humilde y cascarrabias– a su señor, rechoncho y palurdo.
Pillo y vivaracho, el esclavo; tonto y torpón, el señor. Es la caricatura de la
riqueza y la pobreza. Todo es para desternillarse, de tristeza. Pero no me dejo
vencer: aunque me quiten la pluma y tenga que hacerlo con sangre o con saliva,
o con una piedra en el suelo, seguiré escribiendo esperanza. Es más positivo e
iluminador estar en el barrio de la ilusión, con expectativas de éxito, que en
el del abatimiento y la postración, que solo llevan al suicidio espiritual o
físico. Bajando los brazos y dejándote llevar por la corriente, hasta ahogarte.
El rezar siempre te eleva hasta la esperanza, como un vuelo de libertad. Contra
todo y contra todos, Diario, seguiré rezando. Pues como decía Gustave Flaubert:
«Cuando se está desesperado, es necesario esperar siempre» (18:31:00).